lunes, 1 de marzo de 2021

EN EL RECUERDO. PLAZA DE TOROS DE "VISTALEGRE" (MADRID). DOMINGO, 1 DE MARZO DE 2009. FESTIVAL TAURINO A BENEFICIO DEL BANDERILLERO ADRIÁN GÓMEZ

 


Fotos: Pepe Cid

EL DÍA QUE TODOS FUIMOS ADRIÁN

La mañana del domingo 1 de marzo de 2009, la carabanchelera plaza de toros de “Vistalegre” acogió un magno festival taurino a beneficio del banderillero Adrián Gómez quien el 23 de junio de 2008 quedaba tetrapléjico en la plaza de toros de Torrejón de Ardoz tras la fatal voltereta que le propinó el quinto novillo de la tarde, perteneciente a la ganadería de Antonio San Román, cuando Adrián trataba de tomar el olivo después de colocar un par de banderillas. Esta fatídica tarde, Adrián, integrante de la cuadrilla del matador de toros fuenlabreño José Pedro Prados “El Fundi”, actuaba, con el beneplácito de su jefe de filas, a las órdenes del novillero Miguel Luque.

Desde el primer momento, “El Fundi” se puso a trabajar con el objetivo de organizar un festival para recaudar fondos para su banderillero herido. Y lo consiguió. Quedaba demostrada, una vez más, la solidaridad del mundo del toro, en este caso, para con un compañero herido. Con el lema “Todos somos Adrián”, el cartel confeccionado por el fuenlabreño fue de auténtico lujo: el rejoneador Diego Ventura, los matadores de toros José Miguel Arroyo “Joselito”, quien reaparecía para la ocasión, el mismo “Fundi”, Enrique Ponce, “Morante de La Puebla”, “El Juli” y el entonces novillero Christian Escribano fueron los integrantes de este cartel. También los ganaderos respondieron a esta llamada solidaria donando sus astados. Unos astados que lucieron las divisas de Carmen Lorenzo, Victoriano del Río, “El Ventorrillo”, Enrique Ponce, “Las Ramblas”, “La Campana” y “Guadalmena”. Solo quedaba esperar a la respuesta de la afición. Y, como era de esperar, la afición tampoco defraudó llenando en su totalidad los tendidos del coso carabanchelero.

Fue una mañana cargada de sensibilidad y emoción. Algo que se palpaba ya en los aledaños y que se desbordó a la hora fijada para el comienzo del festejo con la estruendosa, cerrada, sentida y cariñosa ovación con la que el respetable recibió a Adrián cuando este, en silla de ruedas, acompañado por su mujer y un allegado irrumpió en la arena. Posteriormente, serían los actuantes en el festejo los que acompañarían a Adrián hasta el centro del ruedo para que saludase a la afición. Esta sensibilidad y emoción perduraría durante el festejo y se acrecentaría más si cabe cuando todos los actuantes brindaban sus faenas al compañero herido.

En lo que a lo taurino se refiere, abrió plaza el rejoneador Diego Ventura quien se las vio ante un buen ejemplar de la divisa de Carmen Lorenzo. Ventura llevó a cabo una faena magistral en la que brilló el toreo a caballo clásico, templado y ligado no exento de espectacularidad que pronto caló en los tendidos. Sería premiado con las dos orejas de este buen ejemplar tras un certero rejonazo.

El turno de los de a pie lo inauguró “Joselito” quien, por cierto, tuvo que saludar una cerrada ovación tras romperse el paseíllo. El madrileño tuvo enfrente un astado de Victoriano del Río que tuvo mucha nobleza por el pitón derecho, pero que, sin embargo, resultó complicado por el izquierdo. Se gustó, José, manejando el percal. Saludó al de Victoriano por sensacionales verónicas; galleó por chicuelinas para ponerlo en suerte; y quitó por verónicas a pies juntos poniendo en pie al respetable. Ya con la franela, dibujó tres sensacionales series con la diestra. Menos lucido resultaría el toreo al natural por la complicada condición del burel que, incluso, le llegó a propinar un pequeño susto. Remató la faena de pinchazo y estocada y a sus manos fueron a parar las dos orejas.

Le siguió en turno “El Fundi” quien lidiaría un gran ejemplar de la ganadería de “El Ventorrillo”. Estuvo muy a gusto, el fuenlabreño, manejando el capote en el recibo por verónicas y en el quite por chicuelinas. Y, tras protagonizar el tercio de banderillas, llevó a cabo una faena de muleta por ambos pitones elegante y plagada de torería. La estocada cobrada en la suerte de recibir tras un pinchazo no sería suficiente para finiquitar al “ventorrillo” por lo que “Fundi” tuvo que utilizar el verduguillo. Pasearía las dos orejas tras recibir un recado presidencial.

El cuarto cornúpeta de la mañana, tercero de lidia a pie, lució el hierro de Enrique Ponce. Fue un animal noble, pero muy flojo de remos que debió ser devuelto a los corrales. Pechó con él su propietario quien firmó una actuación muy técnica en la que hizo todo a favor del novillo para intentar mantenerlo en pie y en la que consiguió lucirse en una postrera serie al natural. Tras recibir un aviso, pasearía el anillo con un trofeo.

Acto seguido, intervino “Morante de La Puebla” ante un astado de “Las Ramblas”. El cuadrúpedo resultó incierto de salida, aunque llegó a la faena de muleta con mucha nobleza y calidad en las embestidas. Con él, “Morante” consiguió destapar su frasquito de las esencias de principio a fin. Se gustó con el capote, sobre todo en el turno de quites. Estuvo vibrante en el tercio de banderillas. Y, con la muleta, firmó una inconmensurable faena con soberbios muletazos con ambas manos. Poco importó su fallo con los aceros para que fuese premiado con las dos orejas de su oponente.

Por su parte, “El Juli” actuaría ante un cornúpeta de “La Campana” que tuvo nobleza, aunque resultó un tanto soso. No pudo, Julián, estirarse en el recibo, aunque sí se gustó en el quite por tafalleras. Ya con la pañosa, llevó a cabo una labor muy torera en la que se sucedieron muletazos largos y templados con la mano zurda. Tres circulares invertidos pusieron el broche a esta faena que remató de un estoconazo. También pasearía las dos orejas de su oponente.

Cerró plaza el entonces novillero Christian Escribano con un buen ejemplar de “Guadalmena” que tuvo nobleza y vibración. Escribano anduvo aseado en el recibo capotero para, posteriormente, firmar un buen quite por tafalleras que remató con una gran media. Sin embargo, con la muleta, no pasaría de animoso y voluntarioso. Un pinchazo y una estocada precederían a la concesión de una oreja.

Terminado el festejo, Adrián Gómez volvería a salir al ruedo para abandonar el coso carabanchelero junto a sus compañeros entre una nueva atronadora, cariñosa y emotiva ovación.

Adrián Gómez falleció el 2 de noviembre de 2010 en el Hospital Doce de Octubre de Madrid aquejado de una neumonía. Sirva el recuerdo de este festival en su honor como un pequeño homenaje de este blog a su persona. DEP, TORERO.

P.D.: Queremos pedir disculpas por no poner instantáneas de los momentos más emotivos del festival, así como de la actuación del entonces novillero Christian Escribano. El paso de los años, además de otras cuestiones, han motivado que no dispongamos de esas instantáneas.