lunes, 30 de septiembre de 2019

GUADALIX DE LA SIERRA (MADRID). DOMINGO, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2019. NOVILLADA CON PICADORES MIXTA. FIESTAS PATRONALES DE LA VIRGEN DEL ESPINAR


FERNANDO PLAZA E ISAAC FONSECA PASEAN SENDAS OREJAS


Los novilleros Fernando Plaza e Isaac Fonseca cortaron una oreja cada uno en la novillada picada mixta celebrada en la localidad madrileña de Guadalix de la Sierra con motivo de sus Fiestas Patronales de la Virgen del Espinar. También actuó el rejoneador Víctor Herrero que vio silenciada actuación. Se jugaron astados de las ganaderías de Los Eulogios, para rejones, y Victoriano del Río y Zacarías Moreno, para la lidia a pie. Destacó uno de los de Victoriano del Río que, herrado con el segundo hierro de la casa, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Como viene siendo habitual en los últimos años, la localidad madrileña de Guadalix de la Sierra anunció una novillada con picadores como plato fuerte de su programación taurina llevada a cabo con motivo de sus Fiestas Patronales en honor a la Virgen del Espinar. Pero a diferencia de otros años, esta no fue concurso de ganaderías, aunque se anunciasen reses de distintas vacadas, y, además, contó con la novedad de anunciar a un rejoneador abriendo el cartel.

Así, el cartel quedó compuesto por el rejoneador Víctor Herrero y los novilleros Fernando Plaza e Isaac Fonseca quienes lidiarían un astado para rejones de la ganadería de Los Eulogios y cuatro para lidia a pie de las vacadas de Victoriano del Río y Zacarías Moreno que lidiarían dos novillos cada una.

En líneas generales, el encierro estuvo mal presentado. Solo el de Los Eulogios, aunque sin exageraciones, se salvaría de la quema. Y, aunque en distinto grado, resultó manejable, aunque venido a menos. Entre todo el conjunto, destacó el segundo de la tarde, primero de lidia a pie, del hierro de Toros de Cortés, que fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma. Fue este un ejemplar chico, de agradables y toreras hechuras y cómodo de cara. Un burel que desarrolló gran nobleza, aunque no estuvo muy sobrado de fuerza. Acudió dos veces al caballo y derribó estrepitosamente en el primer encuentro, aunque más por demerito del picador que por su empuje. Recibió dos leves picotazos y el tercio de banderillas se cambió con cuatro palos. Cupo en suerte este noble ejemplar al novillero Fernando Plaza quien lo lanceó con gusto a la verónica en el saludo capotero. Ya con la franela, Plaza inició su faena por estatuarios para, posteriormente, gustarse en series por ambas manos en las que hubo muletazos de mucha calidad. Cerró el trasteo el madrileño con unas vibrantes manoletinas de rodillas. Una estocada defectuosa precedió a un golpe de verduguillo lo que enfrió los ánimos del respetable y el premio quedó reducido a una oreja. El segundo novillo de su lote perteneció a la ganadería de Zacarías Moreno. Fue este un animal de feas y vastas hechuras que no anduvo sobrado de fuerza, defecto que se agravó con el fuerte puyazo recibido y con una voltereta sufrida a la salida del encuentro con el picador. Es verdad que el animal tuvo nobleza, pero la falta de fuerza le hizo defenderse lo que motivó que resultase deslucido. Plaza lo intentó, tanto con capote, como con muleta, aunque sin llegar a alcanzar lucimiento. En esta ocasión, vería silenciada su actuación.

Natural de Fernando Plaza al segundo de la tarde, primero de lidia a pie,
que lució el hierro de Toros de Cortés.
Fue este un ejemplar de mucha nobleza y clase que fue premiado
con la vuelta al ruedo.
Al igual que Plaza, Isaac Fonseca también cortaría una oreja. En este caso, fue al novillo que cerró plaza y que perteneció a la divisa de Victoriano del Río. Fue este un animal de feas hechuras, avacado y escurrido de carnes. Resultó manejable el “victoriano”, aunque embistió sin clase. Con este ejemplar, el joven novillero azteca anduvo templado con el capote, tanto en el recibo, como en el quite. Y se mostró firme y decidido en un estimable trasteo muletero con ambas manos que cerró con unas manoletinas. Poco importó que cayese baja la estocada final para que fuese premiado con el citado apéndice auricular. El primero de su lote, de Zacarías Moreno, fue un novillo justo de presentación. De bonitas y agradables hechuras. Noble, pero con las fuerzas justas lo que motivó que tendiese a defenderse. Con él, Fonseca, anduvo muy templado en el saludo por verónicas y en el quite por gaoneras. Con le muleta, inició el trasteo con dos pases cambiados por la espalda a mano vuelta. Resultó prendido, afortunadamente, sin consecuencias el azteca. Repuesto del susto, llevó a cabo un trasteo de más a menos por las condiciones del burel en el que conseguiría templados pasajes. Un pinchazo sería suficiente para finiquitar a su apagado oponente. Ahora, recibiría silencio como premio a su labor.

Isaac Fonseca lanceando por verónicas al tercero del festejo
de la ganadería de Zacarías Moreno.
Abriría el festejo el rejoneador Víctor Herrero quien no pudo pasar de voluntarioso ante un astado de Los Eulogios de bonitas hechuras y muy justo de fuerzas que, además, acusaría el segundo rejón de castigo colocado por el rejoneador salmantino. Aquerenciado en tablas y agarrado al piso, el de Los Eulogios se fue apagando poco a poco hasta el punto de echarse en el último tercio lo que imposibilitó que Herrero pudiese ejecutar la suerte suprema con el rejón de muerte desde el caballo.


Abrió plaza el rejoneador Víctor Herrero ante un deslucido ejemplar
de Los Eulogios.

domingo, 29 de septiembre de 2019

CERCEDILLA (MADRID). SÁBADO, 7 DE SEPTIEMBRE DE 2019. NOVILLADA CON PICADORES. FIESTAS PATRONALES DE LA NATIVIDAD DE NTRA. SRA.


MONTALVO TOREA Y GUTIÉRREZ Y SAN ROMÁN SALEN POR LA PUERTA GRANDE CON UNA BUENA NOVILLADA DE MONTEALTO


Los novilleros mexicanos Héctor Gutiérrez y Diego San Román salieron en hombros de la plaza de toros de Cercedilla tras cortar tres orejas cada uno a una buena novillada de Montealto que vio como dos de sus astados fueron premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre. Completó la terna el novillero local Javier Montalvo quien firmó una buena actuación que, sin embargo, emborronó con su mal uso de los aceros lo que le privó de acompañar a sus compañeros de terna en la salida a hombros.

La localidad madrileña de Cercedilla celebró sus Fiestas de la Natividad de Nuestra Señora con una novillada picada en la que se anunciaron el novillero local Javier Montalvo y dos de los novilleros que más ambiente están despertando en la presente temporada como son los mexicanos Héctor Gutiérrez y Diego San Román. Una terna interesante que se las vería ante un encierro de la divisa madrileña de Montealto, divisa asidua en los últimos años en el coso parrao.

El festejo comenzó con un sentido recuerdo para una de sus vecinas más ilustres como era la esquiadora Blanca Fernández Ochoa fallecida pocas fechas atrás y cuyos restos mortales se velaban ese mismo día en esta localidad de la sierra madrileña. Se pintó un lazo negro en la misma boca de riego y, a la finalización del paseíllo, se guardó un sentido minuto de silencio en honor de tan señera medallista olímpica madrileña.

Lazo negro pintado en el centro del ruedo de la plaza de toros de Cercedilla
en señal de luto por el fallecimiento de Blanca Fernández Ochoa.
Ya en lo meramente taurino, la novillada de Montealto estuvo bien presentada. Con algunos animales hondos y muy cuajados aptos para ser lidiados en cualquier coso de superior categoría. Y ofreció muy buen juego. Destacaron sobre el conjunto los animales jugados en quinto y sexto lugar que fueron premiados con la vuelta al ruedo póstuma. El resto del encierro fue ovacionado en el arrastre, sobre todo, el que hizo primero.

Abrió plaza el local Javier Montalvo, veterano novillero, sin embargo, poco placeado que tuvo una destacada actuación. Dio una gran impresión a pesar de su escaso rodaje. Firme, asentado, con temple y torería, consiguió pasajes de mucho interés. Solo su fallo con los aceros emborronó sus dos actuaciones y redujo sensiblemente su resultado final. Así, esos fríos silencios que aparecen en la reseña no reflejan lo realizado por Montalvo delante de la cara de los novillos que compusieron su lote. En primer lugar, el novillero parrao sorteó un ejemplar de mucha nobleza. Anduvo aseado, Montalvo, manejando en el capote, tanto en el saludo por verónicas, como en el quite por el mismo palo. Ya con la muleta, dibujó una templada faena sobre la mano diestra, fundamentalmente. Con una verticalidad exquisita, aunque con escaso ceñimiento, todo hay que decirlo, de las manos de Montalvo surgieron derechazos de mucho gusto, por momentos, desmayados y llenos de torería. No anduvo acertado manejando los aceros y vio silenciada su actuación. Como quedó reseñado anteriormente, también vería silenciada, ahora tras aviso, su actuación ante su segundo, otro noble ejemplar, pero con un punto de sosería y más agarrado al piso. No pudo estirarse con el capote, pero con la muleta, anduvo firme y muy asentado en una faena en la que consiguió buenos muletazos con ambas manos. Una muy destacada actuación que volvió a emborronar con el mal manejo de los aceros.

Momento de la faena de Javier Montalvo al novillo que abrió plaza.
Por su parte, Héctor Gutiérrez sorteó en primer lugar un astado manejable, aunque con un punto de brusquedad con el que anduvo muy templado en el saludo capotero y en el quite por saltilleras y gaoneras. Ya con la pañosa, instrumentó una buena faena por ambos pitones. Firmó su labor con una estocada ligeramente desprendida y fue premiado con una oreja. Con el premiado quinto, de nombre “Chocolate”, se gustó por verónicas en el recibo capotero. Y con la muleta, llevó a cabo una labor de menos a más en la que le costó acoplarse con  la embestida de este gran ejemplar. Un acople que solo encontró en la segunda mitad del trasteo donde resultaron los momentos más templados de su actuación. Tras una estocada caída y tendida, Gutiérrez pasearía el anillo parrao con  el benévolo premio de las dos orejas del de Montealto tras el premiado arrastre de este.

Natural de Héctor Gutiérrez al quinto novillo.
Ejemplar que respondió al nombre de "Chocolate"
y que fue premiado con la vuelta al ruedo.
El tercer integrante de la tarde fue Diego San Román a quien, en primer lugar, correspondió un “montealto” de bonitas hechuras, bajo de agujas, hondo, aunque pobre de cara que resultó manejable, aunque con cierto punto de brusquedad. Con este ejemplar, San Román anduvo variado en el saludo capotero por verónicas y chicuelinas, mientras que, con la muleta, realizó un desigual trasteo que comenzó de hinojos. Amontonada y embarullada resultaría para la primera parte de la faena instrumentada, fundamentalmente, con la mano izquierda. Sin embargo, más templada resultaría la segunda mitad en la que hubo una serie estimable con cada mano. Tras cobrar media estocada, sería premiado con una oreja. Y las dos obtendría de “Vanidoso”, el otro ejemplar de la divisa madrileña que fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma. San Román se mostró templado con el capote y en un torero inicio de muleta rodilla en tierra. Ya con la planta erguida, instrumentó una desigual faena por ambos pitones que no llegó a coger vuelo. Cobró una estocada en la suerte de recibir y fue premiado de forma generosa con los dos apéndices auriculares del gran “Vanidoso”.

Así inició Diego San Román su faena de muleta ante el sexto de la tarde.
"Vanidoso" se llamó este novillo que también fue premiado con la vuelta al ruedo.
El ganadero Agustín Montes presenciando la novillada desde el tendido.


sábado, 28 de septiembre de 2019

TORRELAGUNA (MADRID). LUNES, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2019. CLASE PRÁCTICA. FIESTAS PATRONALES EN HONOR A NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD


PUERTA GRANDE PARA KEVIN LOYO Y EL LOCAL JAVIER GARCÍA

Foto: José Cid.
El mexicano Kevin Loyo, que hacía su presentación en España, se ganó el derecho de salir por la puerta grande tras cortar los máximos trofeos de “Aplicado” destacado ejemplar de un desigual encierro de la ganadería de Isabel Reyna que fue premiado con la vuelta al ruedo. Una salida por la puerta grande en la que estuvo acompañado por el local Javier García quien vio como sus paisanos le premiaban con dos cariñosos apéndices en su debut en público. Por su parte, Lalo de María y Mario Arruza cortaron sendas orejas.

El segundo y último festejo de la Feria Taurina de Torrelaguna de 2019 fue, como viene siendo habitual en los últimos años, una clase práctica que corrió a cargo del CITAR-Escuela Taurina de Anchuelo. En la presente edición, este festejo contó con el aliciente de ver anunciado en los carteles al joven local Javier García, alumno de la Escuela Taurina de la Comunidad de Madrid “José Cubero Yiyo” que hacía su presentación en público. Junto a él, se encontraban acartelados los novilleros Lalo de María, alumno de la Escuela Taurina de Navas del Rey, y los alumnos del centro organizador del festejo Juan Reina e Iñaki González. Novilleros que se verían las caras ante un encierro de la divisa de Isabel Reyna. Sin embargo, el cartel se vio modificado a última hora y los dos alumnos anunciados por el centro organizador fueron sustituidos por el conquense Mario Arruza y el azteca Kevin Loyo, alumnos también del citado centro docente. Y, como ocurriría el día anterior, este cambio en el cartel volvería a ser providencial para uno de los novilleros sustitutos ya que Kevin Loyo, que hacía su presentación en nuestro país, se erigiría como triunfador del festejo al obtener los máximos trofeos de “Aplicado”, un ejemplar de excepcional nobleza, clase y fijeza de la divisa de Isabel Reyna Tartiere que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

“Aplicado” fue la única nota destacable de un encierro justo de fuerza y de juego desigual de la vacada guadalajareña. Fue corrido en cuarto lugar y, como queda reseñado, correspondió en suerte al joven novillero mexicano Kevin Loyo quien lo aprovechó de principio a fin en una labor firme, asentada, templada y plagada de torería, tanto manejando el percal donde se gustó en el recibo por templadas verónicas, como con la franela donde dibujaría muletazos de mucho gusto con ambas manos. Un pinchazo arriba que precedió a una certera estocada no impidió que Loyo pasease los máximos trofeos tras el merecido premiado arrastre de “Aplicado”. Así el joven novillero mexicano se ganaba el derecho a salir en hombros por la puerta grande.

Momento de la faena de Kevin Loyo con el premiado "Aplicado".
Foto: José Cid.
Kevin Loyo exhibiendo los máximos trofeos.
Foto: Fermín Martín.
También saldría por la puerta grande el local Javier García quien fue premiado de forma cariñosa con las dos orejas de su oponente por un no menos cariñoso público que llenó, prácticamente, en su totalidad los tendidos del coso torrelagunense para ver las evoluciones de su paisano. El debutante evidenció una extrema bisoñez y un corto bagaje ante el añojo que abrió plaza, ejemplar que apuntó cosas buenas, aunque no se terminó de ver. Lejos de amilanarse por las lógicas citadas carencias, el de Torrelaguna intentó suplir estas con arrojo, decisión y valor lo que hizo aumentar las muestras de cariño de sus paisanos que acabaron sacándole en volandas por la puerta grande. Cumplido el objetivo del debut, ahora es tiempo de preparación, calma y relajo para avanzar en una profesión en la que las prisas nunca fueron buenas compañeras de viaje.

Así inició el local Javier García la faena de muleta al novillo que abrió plaza.
Foto: José Cid.
Por su parte, Lalo de María obtendría un apéndice por su actuación ante el segundo de la tarde, añojo que no terminó de romper. El espigado torero galo dio muestras de conocer el oficio, sin embargo, resulta excesivamente frío. Así, firmó una labor templada, correcta y fácil que resultó aséptica y sin transmisión.

Media con la que Lalo de María remató el saludo capotero al segundo del festejo.
Foto: José Cid.
Y otra oreja cortaría Mario Arruza ante el tercero, el componente más deslucido del encierro. Justo de fuerza, se acalambró durante el saludo el capotero lo que hizo que se desplomase de forma estrepitosa de los cuartos traseros. Se le dio tiempo al animal y terminó recuperándose de esta dolencia. Por si fuera poco, en el inicio del trasteo muletero, hincó los pitones en la arena y a punto estuvo de dar una voltereta lo que agravó la justeza de fuerza. Así, Arruza no pasaría de voluntarioso en una labor en la que no acabó de estar a gusto.

Momento de la faena de muleta de Mario Arruza al tercero.
Foto: Fermín Martín.
Terminó el festejo y los espectadores más jóvenes se echaron al ruedo para formar un pasillo delante de la puerta grande para la salida en hombros de los triunfadores del festejo. Una salida en hombros que estuvo acompañada por una pancarta que pedía libertad y respeto para esta Fiesta única en el mundo que es la Tauromaquia.


Los aficionados más jóvenes pidieron libertad y respeto.
Foto: Fermín Martín
 

viernes, 27 de septiembre de 2019

TORRELAGUNA (MADRID). DOMINGO, 1 DE SEPTIEMBRE DE 2019. NOVILLADA SIN PICADORES. FIESTAS PATRONALES EN HONOR A NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD


PUERTA GRANDE PARA IÑAKI GONZÁLEZ TRAS DESOREJAR
A UN GRAN NOVILLO DE ISABEL REYNA

Foto: Fermín Martín.
Rubén Núñez, triunfador del ciclo torrelagunense de 2018, obtendría una oreja del complicado tercero.

Desigual encierro de presentación y juego de la ganadería de Isabel Reyna del que destacó “Oloroso” que, jugado en segundo lugar, fue premiado con la vuelta al ruedo.

La Feria Taurina de Torrelaguna de 2019, una vez más, comenzó con una novillada sin picadores en la que se anunciaron los novilleros Emiliano Robledo y Rubén Núñez para lidiar novillos de la ganadería de Isabel Reyna cuyo propietario es el rejoneador torrelagunense Manuel Vidrié. Sin embargo, el cartel de novilleros tuvo que ser modificado puesto que Emiliano Robledo no estaba totalmente recuperado de una fractura del peroné de la pierna derecha sufrida a primeros del mes de agosto y que le ha mantenido fuera de los ruedos durante todo este mes. Así, fue Iñaki González quien, finalmente, entró en este festejo cubriendo la vacante dejada por el lesionado Robledo. Una sustitución que resultaría providencial para González puesto que, a la postre, se convirtió en el triunfador del festejo al desorejar a un gran novillo de Isabel Reyna que respondía al nombre de “Oloroso” y que fue premiado con la vuelta al ruedo.

“Oloroso”, corrido en segundo lugar, fue la única nota destacada de un desigual encierro, por presentación y juego, de la divisa de Isabel Reyna. Fue este un novillo bravo, de extraordinaria nobleza y clase en sus embestidas; un animal de gran fijeza y que siempre embistió por abajo. Virtudes que, sin duda, hicieron que fuese premiado con una merecida vuelta al ruedo póstuma. Como quedó señalado anteriormente, “Oloroso” correspondió en suerte a Iñaki González quien se fue a recibirlo con una larga de rodillas a portagayola. Recibo que a punto estuvo de resultar accidentado pues el novillo apenas hizo caso al engaño y saltó por encima de González. Pasado este trance, volvió, González, a echarse de rodillas, ahora en el tercio, para, nuevamente, instrumentar otra larga cambiada. Ya enhiesto, andaría templado lanceando por verónicas. Y arrebatado en el quite por saltilleras con el que replicó al llevado a cabo por un valentísimo Núñez que empezó con caleserinas de rodillas. Ya con la muleta, inició su trasteo sin probaturas citando de rodillas desde el centro del anillo con la mano diestra consiguiendo momentos entonados. Ya con la planta erguida, llevaría a cabo una templada labor con ambas manos en la que destacaron los muletazos instrumentados con la mano diestra. Un pinchazo del que saldría trompicado precedió a una eficaz estocada lo que motivó González pasease el anillo torrelagunense con las dos orejas tras el premiado arrastre de “Oloroso”.

Momento de la faena de Iñaki González al gran "Oloroso"
que fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma.
Foto: José Cid.
Con el ejemplar que cerró plaza, un novillo incierto en los primeros tercios y que se dejó en la muleta, pero sin clase y sin acabar de entregarse, González anduvo dispuesto y decidido en una labor en la que no llegó a encontrar lucimiento.

Manoletina de Iñaki González al novillo que cerró plaza.
Foto: Fermín Martín.
Abrió plaza Rubén Núñez quien, en primer lugar, sorteó un novillo con las fuerzas justas que se mostró incierto de salida y que llegó a la muleta con nobleza, aunque con el defecto de buscar la querencia hacia los adentros. Núñez se mostró muy firme y muy dispuesto con él, tanto con el capote, como con la muleta. Lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio para, posteriormente, gustarse en un templado recibo por verónicas. Quitó por gaoneras para replicar al quite llevado a cabo por su compañero que inició con una larga afarolada de rodillas. Y ya con la pañosa, instrumentó un desigual trasteo con ambas manos que vivió sus momentos más vibrantes en el inicio por estatuarios en el mismo centro del anillo y el final por manoletinas de rodillas. Falló con los aceros y el premio a su actuación quedó reducido a palmas tras aviso. Con el segundo de su lote, astado con complicaciones, Núñez se mostraría muy voluntarioso, decidido y con ganas. Lo más destacable de su actuación fue el quite interpretado en colleras con el sobresaliente Mario Arruza por chicuelinas con el que replicaron a las caleserinas de Iñaki González y el pase cambiado por la espalda de rodillas con el que inició su trasteo muletero. Fue una labor tesonera que sería premiada con una oreja.

Manoletina de rodillas de Rubén Núñez al primero de la tarde.
Foto: Rubén Cid.
Terminar destacando la labor del subalterno Marcos Prieto quien protagonizaría un buen tercio de banderillas en el tercero de la tarde por el que tuvo que saludar montera en mano, saludo que compartió con el tercero de la cuadrilla Diego Valladar.


Pase de pecho de Rubén Núñez al segundo de su lote.
Foto: José Cid.
Rubén Núñez y el sobresaliente Mario Arruza quitaron en collera
por chicuelinas al tercero de la tarde.
Foto: Fermín Martín.

jueves, 26 de septiembre de 2019

TORRELAGUNA (MADRID). LOS DÍAS 1, 2 Y 3 DE SEPTIEMBRE DE 2019. ENCIERROS Y SUELTAS DE RESES. FIESTAS PATRONALES EN HONOR A NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD


Foto: Rubén Cid.
Los días 1, 2 y 3 de septiembre, Torrelaguna celebró sus antiquísimos festejos taurinos populares con motivo de sus Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de la Soledad de 2019. Como en años anteriores, estos festejos taurinos estuvieron compuestos por tres encierros y otras tantas sueltas de reses. Este año, los tradicionales encierros variaron su recorrido debido al obligado cambio de ubicación de la plaza de toros. Así, este festejo fijó su salida en la calle Cardenal Cisneros para finalizar en la calle San Francisco casi en la confluencia con la N-320, lugan donde se encontraba instalado el portátil coso taurino. Así, los astados volvían a transitar por el mismo recorrido por el que transitaron entre los años 1997 y 2005.


El primero de estos festejos tuvo lugar el domingo día 1. Un festejo que se tuvo dos partes. La primera de ellas es la que se podría tener como encierro propiamente dicho, pues fue protagonizado con “las reses que se lidiarán por la tarde”. En él corrieron cuatro erales de la ganadería de D.ª Isabel Reyna Tartiere, propiedad del rejoneador torrelagunense Manuel Vidrié. Fue una carrera rápida en la que los erales pronto se adelantaron a la parada de bueyes. Muy por delante de los mansos, realizaron la mayor parte del recorrido y así llegaron a la plaza de toros.

Los erales de Isabel Reyna que serían lidiados en festejo vespertino protagonizaron
el primer encierro de las Fiestas de Torrelaguna de 2019.
Foto: José Cid.
En seguida, se adelantaron a los mansos y así, adelantados a estos,
llegaron a la plaza de toros.
Foto: Fermín Martín.
Y la segunda parte fue el encierro de dos astados de las ganaderías de Marcelino Lacámara y Javier Soria. Astados que fueron soltados de uno en uno y que protagonizaron la posterior suelta de reses en la plaza de toros. Estuvieron bien presentados, sin embargo, ofrecieron escaso juego, tanto en el recorrido, como en el coso taurino donde solo el de Marcelino Lacámara tuvo alguna arrancada aprovechable por los recortadores presentes. Por su parte, el burel perteneciente a la vacada de Javier Soria se emplazó en el centro del ruedo y no regaló ni una sola embestida a los asistentes.

El astado de Marcelino Lacámara en el recorrido del encierro.
Foto: Rodrigo Cid.
Fue el único que regaló alguna arrancada en la plaza de toros.
Foto: Fermín Martín.
El astado de Javier Soria.
Foto: José Cid.
El de Javier Soria en la plaza de toros.
Foto: Rodrigo Cid.
Al día siguiente, el encierro sería protagonizado por dos cornúpetas de las ganaderías de Javier Soria y Vicente Morell. También de uno en uno recorrieron las calles del municipio y, de la misma manera, protagonizarían la posterior suelta de reses. Lucieron una buena estampa, aunque no ofrecieron posibilidades de lucimiento ni en el recorrido del encierro ni en el coso taurino donde quedaron emplazados y tanto midieron sus arrancadas que no atendieron ni uno solo de los cites que desde los terrenos de las tablas les hicieron los allí presentes.

Astado de Javier Soria que protagonizó el segundo encierro.
Foto: José Cid.
Pocas opciones dio en la plaza de toros.
Foto: Fermín Martín.
El segundo encierro también fue protagonizado por un astado de Vicente Morell.
Foto: Rodrigo Cid.
Nulas opciones dio en el ruedo torrelagunense.
Foto: Fermín Martín.
El martes día 3, tuvo lugar el último encierro y la última suelta de reses. Festejos en los que se corrieron ejemplares de las ganaderías de Hnos. Coloma y Murillo Zueco. Como los días anteriores, de uno en uno protagonizaron la carrera por las calles y la posterior suelta en el ruedo. Y, como los días anteriores, los cornúpetas lucieron una buena presentación, sin embargo, no regalaron ni una embestida en ningún terrero e imposibilitaron el lucimiento del cada vez menor número de corredores y recortadores presentes lo que imposibilitó el disfrute del público asistente.

El de Hnos. Coloma en la calle Cardenal Cisneros.
Foto: José Cid.
Y en la plaza de toros.
Foto: Fermín Martín.
Burel de Murillo Zueco en un intento de recorte en la Calle Cardenal Cisneros.
Foto: José Cid. 
No ofreció opciones en la plaza de toros.
Foto: Fermín Martín.


