SOLITARIA
OREJA PARA JOSÉ GARRIDO
ANTE
UN SALDO GANADERO DE “ALCURRUCÉN”
José
Garrido cortó la única oreja de la primera corrida de toros de la Feria Taurina
de San Blas y La Candelaria de 2020 de la localidad madrileña de Valdemorillo.
Sus compañeros de terna Juan Ortega y David de Miranda no pasaron de la ovación
con saludos. Se lidió un saldo ganadero, por lo que a la presentación se
refiere, de la ganadería toledana de “Alcurrucén” que, sin embargo, resultaría
manejable, aunque sin mucha fuerza. Destacó el que hizo segundo que fue
ovacionado en el arrastre.
Gran
interés despertó la primera corrida de toros de la Feria Taurina de San Blas y
La Candelaria de 2020 de la localidad madrileña de Valdemorillo. Un festejo, a
priori, interesante que aglutinaba a la ganadería toledana de “Alcurrucén” y a
los espadas Juan Ortega, torero muy del gusto de la afición venteña; José
Garrido, uno de los toreros que sigue despertando las esperanzas de los
aficionados; y David de Miranda, uno de las jóvenes sorpresas de la pasada
temporada taurina. Tanto fue el interés despertado entre la afición que el coso
de “La Candelaria” se llenó en las tres cuartas partes de su aforo. Sin
embargo, la inicial expectación creada no se vio correspondida con lo que sucedido
en el ruedo.
Fundamentalmente,
dos fueron las cuestiones que motivaron esta situación. Primero, el encierro de
la vacada toledana que, por su presentación, pareció un saldo ganadero impropio
de ser lidiado en una corrida de toros por muy de tercera categoría, como es el
caso de Valdemorillo, sea el coso en el que se lleve a cabo el festejo. Y segundo,
porque los diestros actuantes no se acoplaron con sus oponentes que, todo hay
que decirlo, fueron manejables, aunque no estuviesen sobrados de fuerzas. Del
lote enviado por los hermanos Lozano, destacó el jugado en segundo lugar,
ejemplar de gran fijeza, nobleza y transmisión que fue ovacionado en el
arrastre.
Abrió
plaza el sevillano Juan Ortega quien no se acopló con su lote. Ortega, en
primer lugar, sorteó un ejemplar de digna presentación. Tuvo nobleza, el de “Alcurrucén”,
aunque le faltó fuerza. Fue el toro propicio para el toreo de Juan Ortega. Sin
embargo, el sevillano no se acopló con él en ningún momento. No consiguió
lucirse con el capote. Solo una exigua verónica en el turno de quites llevó el
sello de Ortega. Ya con la muleta, no acertó ni con las distancias ni con las
alturas y el trasteo resultó deslucido. Solo destacaron los toreros doblones
con los que inició el trasteo. Su segundo oponente tuvo feas hechuras, fue
vareado de cartenes y acapachado de cuerna. Al igual que el anterior, resultó
noble, aunque carente de fuerza. Ortega esbozó el toreo con el capote en dos
verónicas y una media en el saludo. Y con la muleta, llevó a cabo un largo e
insustancial trasteo en la distancia corta en el que atosigó y ahogó la
embestida del “alcurrucén”.
El
siguiente en actuar fue el pacense José Garrido quien cortaría el único trofeo
del festejo. Fue ante el quinto de la tarde. Un ejemplar más propio para
lidiarse en un festival que en una corrida de toros. Brocho, gacho y escurrido
de carnes fue muy protestado por su impropia presentación, sobre todo, durante
los primeros tercios de la lidia. Es verdad que el de “Alcurrucén” tuvo
nobleza, aunque con un punto de sosería. Con él, Garrido no pudo estirarse en
el saludo capotero. Con poca fortuna, intervino en quites intentando tornar el
ambiente adverso creado por la presentación del burel. Ya con la pañosa, inició
el trasteo de rodillas. Luego, enhiesto, continuó el mismo sobre la mano zurda.
No fueron lucidas las series pues faltó temple, ceñimiento y abundó el toreo en
línea lo que hizo que el animal pareciese salir desentendido del engaño. No
mejoró la serie con la diestra que precedió a las manoletinas de rodillas que
fueron recriminadas por un sector del público. A pesar de lo anterior y de que
la espada cayese en el rincón,
Garrido fue premiado con el citado apéndice auricular. Una ovación saludaría
ante el primero de su lote. Fue este un astado chico y anovillado, pero fue el
mejor del encierro. Embistió bien al capote de Garrido. Apretó en el caballo
montado por Aitor Sánchez que recetó un buen puyazo. Acudió alegre en
banderillas. Y tuvo fijeza, nobleza y transmisión en la muleta. Garrido lo
recibiría con un airoso saludo que remató con buena media. Quitó por garbosas
chicuelinas. Garboso también sería el inicio del trasteo muletero. Una aseada
tanda con la zurda, sería seguida por otra más descompuesta. Cambió de mano, Garrido.
Acortó las distancias. Y la faena se perdió en un sinsentido. Entró a matar a
recibir y cobró una estocada caída que no resultó suficiente por lo que tuvo que
echar mano del verduguillo. Como quedó reseñado, Garrido saludaría una ovación
como premio a su actuación tras el ovacionado arrastre de este buen “Alcurrucén”.
Completó
la terna el onubense David de Miranda quien saludaría una ovación tras sus dos
actuaciones. Su primer oponente estuvo bien presentado y resultó noblote a
pesar de la lesión que se le suponía al de “Alcurrucén” pues arrastró los
cuartos traseros de forma ostensible durante toda la lidia. De Miranda se
mostró airoso en el recibo capotero y derrochó valor en el quite por
saltilleras. Inició su trasteo muletero también por valerosos pases cambiados
por la espalda. Acortaría las distancias en el toreo fundamental con lo que
ahogó la embestida del toro y el trasteo resultó embarullado y sin argumento.
Anovillado y escurrido de carnes sería el ejemplar que cerró plaza. Tuvo nobleza,
aunque apenas tuvo fuerza. El onubense no pudo estirarse con el capote ni en el
saludo ni en el turno de quite que siguió al buen puyazo que interpretó José
Cartes. Ya con la pañosa, inició su trasteo por estatuarios para,
posteriormente, continuar la faena con desiguales series con ambas manos
llevadas a cabo en la corta distancia en las que hubo pasajes aislados de cierta
estimación.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de “La Candelaria”,
Valdemorillo (Madrid).
Feria Taurina en honor a San Blas y La
Candelaria.
Sábado, 8 de febrero de 2020.
Corrida de toros.
Tres cuartos del aforo
cubiertos.
Se lidiaron seis toros de la ganadería de “Alcurrucén”. Excepto
primero y tercero, mal presentados. Resultaron manejables, aunque no estuvieron
sobrado de fuerzas. Destacó el jugado en segundo lugar que fue ovacionado en el
arrastre.
-JUAN ORTEGA: ovación con saludos tras aviso y ovación tras aviso.
-JOSÉ GARRIDO: ovación con saludos tras leve petición y oreja.
-DAVID DE MIRANDA: ovación con saludos y ovación con saludos.
Observaciones:
Al terminar el paseíllo sonaron los acordes del Himno Nacional.
Entre las cuadrillas, destacaron los picadores Aitor Sánchez y José
Cartes que fueron ovacionados tras los tercios de varas del segundo y sexto
toro, respectivamente.
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