LEANDRO
GUTIÉRREZ SOBRESALE EN UN CERTAMEN EN EL QUE TAMBIÉN DESTACARON VALENTÍN HOYOS
Y LOS ENCIERROS DE FLOR DE JARA Y
SAN
ISIDRO/TOROS DE TENORIO
La
localidad madrileña de El Molar celebró, con motivo de sus Fiestas Patronales
en honor a Ntra. Sra. del Remolino de 2019, la cuarta edición de su certamen
para novilleros sin picadores “Fuente del Toro”. Compuesto por tres novilladas
sin picadores, el ciclo contó con un claro triunfador: el novillero colombiano
alumno de la Escuela Taurina de Navas del Rey Leandro Gutiérrez quien salió por
la puerta grande en el último festejo del serial tras una destacada actuación
en la que cortó tres orejas a un encierro de la vacada de San Isidro/Toros de
Tenorio. Tres orejas, aunque de distinto calado, también obtendría el día
anterior el mexicano Isaac Fonseca ante astados de Flor de Jara. Fonseca
saldría en hombros acompañado del salmantino Valentín Hoyos quien obtuvo dos
apéndices. Con una oreja en el esportón se irían Manuel Perera, Miguel Polope,
Álvaro Burdiel y David López. Por su parte, Carlos García y Julián Garibay se
fueron de vacío. En el apartado ganadero, destacaron los encierros de San
Isidro/Toros de Tenorio y Flor de Jara, vacadas que vieron cómo uno de sus
pupilos era premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Completó el elenco
ganadero un lote de El Cortijillo/Lozano, Hnos, que, en el primer festejo de
este serial, lidiaría un encierro exigente y de juego desigual.
El exigente encierro de
El Cortijillo y Lozano, Hnos. desbordó a la terna
En
el primer festejo del ciclo, se corrieron cinco astados del hierro de El
Cortijillo y uno, jugado en quinto lugar, del de Lozano, Hnos. Fue un conjunto
de juego desigual que dejó en evidencia las carencias de una joven e inexperta
terna. De este encierro, destacó el jugado en cuarto lugar, ejemplar que manseó
en los primeros tercios, pero que lució una encastada nobleza en el tercio
final.
Abrió
plaza Carlos García, novillero interviniente en todos los tercios, quien, ante
el primero del festejo, no pasó de voluntarioso. Solo una serie con la mano
diestra mediado el trasteo muletero tuvo cierta estimación. Con el cuarto, el
mejor novillo del encierro, no llegó a confiarse nunca y llevó a cabo una
desigual actuación.
Momento de la actuación de Carlos García ante el cuarto del festejo. |
Por
su parte, Manuel Perera mostró ser un novillero fácil y capaz. Nunca dio la
sensación de pasar dificultades delante de la cara de los novillos. Ante su
primer oponente, novillo manejable que se dolió en banderillas y que amagó con
rajarse en la muleta, se gustó manejando el percal por verónicas y chicuelinas
en un recibo que remató con una torera media. Ya con la muleta, inició su labor
con dos pases cambiados por la espalda. Se mostró muy a gusto y confiado en
este largo y poco ceñido trasteo, tanto que llegó a sufrir un par de sustos,
afortunadamente, sin consecuencias. Con el quinto, novillo mansote que impuso
su volumen, se limitó a cumplir el expediente en un trasteo ayuno de compromiso.
Media verónica con la que Manuel Perera remató el saludo capotero al segundo de la tarde. |
Y
Julián Garibay dejó entrever sus carencias ante el lote que le correspondió en
suerte. Su primero fue un ejemplar manejable, justo de fuerza, que tendió a
defenderse y que acabó buscando el abrigo de las tablas. Con él, el novillero
azteca no pasó de voluntarioso. Acabó imponiendo su volumen el novillo que
cerró plaza. Fue este un novillo incierto y agarrado al piso en los primeros
tercios, aunque manejable en la muleta. Con él, Garibay llevó a cabo una
embarullada labor en la que solo consiguió instrumentar algún pasaje aislado
con la mano diestra.
