viernes, 3 de septiembre de 2021

LOS TOROS EN TORRELAGUNA. RECORDANDO LA FERIA TAURINA DE 1991

LOS TOROS EN LAS FIESTAS PATRONALES EN TORRELAGUNA: RECORDANDO LA FERIA TAURINA DE 1991

Viernes, 3 de septiembre de 2021. Hoy deberían dar comienzo nuestras Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de la Soledad. Unas fechas que, por segundo año consecutivo, no se vivirán de igual manera por la pandemia que nos acecha desde hace año y medio. Y, por segundo año consecutivo, nuestra localidad no vivirá sus tradicionales y antiquísimos festejos taurinos, aunque es cierto que, algunos espectáculos como nuestros afamados encierros no pueden llevarse a cabo.

En De celeste y plata no hemos querido que Torrelaguna, nuestro pueblo, se quede sin una de sus más antiguas tradiciones, aunque sea de manera virtual, y como hicimos el año pasado, todos los días de la Función tendremos un recuerdo para estos festejos.

Comenzamos hoy recordando lo acontecido en la Feria Taurina de 1991 con este texto aparecido hace pocas fechas en el Libro de eventos Verano 2021 (lo que otros años sería el Libro de las Fiestas) editado de forma on line por el Ayuntamiento de Torrelaguna:

Los Toros en Torrelaguna. Recuerdos de la Feria Taurina de 1991


Las fechas de nuestras Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de la Soledad se acercan. Fechas que deberían ser de devoción, disfrute, alegría, reencuentros… Sin embargo, estas, como todas las fechas del calendario desde hace ya año y medio, están rodeadas de cierta incertidumbre debido a la dichosa pandemia que nos acecha todavía hoy. Esta situación tampoco nos es ajena a los aficionados taurinos de Torrelaguna quienes no sabemos cuándo podremos volver a disfrutar de nuestra afición en nuestro pueblo. Unos aficionados taurinos a los que, para mantener esta afición, solo nos queda echar la vista atrás y recordar vivencias de años pasados.

Son muchos los recuerdos que llegan a la mente con la llegada de estas fechas, pero en esta ocasión, he querido pararme en lo que sucedió en nuestro coso taurino hace ahora treinta años y recordar la Feria Taurina de nuestra localidad de 1991.

Este serial, como era costumbre en aquella época, constó de cinco espectáculos taurinos (sin duda, eran otros tiempos). Los cuatro que programaba el Ayuntamiento más aquel festejo llevado a cabo por la Peña Taurina “Manuel Vidrié” de nuestra localidad -entidad que, en este 2021, celebra su cuarenta aniversario- que durante varios años puso el punto final a nuestra Función.

Estos cinco festejos taurinos, desarrollados entre los días 8 y 12 de septiembre, los compusieron un festival taurino sin picadores, un festejo de rejones, una novillada picada, la entonces tradicional becerrada local y una becerrada de promoción, organizada esta por la anteriormente citada peña torrelagunense.


El serial dio comienzo el domingo 8 de septiembre con el festival taurino en el que se acartelaron los diestros Antonio Sánchez Puerto, torero romántico por antonomasia; José Luis Palomar, uno de aquellos integrantes del cartel de la denominada “Corrida del Siglo”; el sansero Andrés Caballero y el novillero también sansero Paco Ortega, sobrino del matador de toros José Ortega Cano. Un plantel que hizo disfrutar a los aficionados de nuestra villa ante un encierro de la vacada colmenareña de las Hdras. de D. Juan Julián Sanz Colmenarejo.

El lunes día 9, tuvo lugar el festejo de rejones en el que hicieron el paseíllo el madrileño Luis Miguel Arranz y la parisina Loria Manuel quien sustituyó a la también amazona francesa María Sara anunciada en los carteles inicialmente. Como el día anterior, los astados que lidió la dupla de rejoneadores pertenecieron a la divisa colmenareña de las Hdras. de D. Juan Julián Colmenarejo. Según la reseña del festejo publicada en el número 729 de la revista Aplausos de fecha del 16 de septiembre de 1991, el triunfador numérico de este acontecimiento fue el rejoneador madrileño al llevarse en el esportón tres apéndices del lote que le correspondió en suerte; por su parte, la amazona parisina cortaría una oreja al primero de su lote y daría la vuelta al ruedo en el que cerró plaza.


