MONTALVO TOREA Y GUTIÉRREZ Y SAN ROMÁN SALEN POR LA PUERTA GRANDE CON UNA BUENA NOVILLADA DE MONTEALTO
Los
novilleros mexicanos Héctor Gutiérrez y Diego San Román salieron en hombros de
la plaza de toros de Cercedilla tras cortar tres orejas cada uno a una buena
novillada de Montealto que vio como dos de sus astados fueron premiados con la
vuelta al ruedo en el arrastre. Completó la terna el novillero local Javier
Montalvo quien firmó una buena actuación que, sin embargo, emborronó con su mal
uso de los aceros lo que le privó de acompañar a sus compañeros de terna en la
salida a hombros.
La
localidad madrileña de Cercedilla celebró sus Fiestas de la Natividad de
Nuestra Señora con una novillada picada en la que se anunciaron el novillero
local Javier Montalvo y dos de los novilleros que más ambiente están
despertando en la presente temporada como son los mexicanos Héctor Gutiérrez y
Diego San Román. Una terna interesante que se las vería ante un encierro de la
divisa madrileña de Montealto, divisa asidua en los últimos años en el coso
parrao.
El
festejo comenzó con un sentido recuerdo para una de sus vecinas más ilustres
como era la esquiadora Blanca Fernández Ochoa fallecida pocas fechas atrás y
cuyos restos mortales se velaban ese mismo día en esta localidad de la sierra
madrileña. Se pintó un lazo negro en la misma boca de riego y, a la
finalización del paseíllo, se guardó un sentido minuto de silencio en honor de
tan señera medallista olímpica madrileña.
Lazo negro pintado en el centro del ruedo de la plaza de toros de Cercedilla en señal de luto por el fallecimiento de Blanca Fernández Ochoa. |
Ya
en lo meramente taurino, la novillada de Montealto estuvo bien presentada. Con
algunos animales hondos y muy cuajados aptos para ser lidiados en cualquier
coso de superior categoría. Y ofreció muy buen juego. Destacaron sobre el
conjunto los animales jugados en quinto y sexto lugar que fueron premiados con
la vuelta al ruedo póstuma. El resto del encierro fue ovacionado en el
arrastre, sobre todo, el que hizo primero.
Abrió
plaza el local Javier Montalvo, veterano novillero, sin embargo, poco placeado
que tuvo una destacada actuación. Dio una gran impresión a pesar de su escaso
rodaje. Firme, asentado, con temple y torería, consiguió pasajes de mucho
interés. Solo su fallo con los aceros emborronó sus dos actuaciones y redujo
sensiblemente su resultado final. Así, esos fríos silencios que aparecen en la
reseña no reflejan lo realizado por Montalvo delante de la cara de los novillos
que compusieron su lote. En primer lugar, el novillero parrao sorteó un
ejemplar de mucha nobleza. Anduvo aseado, Montalvo, manejando en el capote,
tanto en el saludo por verónicas, como en el quite por el mismo palo. Ya con la
muleta, dibujó una templada faena sobre la mano diestra, fundamentalmente. Con
una verticalidad exquisita, aunque con escaso ceñimiento, todo hay que decirlo,
de las manos de Montalvo surgieron derechazos de mucho gusto, por momentos,
desmayados y llenos de torería. No anduvo acertado manejando los aceros y vio
silenciada su actuación. Como quedó reseñado anteriormente, también vería
silenciada, ahora tras aviso, su actuación ante su segundo, otro noble
ejemplar, pero con un punto de sosería y más agarrado al piso. No pudo
estirarse con el capote, pero con la muleta, anduvo firme y muy asentado en una
faena en la que consiguió buenos muletazos con ambas manos. Una muy destacada
actuación que volvió a emborronar con el mal manejo de los aceros.
Momento de la faena de Javier Montalvo al novillo que abrió plaza. |
Por
su parte, Héctor Gutiérrez sorteó en primer lugar un astado manejable, aunque
con un punto de brusquedad con el que anduvo muy templado en el saludo capotero
y en el quite por saltilleras y gaoneras. Ya con la pañosa, instrumentó una
buena faena por ambos pitones. Firmó su labor con una estocada ligeramente
desprendida y fue premiado con una oreja. Con el premiado quinto, de nombre “Chocolate”,
se gustó por verónicas en el recibo capotero. Y con la muleta, llevó a cabo una
labor de menos a más en la que le costó acoplarse con la embestida de este gran ejemplar. Un acople
que solo encontró en la segunda mitad del trasteo donde resultaron los momentos
más templados de su actuación. Tras una estocada caída y tendida, Gutiérrez
pasearía el anillo parrao con el
benévolo premio de las dos orejas del de Montealto tras el premiado arrastre de
este.
Natural de Héctor Gutiérrez al quinto novillo. |
Ejemplar que respondió al nombre de "Chocolate" y que fue premiado con la vuelta al ruedo. |
El
tercer integrante de la tarde fue Diego San Román a quien, en primer lugar,
correspondió un “montealto” de
bonitas hechuras, bajo de agujas, hondo, aunque pobre de cara que resultó
manejable, aunque con cierto punto de brusquedad. Con este ejemplar, San Román
anduvo variado en el saludo capotero por verónicas y chicuelinas, mientras que,
con la muleta, realizó un desigual trasteo que comenzó de hinojos. Amontonada y
embarullada resultaría para la primera parte de la faena instrumentada,
fundamentalmente, con la mano izquierda. Sin embargo, más templada resultaría
la segunda mitad en la que hubo una serie estimable con cada mano. Tras cobrar
media estocada, sería premiado con una oreja. Y las dos obtendría de
“Vanidoso”, el otro ejemplar de la divisa madrileña que fue premiado con la
vuelta al ruedo póstuma. San Román se mostró templado con el capote y en un
torero inicio de muleta rodilla en tierra. Ya con la planta erguida,
instrumentó una desigual faena por ambos pitones que no llegó a coger vuelo.
Cobró una estocada en la suerte de recibir y fue premiado de forma generosa con
los dos apéndices auriculares del gran “Vanidoso”.
Así inició Diego San Román su faena de muleta ante el sexto de la tarde. |
"Vanidoso" se llamó este novillo que también fue premiado con la vuelta al ruedo. |
El ganadero Agustín Montes presenciando la novillada desde el tendido. |
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