LOS
DE GARCÍA JIMÉNEZ DESLUCEN EL HOMENAJE
A
“LOS ÁNGELES DEL TOREO”
·
Los
astados de la divisa salmantina tuvieron nobleza, cierto es, pero les costó
mantenerse en pie.
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Emilio
de Justo fue el único que cortó las dos orejas de su oponente; una oreja cada
uno, aunque de distinto peso, pasearon Morante de La Puebla y Cayetano; por su
parte, José María Manzanares, Pablo Aguado y el novillero “El Rafi” saludaron
sendas ovaciones.
·
El
festival fue un éxito en lo que a la asistencia de público se refiere, pues el
coso arandino se llenó en más de sus tres cuartas partes.
El
pasado sábado, 29 de febrero, el coso de la “Ribera del Duero” de la localidad
burgalesa de Aranda de Duero se vistió de gala para acoger un festival taurino
con picadores con el que se rendiría un más que merecido homenaje a “Los
ángeles del toreo”, a los cirujanos taurinos. Un festival cuyos beneficios se
destinarán a la Sociedad Española de Cirugía Taurina con el fin de formar a
nuevos cirujanos en materia de cirugía taurina.
Para
la ocasión, se escogió un cartel de lujo en el que se mezclaban figuras del
toreo con toreros emergentes muy del gusto de la afición. A saber: Morante de
la Puebla, José Mari Manzanares, Cayetano, Emilio de Justo, Pablo Aguado y el
novillero “El Rafi”. Un plantel de toreros de máxima expectación que se vería
las caras ante un encierro perteneciente a la vacada salmantina de Hnos. García
Jiménez, propiedad de la familia Matilla.
El
público respondió a la expectación creada por el cartel y llenó el coso
arandino en más de sus tres cuartas partes. Sin embargo, lo ocurrido en el
ruedo no respondió a la expectación generada. ¿La causa principal? El encierro
de la divisa salmantina. Fue este un conjunto excesivamente cómodo. Es verdad
que era un festival y que, por tanto, la exigencia en la presentación del
ganado no puede ser la misma que en una corrida de toros. Eso es algo,
totalmente, comprensible, pero es que hubo animales, como los corridos en
primer y cuarto lugar que no llegaban a cumplir los tres años. Cierto es que el
conjunto tuvo nobleza, todo hay que decirlo, pero no es menos cierto que le
costó mantenerse en pie debido a su más que evidente falta de fuerzas. Así el
lote enviado por la familia Matilla dio al traste con las esperanzas de los
diestros actuantes.
Abrió
plaza uno de los erales del encierro. Un ejemplar chico, noble, aunque muy,
muy, muy flojito que perdió las manos en varias ocasiones durante toda su
lidia. Correspondió en suerte al sevillano Morante de La Puebla quien, a pesar
de las dificultades, se gustó, por momentos, meciendo el capote por verónicas
en el recibo y en el quite, además de en el galleo a una mano con el que puso
en suerte al novillo ante el caballo de picar. Brindó al público su trasteo
muletero en el que bastante hizo con mantener en pie a su oponente, pero en el
que consiguió algunos pasajes de mucho gusto sobre la mano diestra. A pesar de
rubricar su obra con un bajonazo, fue premiado con una oreja.
En
segundo lugar, saltó al ruedo otro ejemplar justo de fuerza, que embistió con
nobleza, hasta que acabó rajándose mediada la faena de muleta. Fue sorteado por
el alicantino José Mari Manzanares quien no pudo estirarse manejando el capote.
Y con la muleta, firmó el alicantino buenos momentos sobre la mano diestra
antes de que el de Matilla se rajase. Se puso incómodo el novillo a la hora de
la suerte suprema por lo que a Manzanares le costó cuadrarle para cobrar la
estocada que llegó al volapié tras un primer pinchazo en la suerte de recibir.
Saludó una ovación.
Noble
y con transmisión, aunque también con las fuerzas justas, fue el tercero. Quizá
fuese este el ejemplar menos flojo del encierro. Un ejemplar que puso en
evidencia a Cayetano quien se mostró embarullado, acelerado y vulgar. Lo menos
malo de la actuación de Cayetano fue la forma de ejecutar la estocada final
cobrada en los mismos medios de la plaza, aunque, todo hay que decirlo, la
espada se le fue muy atrás y necesitó tres golpes de verduguillo para
finiquitar a su oponente. Fue premiado con una oreja por guapo (eso le gritaron
desde los tendidos durante toda su actuación). Cayetano había brindado su
actuación a la representación de la Sociedad Española de Cirugía Taurina
presente en el festejo encabezada por su presidente el Dr. Pascual González
Masegosa.
También
fue buen novillo el cuarto –el otro eral del encierro–, aunque con las fuerzas
justas, defecto que se agravó con las dos volteretas que sufrió en los primeros
tercios. Su lidiador fue Emilio de Justo quien se mostró aseado manejando el
percal. Ya con la franela, tras brindar a los médicos, dio mucho tiempo y sitio
al astado entre tanda y tanda dejando que este cogiese aire lo que permitió que
De Justo pudiese dibujar muletazos suaves, templados y con mucho gusto con
ambas manos. Una estocada trasera y caída precedió a la concesión de las dos
orejas.
El
quinto tuvo la misma condición que sus anteriores hermanos. Con él, Pablo
Aguado no podría dejar su sello manejando el capote. Sí lo haría, sin embargo,
con la muleta en una faena en la que, tras brindar a los médicos, evidenció
temple, gusto y torería en series con ambas manos en las que dio mucho tiempo
al animal. Marró con la espada y tuvo que conformarse con saludar una ovación.
El
ejemplar que cerró plaza tuvo un similar comportamiento al resto del encierro.
Además, como el segundo de la tarde, también se acabó rajando en la faena de muleta.
Correspondió su lidia y muerte al novillero francés “El Rafi” quien se mostró
variado y bullidor manejando el capote, tanto en el recibo por verónicas y
chicuelinas, como en el quite por lopecinas. Brindaría su trasteo al público,
tras lo cual iniciaría el mismo con un pase cambiado por la espalda. También se
mostraría bullidor en esta fase de su labor en la que, sin embargo, llegaría a
conseguir algún pasaje de interés. No estaría fino a la hora de utilizar los
aceros y saludaría una ovación tras recibir un recado presidencial.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de “La Ribera del Duero”, Aranda
de Duero (Burgos).
Homenaje a “Los ángeles del toreo”.
Sábado, 29 de febrero de 2020.
Festival Taurino con picadores a beneficio
de la Sociedad Española de Cirugía Taurina.
Más de tres cuartos del aforo
cubiertos.
Se lidiaron seis astados de la ganadería de García Jiménez de muy
cómoda presentación. Tuvieron nobleza, aunque les costó mantenerse en pie.
-MORANTE DE LA PUEBLA: oreja.
-JOSÉ MARÍA MANZANARES: ovación con saludos.
-CAYETANO: oreja.
-EMILIO DE JUSTO: dos orejas.
-PABLO AGUADO: ovación con saludos.
-EL RAFI (novillero): ovación con saludos tras aviso.
Observaciones:
Al terminar el paseíllo, se hizo entrega a la Sociedad Española de
Cirugía Taurina de una placa conmemorativa por parte de Tauroemoción, ASPROT,
UNPBE, Fundación Toro de Lidia, ASDME y la Federación Taurina, además de los
diestros actuantes en el festival. La placa fue recogida por una amplia
representación de la SECT, encabezada por su presidente el Dr. Pascual González
Masegosa.
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