Al día siguiente, se celebraría la novillada picada en la que se jugarían utreros de la ganadería de la gran figura del toreo José Miguel Arroyo “Joselito”. El vallisoletano Manolo Sánchez, uno de los novilleros más destacados de aquella temporada taurina que incluso llegó a abrir la puerta grande de la monumental venteña la tarde del 27 de junio; y José Ramón Martín, novillero mirobrigense que, a la postre, se ha convertido en el torero que más veces ha actuado ante nuestra afición con un total de once ocasiones (seis como novillero y cinco como matador de toros), fueron los encargados de actuar en este festejo. Según reseñó la citada publicación taurina en su mentado número del 16 de septiembre de 1991, el rubio torero vallisoletano escuchó una ovación en el que abrió plaza y cortó una oreja al segundo novillo de su lote, mientras que Martín sería ovacionado en el segundo de la tarde y recibiría palmas tras un aviso en el que cerró el festejo.

El miércoles 11, tendría lugar la entonces tradicional becerrada local en la que ante añojos de la ganadería de Emilio Artalejo Sacristán actuaron tres cuadrillas de aficionados locales que estuvieron encabezadas por Ismael Sanz “El Chaparrete”, Fernando Morena “El Niño de Correos” y Javier García Estrada “Crispín”.

Al día siguiente, se pondría el punto final al ciclo con la becerrada de promoción de la Peña Taurina “Manuel Vidrié”. En esta ocasión, hicieron el paseíllo los aprendices de torero Carlos del Pozo, de Madrid; un jovencísimo, también madrileño, Uceda Leal quien estuvo anunciado como José Ignacio Uceda Pérez; Ángel J. González “Angelillo”, de la extinta Peña Taurina “Manuel Vidrié” de Guadalajara; Rafi Romero, de Parla; Alejandro Cristóbal Quesada, de Coslada; Rubén Sanz “El Nino”, también de la mentada peña guadalajareña; y Raúl Justo Herrera, de la vecina localidad de Soto del Real. Unos aprendices de torero que hicieron las delicias de la nuestra afición ante añojos de la divisa cacereña de Emilio Artalejo Sacristán.

Y por supuesto, no podemos olvidarnos de los tradicionales festejos taurinos populares que completaron el serial: los afamados encierros con las reses que se lidiarían en los festejos vespertinos; las esperadas sueltas de vacas nocturnas, así como las de después de los encierros y festejos de la tarde; y, por supuesto, el añorado Toro del Campo. Unos festejos que, sin ningún género de duda, gozaron de un gran número de seguidores incluso más allá de los límites de nuestro municipio.

Aquí, ponemos el punto final a este sucinto repaso de lo que fue nuestra Feria Taurina de hace treinta años con la esperanza y la vista puesta en un futuro, ojalá próximo, en el que todos dejemos atrás esta dichosa pandemia, podamos celebrar con total normalidad nuestra Función y en el que los aficionados taurinos podamos seguir disfrutando de los festejos taurinos en nuestra localidad.

Quisiera terminar teniendo un afectuoso recuerdo para todos nuestros vecinos que se han visto afectados por esta dichosa pandemia y que incluso llegaron a perder a un ser querido como consecuencia de la misma. Y, por su puesto, para todos aquellos que, de una u otra forma, aunaron esfuerzos para hacerla frente.

Y también quisiera dedicar un no menos afectuoso recuerdo para todos aquellos que, de manera directa o indirecta, hicieron que la secular tradición taurina de nuestra localidad, a pesar de las actuales circunstancias, se mantenga viva hoy entre nosotros, y muy especialmente a dos personas que nos dejaron recientemente, Eustaquio Isabel Lechuga y Juan Sanz Montero “El Rasga”.

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