La tarde del 26 de mayo de 1984, el rejoneador torrelagunense Manuel Vidrié salía en hombros por la puerta grande de la monumental plaza de toros de Las Ventas por cuarta vez en su carrera.
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Foto: Botán. Cedida por Peña Taurina "Manuel Vidrié" de Torrelaguna. |
Esta tarde, que quizá sea su tarde más importante en el coso capitalino, Vidrié se acartela junto a los rejoneadores Álvaro Domecq, Joao Moura y Javier Buendía para lidiar en encierro de la ganadería de Antonio Ordóñez remendado con un ejemplar del hierro de Carmen Ordóñez.
El torrelagunense se ganaría el derecho de salir por la puerta grande tras cortar las dos orejas del segundo astado del encierro. Un ejemplar que respondía al nombre de Dividiano, marcado con el número 20, negro bragado, meano, de 523 kilos y perteneciente al hierro titular. Sin embargo, la gesta del madrileño no quedaría aquí, pues también cortaría las dos orejas, ahora formando collera con Javier Buendía, quien también le acompañaría en la salida en hombros, al ejemplar que cerró plaza, Bocinazo de nombre, de Carmen Ordóñez, herrado con el número 1, cárdeno de capa y de 531 kilos.
La prensa escrita contó esta gesta del torrelagunense de la siguiente manera:
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Foto: Botán. Cedida por Peña Taurina "Manuel Vidrié" de Torrelaguna. |
Así lo contó José Antonio Donaire en su crónica publicada en El Alcázar:
La consagración de Vidrié. Tuvo una precisa y torera actuación, y cortó las dos orejas.
Manolo Vidrié lleva ya algunos años como primera figura de la torería cabalgante y en esta ocasión ha confirmado sobre el albero de Las Ventas los muchos motivos que la gente del toro ha tenido y tiene para dispensarle tal consideración. Ayer fue la consagración de un centauro llamado Manolo Vidrié, madrileño y torero a caballo por la gracia de Dios. Su actuación en el segundo toro fue perfecta, precisa y pletórica de torería. De salida toreó en el caballo "Favorito" haciéndole girar sobre las patas en un palmo de terreno. Enceló al toro sin violentarle y le tentó la acometida con una suavidad que más parecía llevar en las manos telas de seda que entre las piernas un bruto, aunque nobilísimo y torero corcel. Todos los rejones de castigo los prendió en lo alto y luego en banderillas con el caballo "Pezanha" clavó en la cara del toro en corto y en terrenos inverosímiles, para prender igualmente los garapullos en todo lo elevado de la anatomía del bóvido. Hizo exhibición prendiendo igualmente banderillas a dos manos con el caballo "Almerid" exponiendo las monturas pero sin dejárselas tropezar en ningún momento y, además, tuvo la gran virtud de hacerlo todo en corto espacio de tiempo. pero lo más importante es que hizo eso tan esencial como es torear, que a caballo también se torea cuando quien a la grupa es un torero. Y es que Manuel Vidrié lo es y lo es como antes decía por la gracia de Dios. Cortó las dos orejas del segundo toro y se llevó las otras dos de forma compartido con Javier Buendía del último de la tarde.
(...) Hay que reseñar que tanto Vidrié como Buendía estuvieron pletóricos de acierto y que los trofeos fueron justos como justo fue que se abriera la puerta grande de Las Ventas en su salida triunfal por la calle de Alcalá.
(...) Tarde grande de Manuel Vidrié que viene a ser la consagración de un centauro.
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Foto: Botán. Cedida por Peña Taurina "Manuel Vidrié" de Torrelaguna. |
Por su parte, Mariví Romero, en el diario Ya, relataría la actuación de Vidrié de la siguiente manera:
Sin duda, Manuel Vidrié es el mejor.
Sin duda el mejor rejoneador del momento es el madrileño Manuel Vidrié, y ya era hora de que en Madrid le contraten las empresas, le den campo y le consideren como la figura del rejoneo. Vidrié estuvo durante toda la tarde en torero, con sobriedad, con una monta perfecta, parando y fijando a los toros de Antonio Ordóñez, que salieron mansos y con tremendas querencias a tablas. Vidrié impuso la facilidad y sobre todo, estando en torero. A su primero le puso tres rejones de castigo, fijando al toro en un palmo de terreno; con las banderillas citó en corto y al quiebro; con los palos a dos manos y con las cortas estuvo espectacular, y con un rejón de muerte, remató una faena técnica, soberbia y templada. Toda una maravilla y una difícil facilidad que asombró al público concediéndole las dos orejas. Un nuevo apéndice ganó en compañía de Buendía, donde se veía claramente la superioridad del madrileño.
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Foto: Botán. Cedida por Peña Taurina "Manuel Vidrié" de Torrelaguna. |
Y así lo haría Joaquín Vidal en El País:
El mejor toreo a caballo.
Varios pasajes del festejo de rejones de ayer y las actuaciones completas de Vidrié y Moura fueron amplio muestreo del mejor toreo a caballo.
(...) En la corrida de ayer, Vidrié fue el mago del temple, tanto por su toreo a una vez sobrio y técnicamente perfecto, como por el mismo temple del toro, que era ideal para ejecutar todas las suertes que hay inventadas.
La actuación de Vidrié transcurría con una precisión y un ritmo sorprendente que tenían encandilada a la afición, y cuando quebró en los medios prácticamente en la misma cara del toro, saltó, enardecido, el público, porque aquél era un alarde de emoción máxima; y era, al tiempo, la muestra más palpable del dominio técnico que ha llegado a alcanzar este torero el cual accede, por derecho propio, a la cabeza de los de su especialidad, Lo que ayer hizo Vidrié se diría que es insuperable. Pero tal como evolucionan los rejoneadores cada año parecería ocioso dar por culminados su valor y su creatividad.
Por esta actuación, Vidrié se llevó todos los trofeos destinados a premiar la labor de los caballeros durante el serial isidril, como el Trofeo Antonio Cañero de la Casa de Córdoba -ganado también en otras ediciones-, pero es que su nombre estuvo presente en todos los jurados como posible máximo triunfador de la feria. Tal es así que la Peña Taurina "El 7" le premió ex aequo con el matador de toros Curro Durán y el ganadero Fermín Bohórquez con el galardón con el que esta peña distingue al triunfador de San Isidro. De esta manera, Vidrié se convirtió en el primer rejoneador al que se concedió tal distinción.
A continuación, dejamos los enlaces a las entradas con las que homenajeamos a este rejoneador torrelagunense en este blog:
Nota: Además de los homenajes relatados en estas entradas, hay que apuntar que, el 15 de junio del pasado año, Manuel Vidrié fue homenajeado por la Asociación Taurina Parlamentaria y, del mismo modo, hay que apuntar que, el pasado 25 de marzo, el pleno del Ayuntamiento de Torrelaguna nombró a Vidrié, por unanimidad, Hijo Predilecto de la citada localidad madrileña.