LA
CASTA Y EL PUNDONOR
Javier
Cortés demostró que quiere ser torero y tiró de casta para aguantar en el ruedo
tras la cornada que le infirió el quinto
toro de la tarde. Derroche de pundonor y torería que le valió una oreja.
También lo demostró Gonzalo Caballero quien también tuvo que tirar de casta
tras el percance sufrido durante la lidia del sexto toro que le obligó a
abandonar el ruedo por unos instantes y a pasar a la enfermería al terminar la
lidia. Por su parte, Iván Vicente dejó pasar una buena oportunidad para
triunfar en el ruedo venteño al no terminar de pisar el acelerador con el lote
que le tocó en suerte. Se jugaron toros de las ganaderías de “El Tajo” y “La
Reina”.
Ambiente
festivo en los prolegómenos de la ya tradicional corrida goyesca con la que se
celebra el Día de la Comunidad de Madrid. Unos prolegómenos que se encargó de
amenizar la Banda Municipal de Madrid mientras el público asistente al festejo
contemplaba desde el mismo ruedo el paso de carruajes ataviados a la usanza de
la época a la par que debatía sobre lo que ocurriría en ese mismo ruedo
instantes después. Un ambiente totalmente opuesto al que se viviría cuando
terminó la corrida. Una corrida que acabó con dos de los diestros anunciados
heridos en la enfermería y el otro abandonando a pie la plaza con la sensación
de haber dejado pasar una buena oportunidad para triunfar debido al juego
exhibido por los toros lidiados. Estos lucieron las divisas de las ganaderías
de “El Tajo” y “La Reina”, ambas propiedad del matador de toros José Miguel
Arroyo “Joselito”. Estuvieron bien presentados y fueron manejables, en general,
aunque adolecieron de falta de fuerza. Un encierro del que destacaron los
corridos en primer y quinto lugar.
Uno
de los dos toreros heridos, Javier Cortés, sorteó al quinto, un animal de mucha
nobleza, aunque justito de fuerzas que prendió al torero madrileño cuando este
remataba una serie de muletazos con la mano diestra. Había comenzado este
trasteo, Cortés, citando desde los medios sin probaturas sobre la mano zurda.
Vibrante y ligada fue esa serie de naturales que precedió a otra serie con la
diestra en cuyo remate sobrevino el percance. Caló el pitón en el muslo del
torero y la abundante hemorragia no se hizo esperar. Cortés, evidenciaba signos
de dolor y una ostensible cojera. No estaba en condiciones de continuar la
lidia, pero el pundonor, la casta y las ganas de ser torero le hicieron
mantenerse en el ruedo y, muy mermado de facultades, conseguir dibujar
muletazos sobre la mano diestra que arrancaron los olés más sentidos y profundos de la afición venteña. Apenas podía
el torero mantenerse en pie, cuando cambió el estoque simulado por el de
verdad. Para entonces, la plaza ya estaba entregada y, sin dudarlo, iba a
empujar el estoque de Javier Cortés para rematar la faena. Y a fe que lo hizo.
Cortés se tiró a matar y cobró un pinchazo, pero siguió apretando –y el público
en su totalidad– hasta que se introdujo el acero, aunque de forma defectuosa,
en el de “La Reina”. El rubio torero ya no se mantenía en pie y fue llevado por
los miembros de su cuadrilla hasta la enfermería de la plaza de toros. Cayó el
toro y se pidieron con fuerza las dos orejas Sin embargo, el palco presidencial
solo concedió una. Quizá el doble trofeo resultase excesivo, pero atendiendo a
las condiciones en las que se encontraba el torero, no lo hubiese sido tanto. Con
el primero de su lote, astado noble, pero de escasísima fuerza de “La Reina”,
anduvo muy dispuesto en una labor en la que destacó el quite por gaoneras y la
serie con la mano izquierda con la que abrió el trasteo muletero.
El
otro torero herido fue Gonzalo Caballero que, cuando lanceaba con el capote al
soso ejemplar de “La Reina” que cerró plaza, fue cogido por este de muy fea
manera. Fue llevado a la enfermería de donde salió pocos minutos después,
visiblemente tocado, para continuar con la lidia de su oponente. Casta,
pundonor, voluntad y decisión es lo único que pudo poner Caballero ante la
sosería del astado. Con el tercero, otro noble, pero flojo ejemplar de “La
Reina” poco pudo hacer más que mostrarse muy dispuesto.
Y
el torero que salió a pie con la oportunidad perdida fue Iván Vicente. En el
lote del sotorrealeño cayeron los dos toros con el hierro de “El Tajo”, ambos
de distinta condición: manso en los primeros tercios, pero con gran calidad en
la muleta, el primero; y manso descastado, el cuarto. Con el primero, se lució
Iván lanceando a la verónica. Y con la muleta, dibujo muletazos de buen gusto y
trazo con ambas manos, pero pecó de conformista y la faena perdió intensidad en
su parte final. El respetable solicitó el trofeo que, sin embargo, no fue
concedido por la presidencia y el premio quedó reducido a una vuelta al ruedo.
Y, con el cuarto, poco pudo hacer en una faena que brindó al pintor César
Palacios.
No
habría que terminar esta crónica sin hablar de los toreros de plata, pues las
cuadrillas rayaron a buena altura. Entre todos destacaron las actuaciones de
Antonio Molina, quien tuvo que saludar tras parear al quinto, astado en el que
destacó el tercio de varas interpretado por el picador Juan Francisco Peña y la brega del
subalterno Abraham Neiro. Y no habría que olvidar la intervención del picador
Jesús Vicente, la brega de Raúl Mateos y los pares de Rafael González y Jesús
Robledo “Tito” ante el cuarto del festejo.
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Se lució Iván Vicente con capote y muleta ante el buen primero en una labor en la que, sin embargo, pecó de conformista. |
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La primera serie al natural y un quite por gaoneras fueron lo más destacado de Javier Cortés ante el flojo segundo. |
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Dispuesto estuvo Gonzalo Caballero con el flojo tercero. |
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Poco pudo hacer Iván Vicente con el soso cuarto. |
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Brindó este trasteo al pintor César Palacios. |
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Momento del percance sufrido por Javier Cortés en el quinto del festejo. |
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Mermado de facultades consiguió buenos pasajes con la mano diestra. |
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Fue llevado a la enfermería tras estoquear a su oponente. |
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Fue premiado con una oreja que recogió la cuadrilla. |
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Gonzalo Caballero sufrió un percance ante el sexto cuando lanceaba de capote. Mermado de facultades volvió al ruedo para continuar la lidia. |
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Pasó a la enfermería tras estoquear a su oponente. |
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El banderillero Antonio Molina saludó tras banderillear al quinto. Entre las cuadrillas, también destacaron las intervenciones de los picadores Jesús Vicente y Juan Francisco Peña y los subalternos Raúl Mateos, Rafael González y Jesús Robledo "Tito". |
Los prolegómenos del festejo:
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