Terminar agradeciendo su inestimable colaboración en la elaboración de este reportaje a José Cid, Fermín Martín, Rodrigo Cid, Rubén Cid y Fernando Lozano.

lunes, 23 de septiembre de 2019

ALALPARDO (MADRID). 25 Y 26 DE AGOSTO DE 2019. XVII CERTAMEN PARA NOVILLEROS SIN PICADORES "CURRO VÁZQUEZ". FIESTAS PATRONALES EN HONOR A LA VIRGEN DEL ROSARIO


DESTACARON LOS DE LA “YIYO”


Un año más, y van diecisiete, la localidad madrileña de Alalpardo celebró su tradicional certamen para novilleros sin picadores “Curro Vázquez”. En esta edición, se redujo el número de festejos en relación a años anteriores y fueron dos las novilladas programadas. De ellas, una quedó enmarcada dentro del certamen “Camino Hacia Las Ventas”. En estos festejos, actuaron seis jóvenes aspirantes a matadores de toros pertenecientes a distintas escuelas taurinas de nuestra comunidad. Marcos del Rincón, Daniel Pérez, Juan Herrero y Sergio Nunes representaron a la Escuela Taurina de la Comunidad de Madrid “José Cubero Yiyo”; Jaime Hernández, a la de Navas del Rey; y Joao D’Alba a la de la Fundación “El Juli” de Arganda del Rey. Unos novilleros que se las vieron ante astados de las ganaderías de Antonio López Gibaja y José Escolar. Entre los de luces, destacar la actuación de los alumnos de la “José Cubero Yiyo” quienes se ganaron el derecho a salir en hombros por la puerta grande, mientras que sus compañeros tuvieron que conformarse con una oreja cada uno. Y en el apartado ganadero sobresalió el encierro de Antonio López Gibaja que vio como el ejemplar jugado en cuarto lugar fue premiado con la vuelta al ruedo. Mientras, el encierro de José Escolar resultó una exigente prueba para la terna actuante que, además, tuvo que hacer frente a unas adversas condiciones climatológicas.

La terna en hombros con un buen encierro de Antonio López Gibaja


Marcos del Rincón, Daniel Pérez y Juan Herrero fueron los encargados de inaugurar el ciclo alalpardeño. Y lo hicieron ante un encierro de la divisa cacereña de Antonio López Gibaja. Un conjunto que estuvo bien presentado y que ofreció un buen juego, incluso el astado corrido en cuarto lugar, herrado con el número 11 y que respondía al nombre de “Violetero”, fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma. La joven terna aprovechó en mayor o menor medida este buen encierro y consiguió abandonar en hombros el coso alalpardeño.

Abrió plaza Marcos del Rincón ante un ejemplar de mucha nobleza al que cuajó en un templado saludo capotero. Ya con la franela, dibujaría un sensacional trasteo muletero con ambas manos. Destacó por su exquisita verticalidad, su facilidad a la hora andar delante de la cara de los novillos, por su temple y su suavidad a la hora de manejar los avíos. Pinchó una vez antes de cobrar la estocada final y el premio quedó reducido a una oreja. Otra más cortaría al premiado “Violetero”. No pudo lucirse con el capote. Sin embargo, con la muleta, volvió a dejar una gran faena, sobre todo, al natural, aunque también hubo muletazos con la diestra de mucho gusto, especialmente, una serie final que ligó a un ramillete de manoletinas. No anduvo fino con los aceros por lo que vio reducido el premio a su actuación tras recibir un recado presidencial. Volvió a ser premiado con un apéndice auricular.

Momento de la faena de Marcos del Rincón a "Violetero".
"Violetero", corrido en cuarto lugar, fue premiado con la vuelta al ruedo.
Por su parte, Daniel Pérez sorteó en primer lugar un ejemplar de discreta presentación que resultó manso y geniudo, aunque regaló un ramillete de embestidas hasta que se rajó a tablas cuando se sintió podido. Con este ejemplar, anduvo airoso manejando el capote y se lució en un vibrante tercio de banderillas en el que destacó un par recortando y quebrando. Con la muleta, instrumentó una labor de más a menos por la citada condición de su oponente. Marró con los aceros y vio silenciada su actuación tras un recado presidencial. Con el quinto, eral bien presentado, noble y encastado que fue ovacionado en el arrastre, volvió a mostrarse airoso y variado en el recibo capotero. Y volvió a brillar en banderillas que cerró con un arriesgado par al quiebro. Con la muleta, llevó a cabo una desigual faena con ambas manos en la que convivieron buenos pasajes con otros embarullados. Destacaron las dos rotundas series finales, una con la diestra y otra por naturales. El pinchazo que precedió a la estocada final no obstó para que la labor del novillero toledano fuese premiada con las dos orejas.

Natural de Daniel Pérez al quinto de la tarde.
Completó la terna Juan Herrero quien, en tercer lugar, se las vio ante un noble ejemplar que tuvo un punto de sosería. Con el capote, se gustó en las dos medias con las que remató el aseado saludo. Y con la muleta, anduvo muy templado en una faena por ambos pitones que tuvo mucho gusto. Unas ajustadas bernadinas, en las que resultó prendido sin consecuencias, precedieron al fallo a espadas por lo que el premio a su actuación quedó reducido a una ovación. Con el noble burel que cerró el festejo, se mostró airoso manejando el capote. Mientras que, con la muleta, llevaría a cabo un desigual trasteo con ambas manos en la que dejó un ramillete de buenos momentos, sobre todo, por naturales. Puso fin al trasteo con unas luquesinas y un arrebatado y bullidor final de rodillas. La eficaz estocada con la que rubricó su labor puso en sus manos las dos orejas de este buen cierraplaza.