Por manoletinas remató Julián Garibay su faena al tercero. |
Valentín Hoyos y
“Piesdeoso” de Flor de Jara destacan en la segunda del ciclo
El
segundo festejo del ciclo contaba con el aliciente de ver el emparejamiento del
novillero mexicano Isaac Fonseca y la ganadería colmenareña de Flor de Jara. O
lo que es lo mismo, del novillero triunfador del último certamen y la ganadería
triunfadora de las tres primeras ediciones. Un emparejamiento vivido ya el año
pasado.
Sí
respondió a la expectación generada la divisa colmenareña que lidió un encierro
encastado y de buen juego. De este lote, destacó el ejemplar jugado en cuarto
lugar, de nombre “Piesdeoso”, número 35, que fue premiado con la vuelta al
ruedo por su excelente juego.
Sin
embargo, el novillero mexicano, a pesar de los tres trofeos obtenidos y su
posterior salida en hombros, no estuvo a la altura esperada. Es verdad que
Fonseca se gustó manejando el percal ante sus dos oponentes, dos ejemplares con
muchas opciones de lucimiento. Sin embargo, con la muleta no andaría igual. No
se acoplaría con el tercero, ante el que solo dejó algún detalle aislado. Y,
con el sexto, llevaría a cabo un desigual trasteo con ambas manos en el que los
momentos bajos fueron más que los altos.
Natural de Isaac Fonseca ante el sexto. |
Lo
más destacado de este festejo lo firmaría el novillero salmantino Valentín
Hoyos quien fue el encargado de lidiar a “Piesdeoso”, el gran cuarto. Y Hoyos
lo aprovechó de principio a fin. El salmantino se gustó manejando el percal,
tanto en el saludo capotero, como en el quite por tafalleras con el que replicó
a las chicuelinas interpretadas por Polope, el otro integrante de la terna. Ya
con la muleta, interpretaría buenas series de muletazos con ambas manos entre
las que destacaron las llevadas a cabo con la mano diestra. Valentín ya
presentaría sus credenciales ante el novillo que abrió plaza, ejemplar que tuvo
un buen pitón derecho y que se quedó corto por el izquierdo. Con él anduvo muy
templado manejando las telas, tanto en el saludo capotero, como en la faena de
muleta en la que dejó buenos pasajes sobre la mano diestra. Al contrario que
ante “Piesdeoso” no se mostró eficaz con los aceros y perdió la posibilidad del
trofeo.
Valentín Hoyos recibiendo por verónicas a "Piesdeoso". |
Momento de la faena de muleta sobre la mano diestra. |
Completó
la terna Miguel Polope quien, en primer lugar, sorteó un ejemplar noble, aunque
con las fuerzas justas ante el que se gustó manejando el capote. Ya con la
pañosa, conseguiría momentos estimables sobre la mano diestra en una faena en
la que, sin embargo, le faltó acople con la zurda. Con el quinto, astado de
pastueña embestida, no conseguiría lucimiento en los lances de recibo, sin
embargo, con la muleta, instrumentaría una faena plagada de gusto y torería con
buenos muletazos por ambos pitones. Solo la mala utilización del descabello fue
motivo suficiente para que la actuación de Polope no obtuviese un premio mayor.
Natural de Miguel Polope ante el quinto. |
Triunfa Leandro
Gutiérrez ante una buena novillada de San Isidro/Toros de Tenorio que tuvo un
gran “Encendedor”
El
ciclo molareño echó el cierre con una novillada incluida en el certamen “Camino
Hacia Las Ventas” en la que actuaron tres novilleros pertenecientes a tres
escuelas taurinas de nuestra comunidad: Leandro Gutiérrez, representante de la
escuela de Navas del Rey, Álvaro Burdiel, alumno de la escuela “Yiyo” de la
Comunidad de Madrid, y David López, perteneciente a la escuela “Miguel Cancela”
de Colmenar Viejo. Unos novilleros que se las verían ante un encierro
perteneciente a los hierros de San Isidro y Toros de Tenorio.
