BORJA JIMÉNEZ Y MILHIJAS SALVAN EL HOMENAJE A VICTORINO MARTÍN ANDRÉS
Borja Jiménez salió por la puerta grande de Las Ventas al
cortar las dos orejas tras una gran faena, fundamentalmente, al natural a
Milhijas, sexto de la tarde, un ejemplar bravo y encastado que fue premiado con
la vuelta al ruedo en el arrastre. El sevillano estuvo acompañado en esta
triunfal salida por Victorino Martín García. Antes, Emilio de Justo había cortado
una oreja del quinto. Y Paco Ureña solo saludó una ovación ante el ejemplar que
abrió plaza.
La plaza de toros de Las Ventas se engalanaba para honrar la
memoria del que quizá sea el ganadero de bravo más importante de la segunda
mitad del siglo XX y del primer cuarto de la presente centuria, Victorino
Martín Andrés. Pancartas con su rostro lucían en los frontales, tanto de la
puerta grande, como del patio de cuadrillas, como del patio de arrastre.
Además, todos los frontales de los accesos a los tendidos mostraban otras con
los colores de la divisa y el hierro de esta ya legendaria y mítica ganadería.
Por si fuera poco, el repertorio de la banda de música de la monumental contaba
con los pasodobles compuestos a estos ganaderos: el compuesto por Abel Moreno
para el paseíllo y el compuesto por Francisco de la Rosa para el arrastre del
último toro. Y, además, se programó un minuto de silencio en memoria del
honrado ganadero a la finalización del paseíllo.
Para esta singular ocasión, por supuesto, se escogió un
encierro de esta mítica y legendaria vacada y una terna de los llamados “especialistas”,
como son Paco Ureña, Emilio de Justo y Borja Jiménez. Todo presagiaba una tarde
triunfal, sin embargo, esos buenos augurios se iban desvaneciendo según iba
transcurriendo el festejo, hasta que salió el quinto. ¿La causa? Pues un poco de
todo. Por un lado, el encierro enviado por Victorino Martín hijo tuvo una
desigual presentación: algunos, muy justos que se tapaban por la cara, como primero,
segundo y cuarto; otro, el tercero, de feas hechuras; y solo quinto y sexto
respondieron a la presentación exigida. Además, tuvo un comportamiento
desigual: encastados y con mucho que torear primero y segundo, aunque algo
faltos de fuerza; complicado el tercero, aunque se dejó por el izquierdo; sin
gracia el cuarto, aunque se dejó por los dos pitones; y bravos y encastados el
quinto y, sobre todo, el sexto, de nombre Milhijas que fue premiado con la
vuelta al ruedo en el arrastre. Y, por otro lado, los de luces no estuvieron a
la altura: los de a caballo picaron mucho y mal y los de a pie convirtieron los
tercios de banderillas en auténticas capeas. Y no hay que olvidarnos de los
espadas actuantes que tampoco estuvieron del todo acertados.
Como quedó apuntado anteriormente, no fue hasta el quinto
cuando la tarde adquirió el lustre deseado. Correspondió la lidia de este
ejemplar a Emilio de Justo quien tras no poderse estirar con el capote, firmó
una desigual faena de muleta. Empezó con unas estimables series con la diestra
con la que comenzaron a rugir los tendidos. A estas, le siguió una importante
serie de naturales que acabó de entregar a la plaza, sin embargo, un desarme
ocurrido en la siguiente tanda con la zurda hizo caer en picado la intensidad
de la faena. Llegada la hora de la suerte suprema, el extremeño recetó al victorino
un estoconazo de efecto fulminante que provocó que se solicitase y concediese
el trofeo para De Justo.
Pero lo mejor estaba por llegar. La faena de Borja Jiménez
al ya mentado Milhijas fue la que acabó de poner la guinda y el dulce a este
casi agrio pastel. Se lució, Jiménez, con el percal sacándose a Milhijas hasta
el centro del ruedo. Y, tras lucirse el de Victorino, tanto en varas, como en
banderillas (a pesar de la cuadrilla), llegó a la muleta ofreciendo el triunfo
en bandeja al diestro sevillano. Brindó, Borja, al respetable y, tras unos muletazos
de tanteo, se echó la muleta a la zurda para instrumentar tres series de
naturales colosales, sobre todo, la primera en la que hubo dos que fueron
auténticos carteles de toros. El público estaba en pie cuando Borja cogió la
muleta con la diestra. Fue solo una serie -suficiente- que resultó irregular,
pero con algunos muletazos de gran interés. Volvió a echarse la mano a la zurda
para interpretar dos series más que volvieron a calentar los tendidos. Unos
toreros ayudados por bajo precedieron a la estocada que quedó ligeramente
desprendida y cruzada, pero que tiró patas arriba a Milhijas. No tardaron los
enardecidos tendidos en solicitar los trofeos, tanto para Borja, que resultaría
premiado con las dos orejas, como para Milhijas, galardonado con los honores de
la vuelta al ruedo póstuma. La ovación a Milhijas mientras el premiado y veloz
arrastre (parece que los mulilleros tenían prisa por terminar) fue atronadora y
tras ella se procedió a la entrega del doble trofeo auricular a Jiménez quien,
mientras paseaba el anillo, vio como una multitud de jóvenes espectadores se
echaban al ruedo casi impidiéndole concluir este paseo triunfal. Cuando, por
fin, pudo finalizar el aclamado paseo, la mentada multitud izó a Jiménez en
hombros para sacarlo por la puerta grande y fue entonces cuando empezaron a
aclamar a Victorino Martín para que bajase al ruedo para sacarlo también en
volandas. Victorino se resistió, seguramente, sabedor de que no era merecedor
de tal agasajo, pero acabó claudicando ante la insistente aclamación de estos
jóvenes espectadores. Y así fue como acabó este festejo homenaje a la memoria
de Victorino Martín Andrés, con la desordenada salida en hombros de Borja
Jiménez y Victorino Martín García por la puerta grande de la plaza de toros de Las
Ventas de Madrid.
Hasta los mentados episodios, Paco Ureña tuvo una entonada
actuación ante el primero del festejo, mientras que, con el cuarto, firmaría
una actuación ayuna de contenido. Por su parte, Emilio de Justo se luciría en
los lances de recibo al segundo. También se luciría en el quite por
chicuelinas, sin embargo, a partir de ahí y tras el desastroso tercio de
banderillas, De Justo se mostraría sobrepasado por la condición del burel. Y
Borja Jiménez quedaría inédito ante el primero de su lote.
Reseña:
Plaza de toros de Las Ventas
(Madrid).
Domingo, 15 de junio de 2025.
19:00 h. Corrida de toros In Memoriam homenaje a Victorino Martín Andrés
Se lidiaron seis toros de la
ganadería de Victorino Martín, desiguales de presentación. Encastados y de
juego desigual. Tercero y cuarto, pitados en el arrastre. Primero, segundo y
quinto fueron ovacionados. El sexto, Milhijas de nombre, herrado con el número
104, fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma.
-Paco Ureña: ovación con saludos y
silencio.
-Emilio de Justo: silencio y
oreja.
-Borja Jiménez: silencio y dos
orejas tras aviso.
Plaza: Lleno de “No hay billetes”
Observaciones:
Al finalizar el paseíllo, se
guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Victorino Martín Andrés.
Al finalizar el festejo, Borja
Jiménez salió en hombros acompañado por el ganadero Victorino Martín García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario