martes, 15 de mayo de 2018

LAS VENTAS (MADRID). MIÉRCOLES, 2 DE MAYO DE 2018. CORRIDA DE TOROS GOYESCA. DÍA DE LA COMUNIDAD DE MADRID



LA CASTA Y EL PUNDONOR


Javier Cortés demostró que quiere ser torero y tiró de casta para aguantar en el ruedo tras la cornada que  le infirió el quinto toro de la tarde. Derroche de pundonor y torería que le valió una oreja. También lo demostró Gonzalo Caballero quien también tuvo que tirar de casta tras el percance sufrido durante la lidia del sexto toro que le obligó a abandonar el ruedo por unos instantes y a pasar a la enfermería al terminar la lidia. Por su parte, Iván Vicente dejó pasar una buena oportunidad para triunfar en el ruedo venteño al no terminar de pisar el acelerador con el lote que le tocó en suerte. Se jugaron toros de las ganaderías de “El Tajo” y “La Reina”.

Ambiente festivo en los prolegómenos de la ya tradicional corrida goyesca con la que se celebra el Día de la Comunidad de Madrid. Unos prolegómenos que se encargó de amenizar la Banda Municipal de Madrid mientras el público asistente al festejo contemplaba desde el mismo ruedo el paso de carruajes ataviados a la usanza de la época a la par que debatía sobre lo que ocurriría en ese mismo ruedo instantes después. Un ambiente totalmente opuesto al que se viviría cuando terminó la corrida. Una corrida que acabó con dos de los diestros anunciados heridos en la enfermería y el otro abandonando a pie la plaza con la sensación de haber dejado pasar una buena oportunidad para triunfar debido al juego exhibido por los toros lidiados. Estos lucieron las divisas de las ganaderías de “El Tajo” y “La Reina”, ambas propiedad del matador de toros José Miguel Arroyo “Joselito”. Estuvieron bien presentados y fueron manejables, en general, aunque adolecieron de falta de fuerza. Un encierro del que destacaron los corridos en primer y quinto lugar.

Uno de los dos toreros heridos, Javier Cortés, sorteó al quinto, un animal de mucha nobleza, aunque justito de fuerzas que prendió al torero madrileño cuando este remataba una serie de muletazos con la mano diestra. Había comenzado este trasteo, Cortés, citando desde los medios sin probaturas sobre la mano zurda. Vibrante y ligada fue esa serie de naturales que precedió a otra serie con la diestra en cuyo remate sobrevino el percance. Caló el pitón en el muslo del torero y la abundante hemorragia no se hizo esperar. Cortés, evidenciaba signos de dolor y una ostensible cojera. No estaba en condiciones de continuar la lidia, pero el pundonor, la casta y las ganas de ser torero le hicieron mantenerse en el ruedo y, muy mermado de facultades, conseguir dibujar muletazos sobre la mano diestra que arrancaron los olés más sentidos y profundos de la afición venteña. Apenas podía el torero mantenerse en pie, cuando cambió el estoque simulado por el de verdad. Para entonces, la plaza ya estaba entregada y, sin dudarlo, iba a empujar el estoque de Javier Cortés para rematar la faena. Y a fe que lo hizo. Cortés se tiró a matar y cobró un pinchazo, pero siguió apretando –y el público en su totalidad– hasta que se introdujo el acero, aunque de forma defectuosa, en el de “La Reina”. El rubio torero ya no se mantenía en pie y fue llevado por los miembros de su cuadrilla hasta la enfermería de la plaza de toros. Cayó el toro y se pidieron con fuerza las dos orejas Sin embargo, el palco presidencial solo concedió una. Quizá el doble trofeo resultase excesivo, pero atendiendo a las condiciones en las que se encontraba el torero, no lo hubiese sido tanto. Con el primero de su lote, astado noble, pero de escasísima fuerza de “La Reina”, anduvo muy dispuesto en una labor en la que destacó el quite por gaoneras y la serie con la mano izquierda con la que abrió el trasteo muletero.

El otro torero herido fue Gonzalo Caballero que, cuando lanceaba con el capote al soso ejemplar de “La Reina” que cerró plaza, fue cogido por este de muy fea manera. Fue llevado a la enfermería de donde salió pocos minutos después, visiblemente tocado, para continuar con la lidia de su oponente. Casta, pundonor, voluntad y decisión es lo único que pudo poner Caballero ante la sosería del astado. Con el tercero, otro noble, pero flojo ejemplar de “La Reina” poco pudo hacer más que mostrarse muy dispuesto.

Y el torero que salió a pie con la oportunidad perdida fue Iván Vicente. En el lote del sotorrealeño cayeron los dos toros con el hierro de “El Tajo”, ambos de distinta condición: manso en los primeros tercios, pero con gran calidad en la muleta, el primero; y manso descastado, el cuarto. Con el primero, se lució Iván lanceando a la verónica. Y con la muleta, dibujo muletazos de buen gusto y trazo con ambas manos, pero pecó de conformista y la faena perdió intensidad en su parte final. El respetable solicitó el trofeo que, sin embargo, no fue concedido por la presidencia y el premio quedó reducido a una vuelta al ruedo. Y, con el cuarto, poco pudo hacer en una faena que brindó al pintor César Palacios.

No habría que terminar esta crónica sin hablar de los toreros de plata, pues las cuadrillas rayaron a buena altura. Entre todos destacaron las actuaciones de Antonio Molina, quien tuvo que saludar tras parear al quinto, astado en el que destacó el tercio de varas interpretado por el  picador Juan Francisco Peña y la brega del subalterno Abraham Neiro. Y no habría que olvidar la intervención del picador Jesús Vicente, la brega de Raúl Mateos y los pares de Rafael González y Jesús Robledo “Tito” ante el cuarto del festejo.


Se lució Iván Vicente con capote y muleta ante el buen primero
en una labor en la que, sin embargo, pecó de conformista.
La primera serie al natural y un quite por gaoneras fueron
lo más destacado de Javier Cortés ante el flojo segundo.
Dispuesto estuvo Gonzalo Caballero con el flojo tercero.
Poco pudo hacer Iván Vicente con el soso cuarto.
Brindó este trasteo al pintor César Palacios.
Momento del percance sufrido por Javier Cortés en el quinto del festejo.
Mermado de facultades consiguió buenos pasajes con la mano diestra.
Fue llevado a la enfermería tras estoquear a su oponente.
Fue premiado con una oreja que recogió la cuadrilla.
Gonzalo Caballero sufrió un percance ante el sexto cuando lanceaba
de capote. Mermado de facultades volvió al ruedo para continuar la lidia.
Pasó a la enfermería tras estoquear a su oponente.
El banderillero Antonio Molina saludó tras banderillear al quinto.
Entre las cuadrillas, también destacaron las intervenciones de los picadores
Jesús Vicente y Juan Francisco Peña y los subalternos Raúl Mateos,
Rafael González y Jesús Robledo "Tito".
 Los prolegómenos del festejo:






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