Fotos: Pepe Cid
EL
DÍA QUE TODOS FUIMOS ADRIÁN
La mañana
del domingo 1 de marzo de 2009, la carabanchelera plaza de toros de
“Vistalegre” acogió un magno festival taurino a beneficio del banderillero
Adrián Gómez quien el 23 de junio de 2008 quedaba tetrapléjico en la plaza de
toros de Torrejón de Ardoz tras la fatal voltereta que le propinó el quinto
novillo de la tarde, perteneciente a la ganadería de Antonio San Román, cuando
Adrián trataba de tomar el olivo después de colocar un par de banderillas. Esta
fatídica tarde, Adrián, integrante de la cuadrilla del matador de toros
fuenlabreño José Pedro Prados “El Fundi”, actuaba, con el beneplácito de su
jefe de filas, a las órdenes del novillero Miguel Luque.
Desde el
primer momento, “El Fundi” se puso a trabajar con el objetivo de organizar un
festival para recaudar fondos para su banderillero herido. Y lo consiguió.
Quedaba demostrada, una vez más, la solidaridad del mundo del toro, en este
caso, para con un compañero herido. Con el lema “Todos somos Adrián”, el cartel
confeccionado por el fuenlabreño fue de auténtico lujo: el rejoneador Diego
Ventura, los matadores de toros José Miguel Arroyo “Joselito”, quien reaparecía
para la ocasión, el mismo “Fundi”, Enrique Ponce, “Morante de La Puebla”, “El
Juli” y el entonces novillero Christian Escribano fueron los integrantes de
este cartel. También los ganaderos respondieron a esta llamada solidaria donando
sus astados. Unos astados que lucieron las divisas de Carmen Lorenzo,
Victoriano del Río, “El Ventorrillo”, Enrique Ponce, “Las Ramblas”, “La
Campana” y “Guadalmena”. Solo quedaba esperar a la respuesta de la afición. Y,
como era de esperar, la afición tampoco defraudó llenando en su totalidad los
tendidos del coso carabanchelero.
Fue una
mañana cargada de sensibilidad y emoción. Algo que se palpaba ya en los
aledaños y que se desbordó a la hora fijada para el comienzo del festejo con la
estruendosa, cerrada, sentida y cariñosa ovación con la que el respetable
recibió a Adrián cuando este, en silla de ruedas, acompañado por su mujer y un
allegado irrumpió en la arena. Posteriormente, serían los actuantes en el
festejo los que acompañarían a Adrián hasta el centro del ruedo para que
saludase a la afición. Esta sensibilidad y emoción perduraría durante el
festejo y se acrecentaría más si cabe cuando todos los actuantes brindaban sus
faenas al compañero herido.
En lo que a
lo taurino se refiere, abrió plaza el rejoneador Diego Ventura quien se las vio
ante un buen ejemplar de la divisa de Carmen Lorenzo. Ventura llevó a cabo una
faena magistral en la que brilló el toreo a caballo clásico, templado y ligado no
exento de espectacularidad que pronto caló en los tendidos. Sería premiado con
las dos orejas de este buen ejemplar tras un certero rejonazo.
El turno de
los de a pie lo inauguró “Joselito” quien, por cierto, tuvo que saludar una
cerrada ovación tras romperse el paseíllo. El madrileño tuvo enfrente un astado
de Victoriano del Río que tuvo mucha nobleza por el pitón derecho, pero que,
sin embargo, resultó complicado por el izquierdo. Se gustó, José, manejando el
percal. Saludó al de Victoriano por sensacionales verónicas; galleó por
chicuelinas para ponerlo en suerte; y quitó por verónicas a pies juntos
poniendo en pie al respetable. Ya con la franela, dibujó tres sensacionales
series con la diestra. Menos lucido resultaría el toreo al natural por la
complicada condición del burel que, incluso, le llegó a propinar un pequeño
susto. Remató la faena de pinchazo y estocada y a sus manos fueron a parar las
dos orejas.
Le siguió en
turno “El Fundi” quien lidiaría un gran ejemplar de la ganadería de “El
Ventorrillo”. Estuvo muy a gusto, el fuenlabreño, manejando el capote en el
recibo por verónicas y en el quite por chicuelinas. Y, tras protagonizar el
tercio de banderillas, llevó a cabo una faena de muleta por ambos pitones elegante
y plagada de torería. La estocada cobrada en la suerte de recibir tras un
pinchazo no sería suficiente para finiquitar al “ventorrillo” por lo que
“Fundi” tuvo que utilizar el verduguillo. Pasearía las dos orejas tras recibir
un recado presidencial.
El cuarto
cornúpeta de la mañana, tercero de lidia a pie, lució el hierro de Enrique
Ponce. Fue un animal noble, pero muy flojo de remos que debió ser devuelto a
los corrales. Pechó con él su propietario quien firmó una actuación muy técnica
en la que hizo todo a favor del novillo para intentar mantenerlo en pie y en la
que consiguió lucirse en una postrera serie al natural. Tras recibir un aviso,
pasearía el anillo con un trofeo.
Acto
seguido, intervino “Morante de La Puebla” ante un astado de “Las Ramblas”. El
cuadrúpedo resultó incierto de salida, aunque llegó a la faena de muleta con
mucha nobleza y calidad en las embestidas. Con él, “Morante” consiguió destapar
su frasquito de las esencias de principio a fin. Se gustó con el capote, sobre
todo en el turno de quites. Estuvo vibrante en el tercio de banderillas. Y, con
la muleta, firmó una inconmensurable faena con soberbios muletazos con ambas
manos. Poco importó su fallo con los aceros para que fuese premiado con las dos
orejas de su oponente.
Por su
parte, “El Juli” actuaría ante un cornúpeta de “La Campana” que tuvo nobleza, aunque
resultó un tanto soso. No pudo, Julián, estirarse en el recibo, aunque sí se
gustó en el quite por tafalleras. Ya con la pañosa, llevó a cabo una labor muy torera
en la que se sucedieron muletazos largos y templados con la mano zurda. Tres
circulares invertidos pusieron el broche a esta faena que remató de un
estoconazo. También pasearía las dos orejas de su oponente.
Cerró plaza
el entonces novillero Christian Escribano con un buen ejemplar de “Guadalmena”
que tuvo nobleza y vibración. Escribano anduvo aseado en el recibo capotero
para, posteriormente, firmar un buen quite por tafalleras que remató con una
gran media. Sin embargo, con la muleta, no pasaría de animoso y voluntarioso.
Un pinchazo y una estocada precederían a la concesión de una oreja.
Terminado el
festejo, Adrián Gómez volvería a salir al ruedo para abandonar el coso
carabanchelero junto a sus compañeros entre una nueva atronadora, cariñosa y
emotiva ovación.
Adrián Gómez
falleció el 2 de noviembre de 2010 en el Hospital Doce de Octubre de Madrid
aquejado de una neumonía. Sirva el recuerdo de este festival en su honor como
un pequeño homenaje de este blog a su persona. DEP, TORERO.
P.D.: Queremos pedir disculpas por no poner instantáneas de los
momentos más emotivos del festival, así como de la actuación del entonces
novillero Christian Escribano. El paso de los años, además de otras cuestiones,
han motivado que no dispongamos de esas instantáneas.