DOMINGO DE CALVARIO
La primera corrida
de toros de la presente temporada venteña levantó mucha expectación. Sin
embargo, según transcurría el festejo, la expectación se convirtió en
decepción, fundamentalmente, por el escaso juego ofrecido por los astados de la
ganadería de Victorino Martín. Aunque la terna actuante, compuesta por Fernando
Robleño, Octavio Chacón y Pepe Moral, así como sus respectivas cuadrillas,
tampoco estarían exentos de culpa.
Como es
tradicional, la plaza de toros de Las Ventas anunció para el Domingo de Ramos
la primera corrida de toros de su temporada. En esta ocasión, y por tercer año
consecutivo, la ganadería escogida para lidiar en este festejo fue la de
Victorino Martín que sería lidiada por una terna de especialistas como son
Fernando Robleño, Octavio Chacón y Pepe Moral. La corrida levantó mucha
expectación entre los aficionados. Tanto, que la plaza se llegó a llenar en las
tres cuartas partes de su aforo –solo faltaron los del clavel–. Sin embargo,
según transcurría el festejo, como tantas otras veces sucede, la expectación
suscitada se iba convirtiendo en decepción, fundamentalmente, por el juego
ofrecido por los de la A coronada, aunque sin perder de vista a los de luces.
Así, las tradicionales palmas del Domingo de Ramos se tornaron en lanzas
convirtiendo aquello en un calvario.
La corrida de
Victorino Martín tuvo una presentación desigual con algunos animales impropios
de lidiar en la que se dice primera plaza del mundo. Y, además, exhibió, en
general, una inusual y preocupante sosería y falta de transmisión.
Bien presentado
estuvo el que abrió plaza, incluso llegó a ser ovacionado de salida. Tuvo este
ejemplar más genio que casta y resultó incierto y complicado en sus embestidas.
Correspondió en suerte a Fernando Robleño quien, solo al final del trasteo,
echó mano de los recursos lidiadores tras perderse en un estéril intento de
conseguir faena lucida por las complicaciones del burel. Lo más destacado de
este turno fue el tercio de banderillas interpretado por Jesús Romero quien
debió saludar montera en mano.
Protestado de
salida fue el segundo, un animal que solo se tapó por la cara. Fue este un
animal manejable, pero anduvo con las fuerzas justas. Cayó en el lote de
Octavio Chacón quien anduvo muy templado manejando el percal en quites. Ya con
la franela, consiguió algún pasaje estimable en un porfión trasteo que no llegó
a coger vuelo y que inició por doblones. No anduvo acertado con los aceros.
Chacón se produjo un corte en la mano izquierda a la hora de realizar la suerte
suprema y tuvo que pasar a la enfermería.
También se tapó
por la cara el tercero. Un ejemplar que no se llegó a ver desde el tendido,
principalmente, por la mala lidia de la cuadrilla de Pepe Moral y porque el
sevillano apenas lo intentó. Se puso el público en contra Moral, más todavía,
después de su nefasta interpretación de la suerte suprema.
Tuvo volumen el
cuarto, aunque apenas tuvo cara. Fue este un burel al que se le pegó mucho en
varas. El primer puyazo, ante la inhibición de Juan Cantora, tercero de la
cuadrilla de Robleño, se le dio el picador que hacía la puerta. Puyazo largo al
que le siguió otro no menos largo ya por el picador de turno. Llegó a la faena
de muleta este ejemplar con una bondad y una sosería extrema. Con él, el torero
de San Fernando consiguió hilvanar un ramillete de muletazos por ambos pitones
de uno en uno que no fueron suficientes para llegar a caldear los tendidos
venteños.
Por el señalado
percance de Octavio Chacón, tuvo que correrse turno y en quinto lugar saltó al
ruedo el toro reseñado para cerrar plaza. Fue un astado bien presentado que
desarrolló nobleza, aunque no estuvo sobrado de fuerza. Correspondió su lidia a
Pepe Mora quien, tras no poderse lucir con el capote, intentó lucir al toro en
el tercio de varas, sobre todo, en el segundo puyazo cuando lo dejó en suerte
en la distancia. Ya con la muleta, inició su labor con unos toreros doblones y
llegó a conseguir algún muletazo de gusto con ambas manos en un trasteo en el
que, sin embargo, llegó a agobiar y a atosigar al de Victorino en interminables
series. Como en el primero de su lote, no estuvo acertado con los aceros.
Chacón salió de la
enfermería para estoquear al que cerró plaza, el que debía haber salido en
quinto lugar. Fue este un ejemplar de correcta presentación al que lució
Octavio Chacón en el tercio de varas. Tomó dos puyazos en los que Chacón le
colocó en la distancia, aunque, para el segundo, el diestro gaditano mandase
colocar al caballo en el burladero que se encuentra entre los tendidos 6 y 7.
Hasta allí se arrancó el “victorino”
y allí derribó al picador Santiago Pérez quien, por cierto, recetó dos buenos
puyazos. El público emocionado y levantado de sus asientos pedía un tercer
puyazo y Chacón volvió dejar al de Victorino en la distancia, pero en terreno
de nadie. No se sabía se le había colocado para que acudiese con el encuentro
con el picador a contraquerencia, si para que fuese al anteriormente citado
burladero o para dónde. El piquero movía el caballo, pero sin rumbo concreto. Iba
de la puerta grande al burladero para volver a la puerta grande, aquí iniciaba
el viaje hacia la raya de picar y, entonces, levantaba la vara tímidamente como
diciendo “a ver si hay suerte y no me ve”.
El toro ni se movía. Así durante dos o tres veces hasta que el toro se aburrió
y empezó a mirar hacia otro lado. Entonces fue cuando Chacón pidió el cambio de
tercio y el aficionado se quedó sin esa tercera vara. Y aquí se acabó el
espectáculo de este ejemplar que llegó a la muleta sin fuerza ni gracia y con
el que Chacón no pudo hacer nada.
Terminó el festejo
y el público abandonó la plaza tras despedir con ovaciones a Fernando Robleño y
Octavio Chacón y con pitos a Pepe Moral. Antes, se había dirigido al ganadero: “¿Dónde está la casta, Victorino?”.
Momento de la actuación de Fernando Robleño ante el cuarto de la tarde. |
Octavio Chacón con el que cerró plaza. |
Natural de Pepe Moral ante el quinto. |
Jesús Romero se lució banderilleando al primero. Saludó montera en mano. |
Momento del tercio de varas del sexto de la tarde interpretado por Santiago Pérez. |
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