El
conjunto ganadero estuvo compuesto por cuatro astados de Toros de Tenorio y
dos, corridos en segundo y sexto lugar, de San Isidro. Fue un encierro, en
general, de mucha nobleza, aunque alguno de ellos acabase buscando el refugio
de las tablas. De este conjunto destacó el que hizo cuarto, “Encendedor” de
nombre, herrado con el número 22, ejemplar de mucha nobleza y clase en sus
embestidas que fue premiado con la vuelta al ruedo póstuma. Correspondió este
“Encendedor” en suerte al colombiano Leandro Gutiérrez quien no pasó de aseado
en el saludo capotero. Intervino en banderillas, donde consiguió un desigual
tercio. Sin embargo, con la pañosa llevó a cabo una templada faena en la que
resultaron muletazos cadenciosos y con mucho gusto, fundamentalmente, al
natural. Unos molinetes de rodillas y un torero remate de faena precedieron a
una estocada envainada preludio de otra estocada delantera que redujo el premio
para el novillero colombiano a una oreja. Las dos obtendría Gutiérrez del
astado que abrió plaza, ejemplar berreón que manseó en los primeros tercios
que, sin embargo, lució mucha nobleza en el tercio final. A este ejemplar lo
recibió Gutiérrez con una larga cambiada de rodillas a portagayola y otra en el
tercio. Ya enhiesto, se gustó lanceando a la verónica. También intervino en
banderillas, donde ahora sí consiguió un buen tercio. Y con la muleta, llevó a
cabo una gran labor por ambos pitones en la que hubo muletazos de mucho gusto,
de mucha hondura y torería. Una gran labor que fue rubricada de una certera
estocada lo que provocó que el novillero colombiano viese premiada su actuación
con las dos orejas del novillo.
Natural de Leandro Gutiérrez ante el novillo que abrió plaza. |
Y aquí natural ante "Encendedor". |
El
siguiente en actuar fue el sevillano Álvaro Burdiel quien, en primer lugar,
sorteó un ejemplar de noble embestida, pero que siempre buscó la huida a
tablas. A este lo recibió Burdiel con la una larga cambiada de rodillas en el
tercio para, posteriormente, gustarse en los lances a la verónica, primero con
rodilla en tierra y luego con la planta erguida. Un recibo que remató con una
airosa, garbosa y torera media. Ya con la franela, consiguió buenos momentos
con ambas manos en una labor sin ligazón por la continua búsqueda de huida del
novillo. Con el
noble quinto, volvió Burdiel a lucirse con el capote, sobre todo, en las medias
de remate. Y con
la muleta, consiguió buenos pasajes por ambas manos, sobre todo, al natural en
una labor que, cierto es, no llegó a ser redonda. Tanto con su primero, como
con su segundo, no anduvo fino manejando los aceros lo que redujo el premio a
su actuación.
Media verónica con la que Álvaro Burdiel remató su recibo capotero al quinto. |
Completó
la terna David López quien, ante el tercero de la tarde, novillo abanto y sin
fijeza en los primeros tercios, pero que llegó a la muleta con templada y noble
embestida, no pudo lucirse manejando el percal. Sin embargo, con la muleta,
firmaría una templada faena por ambos pitones en la que hubo series de
cadenciosos muletazos que fueron rematadas con torerísimos pases de pecho. Como
torerísimos fueron los ayudados por alto y el interminable pase pecho con los que
abrochó la faena. Sin embargo, no anduvo certero con los aceros. Con el
encastado ejemplar que cerró plaza, se gustó lanceando por verónicas que remató
con una airosa media mirando al tendido. Ya con la pañosa, le costó acoplarse
con el novillo en un desigual trasteo en el que consiguió buenos momentos con
la mano diestra. En este, tampoco anduvo fino manejando los aceros.
Natural de David López ante el tercero del festejo. |
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