lunes, 8 de octubre de 2018

LAS VENTAS (MADRID). SÁBADO, 6 DE OCTUBRE DE 2018. FERIA DE OTOÑO. CORRIDA DE REJONES



DIEGO VENTURA ESCRIBE UNA NUEVA Y TRIUNFAL PÁGINA
EN LA HISTORIA DEL TOREO A CABALLO Y DE LA TAUROMAQUIA


Diego Ventura soñó escribir una nueva página en la Historia del Toreo a Caballo y de la Tauromaquia. Se lo propuso. Y por ello se anunció para lidiar seis toros en solitario en la madrileña plaza de toros de Las Ventas. Ya lo hizo antes en la sevillana plaza de la Maestranza, en Huelva y, en el presente año, en la localidad sevillana de Espartinas en una tarde que se podría considerar como un ensayo general de lo que sería esta tarde para la Historia.

El primer éxito conseguido por Ventura en esta histórica cita fue el ser capaz de llenar, prácticamente, en su totalidad los tendidos de la monumental madrileña en un festejo programado fuera de abono. Algo que, en el toreo a pie, solo han sido capaces de hacer en los últimos años Morante de la Puebla en aquella encerrona del Domingo de Resurrección de 2004 y el tristemente fallecido Iván Fandiño quien sí consiguió colgar el cartel de “No hay billetes” en su corrida en solitario del Domingo de Ramos de 2015.

Sin embargo, no fue fácil la tarde para Ventura pues tuvo que luchar contra la mansedumbre y escaso juego que ofrecieron los cornúpetas de las ganaderías de Hdros. de Ángel Sánchez y Sánchez, “Miura” y María Guiomar Cortés de Moura. Aun así, el de La Puebla del Río, con su magnífico sentido del toreo y del espectáculo, dio la cara desde el primer momento. No se dejó nada para el final. Y fue capaz de sobreponerse a las adversas condiciones de los astados sin arrugarse un ápice. Incluso en el tercio de banderillas del cuarto astado que compartió con el sobresaliente Juan Manuel Munera. Fue tal su disposición y ganas de triunfo que de no ser por su fallo con el rejón de muerte, pudiese haber obtenido más de un trofeo tras sus primeras cuatro intervenciones.

Y en esto que llegó el quinto, segundo de los astados de “Miura”. Y fue aquí donde rompió esta cita que ya era histórica. Sensacional, como toda la tarde, anduvo Ventura en esta faena que fue premiada de forma rácana por parte de la presidencia con una oreja pues los integrantes del palco presidencial fueron los únicos que parecieron no enterarse de lo que había sucedido en el ruedo y desoyeron una clamorosa petición de la segunda oreja. Un segundo trofeo con el que sí se premiaría la actuación de Ventura ante el noble ejemplar de María Guiomar Cortés de Moura que cerró el festejo. La faena rozó la perfección. Sin duda alguna, hubiese sido merecedora de los máximos trofeos si el rejón de muerte no hubiese quedado bajo y trasero como quedó. Se solicitaron con fuerza los máximos trofeos para Ventura, sin embargo, todo hay que decirlo, ahora sí acertó el palco en no acceder a su concesión debido al señalado fallo con el rejón de muerte. Así, el de La Puebla del Río, paseó las dos orejas de este noble ejemplar que sería premiado de forma excesiva con la vuelta al ruedo póstuma.

Terminó el festejo. Y Diego Ventura traspasaba en hombros el umbral de la puerta grande la monumental plaza de toros de Las Ventas por decimoséptima vez en su carrera con la satisfacción de saberse autor de una de las páginas más gloriosas de la Historia del Toreo a Caballo y de la Tauromaquia.