lunes, 24 de mayo de 2021

¿POR QUÉ NO TOCA LA MÚSICA EN LAS VENTAS?

¿POR QUÉ NO TOCA LA MÚSICA EN LAS VENTAS?


La madrileña plaza de toros de Las Ventas posee muchas peculiaridades. Una de ellas es que no toca la música durante las lidias de los toros al contrario que de lo que sucede en el resto de plazas. Así la intervención de la banda de música venteña se limita al paseíllo, los entreactos, los momentos de la devolución de los toros a los corrales y a la finalización del festejo. Esta costumbre conocida y asumida por los habituales de los escaños venteños, sin embargo, es desconocida por muchos de los no habituales quienes se delatan cuando rompen ese “run run” madrileño que rodea a esas faenas de relumbrón al solicitar los sones de la banda al grito de “¡música!” que es acallado, a veces, con gracejos, a veces, con incompresibles improperios.

Pero, ¿de dónde viene esa costumbre? La versión más extendida nos dice que esta tradición venteña dataría de la corrida de toros celebrada en la monumental capitalina el 24 de mayo de 1939 en el que fue el primer acontecimiento taurino que acogía el coso madrileño tras la Guerra Civil y a la que el bando ganador denominó como la “Corrida de la Victoria”. En ella, se acartelaron el rejoneador Antonio Cañero y los matadores de toros Marcial Lalanda, Vicente Pastor, Pepe Amorós, Domingo Ortega, Pepe Bienvenida y “El Estudiante” quienes se las verían ante astados de Clairac, Carmen de Federico, Concha y Sierra, Pablo Romero, Antonio Pérez, Sánchez y Fabrés y Marqués de Villamarta.

Según cuenta esta versión, la música tocó durante la faena que Marcial Lalanda realizó al astado de Carmen de Federico. El pasodoble interpretado sería el compuesto en honor al diestro madrileño. Sin embargo, no lo haría durante el trasteo que llevó a cabo Domingo Ortega ante el burel de Antonio Pérez y que sería premiado con los máximos trofeos. Esta situación desembocaría en una gran bronca de los partidarios del diestro de Borox ante la negativa de la banda para iniciar el pasodoble.

Hay quien apunta que esta situación se debió a la rivalidad existente entre Lalanda y Ortega y sus seguidores. Al parecer, el director de la banda se encontraría entre los partidarios del primero y por eso no tocó durante la faena del segundo. Mientras, hay otros que apuntan que esta situación se debió a la “factura” que le pasaron al diestro de Borox por sus supuestas simpatías republicanas.

Esta situación sería la que motivaría que, para evitar malentendidos y enfrentamientos gratuitos, se decidiese no volver a tocar la música durante las faenas de muleta de los diestros. Incluso hay quien apunta que en el resto de festejo que quedaba por celebrar tras la intervención de Ortega no volvió a tocar la música.

Pero, ¿qué hay de cierto en esto? Pues las reseñas del festejo publicadas al día siguiente en El Heraldo de Zamora y en El Imperio. Diario de Falange Española Tradicionalista y de las Jons nos dicen lo contrario. La primera de las citadas publicaciones reseñaría la intervención de Ortega de la siguiente manera: “Sale el quinto de Clairac -esta publicación, dice que todos los astados pertenecieron a la mentada ganadería- y Domingo Ortega logra seis magníficas verónicas, que son coreadas por toda la plaza. Suena la música y el ‘paleto’ de Borox, con la muleta inicia la faena, agarra una media estocada y descabella al primer intento (ovación, oreja y rabo). Y la segunda de ellas lo haría así: “Quinto. Ortega hace seis verónicas artísticas entre grandes ovaciones. Suena la música, muletea y coloca media estocada. Un descabello, ovación, oreja y rabo”. Lo que sí es chocante en ambas reseñas es que en ellas, única y exclusivamente, se hace referencia a la intervención de la música al comentar la actuación del diestro de Borox.

Y también contradiría aquella versión la crónica firmada por “Giraldillo” que fue publicada en ABC también al día siguiente del festejo cuando, al relatar la actuación de Ortega, decía: “El público, que había jaleado en tanto la música, repetía una y otra vez el nombre del torero en las notas del conocido pasodoble…”. Así, podríamos entender que el público jaleó la faena mientras la música interpretaba los sones del pasodoble en honor al diestro de Borox. Por cierto, que esta crónica de “Giraldillo” también destaca que la música sonó durante la posterior actuación de Pepe Bienvenida ante el toro de Sánchez Fabrés y que, al igual que la de Ortega, también sería premiada con los máximos trofeos. Máximos trofeos que, por cierto, también serían recibidos por Vicente Barrera tras lidiar al ejemplar de Concha y Sierra.