Juan Herrero con el tercero de la tarde.
Los ganaderos Antonio López padre e hijo.
Nunes en hombros ante un exigente encierro de José Escolar en tarde de continuo aguacero


El segundo festejo del ciclo estaba incluido en el certamen “Camino Hacia Las Ventas”. Y su desarrollo estuvo condicionado por el continuo aguacero caído durante el mismo. A veces, en fina lluvia, a veces, en fuertes chubascos tormentosos, toda la tarde estuvo pasada por agua. Así, con este ambiente, bastante hizo la joven terna con estar delante del exigente encierro de la divisa de José Escolar. Los erales de la divisa abulense lucieron una dispar presentación y, aunque, encastados, ofrecieron un juego desigual y fue un difícil examen para los novilleros Sergio Nunes, Jaime Hernández y Joao D’Alba.

El ganadero José Escolar.
Abrió plaza Sergio Nunes ante un ejemplar muy justo de presentación, vareado de carnes y de pobre cara que tuvo un buen pitón izquierdo, pero que, sin embargo, ofreció más complicaciones por el derecho. Con él, se gustó Nunes lanceando por verónicas en el saludo capotero. Tras un desigual tercio de banderillas compartido con sus compañeros de terna, firmó un desigual trasteo muletero en el que destacaron los pasajes al natural. Poco importaría la defectuosa colocación de la espada para que su labor fuese premiada con una oreja. Otra oreja más cortaría del también vareado cuarto, un ejemplar encastado y noble, sobre todo, por el pitón izquierdo que, sin embargo, amagó con rajarse al final del trasteo. Con este novillo, andaría aseado en el recibo que remataría con una airosa media de rodillas. Interpretó un buen tercio de banderillas. Y con la muleta, instrumentaría un trasteo de menos a más en el que hubo momentos de mucho gusto con la mano izquierda. Poco importaría el mal manejo de la espada y el recado presidencial para que a sus manos fuese a parar el anteriormente referido apéndice.

Natural de Sergio Nunes al que abrió plaza en el segundo festejo del ciclo.
Jaime Hernández se fue a portagayola para recibir al segundo de la tarde con una larga cambiada de rodillas. Este momento, junto con alguna verónica aislada, fue lo más destacado de su recibo capotero del  vareado, encastado y exigente “escolar”.  Junto a sus compañeros de terna, firmó un buen tercio de banderillas. Sin embargo, con la muleta, no pasaría de voluntarioso en una larga labor en la que no llegó a acoplarse con el novillo. Además, andaría poco acertado manejando los aceros por lo que llegó a ser avisado por partida doble. Al segundo de su lote, astado con volumen, mogón del izquierdo, que resultó encastado y tuvo un buen pitón derecho –más complicado por el izquierdo por donde acortaría el viaje– también lo recibiría con una larga de rodillas a portagayola. Un recibo que resultaría accidentado pues, al levantarse, resultaría prendido de fea manera por el novillo. Repuesto del susto, me mostró aseado en banderillas. Y, con la muleta, nunca estaría a gusto en un largo trasteo en el que no llegó a acoplarse con la embestida del novillo en una larga faena que, incluso, llegó a ser avisada antes de entrar a matar. Tampoco anduvo fino con los aceros a pesar de los cual sería premiado con una oreja.

Arriesgado par de banderillas de Jaime Hernández al primero de su lote.
Completó la terna el portugués Joao D’Alba quien, en tercer lugar, se las vio ante un astado bien presentado, geniudo y exigente al que recibió  con dos largas cambiadas de rodillas, una a portagayola y otra en el tercio. Ya enhiesto, se gustó en las verónicas de recibo que remató con dos torerísimas medias. Destacó en el tercio de banderillas compartido con sus compañeros de terna. Y anduvo muy firme, asentado y con ganas en una larga faena de muleta que llegó a ser avisada antes de entrar a matar. No estuvo afortunado en la suerte final, incluso, llegó a ser prendido de fea manera en el último intento. Vio silenciada su actuación. Con el cierraplaza, novillo vareado de carnes y muy encastado, se mostró muy firme manejando el percal para someter a su oponente. Tras un desigual tercio de banderillas, se fue a brindar la faena a los componentes de la peña “El Coñazo”. Arrebatado y bullidor se mostró el luso en un trasteo muletero que transcurrió durante el momento más fuerte del continuo aguacero en el que, por momentos, faltó poso y temple. Aun así, sería premiado con una oreja.


Momento del saludo capotero de Joao D'Alba al tercero de la tarde.