Con estos argumentos, no podríamos afirmar que la comentada versión sea la causante de esta tradición. Y más cuando leemos el trabajo “Los toros en la música” firmado por Manuel Delgado-Iribarren Negrao que aparece en la enciclopedia Los Toros, más conocida como “El Cossío”, cuando al hablar sobre la intervención de la música en las faenas de los diestros dice: “Sin embargo, en la Plaza Monumental de Madrid ha sido totalmente erradicada, desde hace bastantes años, no se sabe muy bien por qué. Tal vez por un mal entendido sentido de la seriedad de la lidia…”.

Lo que sí parece más o menos claro es que ese 24 de mayo de 1939 fue la última vez que la banda de música venteña intervino durante la lidia de un toro.

Esta tradición se rompería el 16 de octubre de 1966, día en el que el diestro Antonio Bienvenida se despedía de los ruedos ante la afición madrileña cerrándose con seis toros de distintas ganaderías. Según se relata en el número 1165 de la revista El Ruedo de fecha de 18 de octubre de 1966, todo ocurrió durante el tercio de banderillas del quinto toro de la tarde. Tras colocar dos pares de banderillas, Bienvenida brindó el último par a la banda de música que, sin pensar, correspondió al brindis interpretando el pasodoble “El gato montés”. Según se relata en esta misma publicación, el público también solicitó que sonase la música durante la faena de muleta, sin embargo, fue el mismo Antonio Bienvenida quien, ante la misma cara del toro, hizo señales para que no se atendiese la mentada petición.


Esta costumbre es una regla no escrita de la plaza de toros de Las Ventas que sigue vigente en nuestros días. Así lo reconoce Francisco García, quien fuese miembro de la banda musical venteña durante cuarenta años de los cuales, los siete últimos, los comprendidos entre 2010 y 2017, lo hizo como director de la misma al suceder a Lorenzo Gallego Castuera. Fue en una entrevista concedida a Alexis Redondo que fue publicada en el número 6 de la revista (T)ORO de septiembre de 2017 cuando afirma que “no he encontrado ninguna ley, orden o norma escrita que nos prohíba tocar durante la lidia del toro. (…) Siento que es algo abstracto, algo que respiramos, que está en el aire”. Como curiosidad, también reconoce García que esta tradición estuvo a punto de romperse a mediados de los ochenta ante el “engaño” de un torero pues “Morenito de Maracay estuvo en Madrid poniendo sus famosas banderillas al quiebro. Entonces nos dijo que ya había hablado con el presidente de la plaza para que se tocara la música durante su presentación. A todos nosotros se nos hizo raro. Recuerdo que el director salió corriendo para el palco de la presidencia. Cuando regresó nos dimos cuenta que Maracay por poco nos engaña. Llegó el momento de las banderillas y el venezolano nos miraba desde el ruedo, nos alzaba la cabeza y levantaba sus manos, nosotros ya seguros por haber consultado con el presidente estuvimos tranquilos a sus reclamos”. Sobre si se debería revertir esta situación, García apunta que “para mí lo mejor es como está si tocase la música en la faena el problema es quién va a mandar que yo toque. ¿De quién es la responsabilidad? El presidente me manda tocar, yo toco. Pero si la gente empieza a protestar entonces me señalarían…”.

En la actualidad, la banda venteña está compuesta por veintidós miembros y está dirigida por Rafael Zahonero quien asumió el cargo el 24 de mayo de 2017 tras la jubilación de Francisco García. Zahonero en una entrevista concedida a Adrián Blázquez del Coso en el portal Al Toro sí se mostraría dispuesto a que sonase la música durante la lidia. En ella, Zahonero apuntaría que “ronda mucho en mi cabeza la verdad”. Aunque también muestra ciertas reservas cuando dice que “el temor me asalta, porque no tengo nada claro la reacción que pudiera tener el público o incluso el torero. No me gustaría pasar a la historia como el director de la banda que formó un escándalo en Las Ventas y arruinó una faena de triunfo”. Sin embargo, Zahonero sí ve más factible de que esta cuestión se produjese “en un festival o en una corrida de único espada” y reconoce que en ese caso “sí tenemos previsto acompañar con la música alguna gran faena si se da el caso”.

La puerta para que la música vuelva a sonar en la monumental madrileña durante la lidia de los toros queda abierta, aunque de producirse este hecho, la banda debería aumentar considerablemente y, posiblemente, cambiar su ubicación, pues de no ser así, las notas musicales se perderían entre las grandes dimensiones de la monumental y el clamor de los tendidos.

Ahora, si tenemos en cuenta las divisiones de opiniones que se producen entre los aficionados en los desarrollos de ciertas lidias, ¿se imaginan lo que podría suceder si se arrancase a tocar la música? Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy que decía el otro.

La banda de música de Las Ventas, bajo la dirección de Francisco García, amenizando los prolegómenos de un festejo taurino en la monumental madrileña interpretando el pasodoble "Plaza de Las Ventas" de Manuel Lillo Torregrosa.