lunes, 22 de abril de 2019

LAS VENTAS (MADRID). DOMINGO, 21 DE ABRIL DE 2019. CORRIDA DE TOROS. DOMINGO DE RESURRECCIÓN





LA VUELTA DE JUAN ORTEGA

El diestro Juan Ortega firmó los mejores pasajes de la segunda corrida de toros de la presente temporada venteña con motivo de la festividad del Domingo de Resurrección, un festejo que suponía la vuelta del diestro sevillano al coso madrileño tras su destacada actuación del pasado 15 de agosto. Completaron el cartel el gaditano David Galván y el también sevillano Pablo Aguado que no tuvieron la suerte de cara. Se corrió un encierro de juego desigual de Toros de El Torero remendado con un ejemplar de Lagunajanda.

Segunda corrida de toros de la temporada venteña, festejo organizado con motivo de la festividad del Domingo de Resurrección. Para la ocasión, se escogió una ganadería como la de Toros de El Torero que se volvía a anunciar en el coso capitalino en tan señalada fecha después del éxito cosechado el año anterior. Y una terna del gusto de la afición madrileña como son David Galván, Juan Ortega quien volvía al coso capitalino tras la gran impresión ofrecida el pasado 15 de agosto, y Pablo Aguado.

La divisa gaditana no pudo reeditar en la presente edición el éxito de la campaña pasada. El encierro estuvo muy bien presentado, incluso alguno de sus componentes llegó a ser ovacionado de salida. Pero ofreció un juego desigual y, además, no estuvo sobrado de fuerza. Destacó el ejemplar que hizo segundo, también con las fuerzas justas, que fue ovacionado en el arrastre por su clase y nobleza. Debido a la justeza de fuerza, el corrido en quinto lugar, tuvo que ser devuelto a los corrales y fue sustituido por un sobrero de Lagunajanda, también bien presentado y, aunque con matices, manejable. También debió ser devuelto el cuarto, sin embargo, fue mantenido en el ruedo de manera inexplicable por el palco presidencial.

Quien sí reeditó su último éxito venteño, aunque ahora sin cortar trofeos, fue el sevillano Juan Ortega que dio una clamorosa vuelta al ruedo por sus innumerables destellos de torería ante el segundo de la tarde. El sevillano ya dejó constancia de esa torería que atesora en el quinte por chicuelinas ante el astado que abrió plaza. Ya ante el primero de su lote, intentó mecer el capote a la verónica en los lances de recibo. Sí lo consiguió en el quite con un ramillete de toreras verónicas que tuvieron enjundia y que levantaron los olés roncos y secos de los escaños venteños. Ya con la pañosa, tras brindar al público, inició la faena con unos toreros ayudados por bajo. Después, seguirían dos series con la mano diestra con muletazos no menos toreros, muy templados y de gran hondura. Entre serie y serie, Ortega dejaba respirar al noble y enclasado, aunque flojo burel gaditano. Con el animal ya más parado, cambió de mano e instrumentó una desigual serie al natural en la que, de uno en uno, también resultaron muletazos de regusto. La faena estaba hecha y la plaza entregada. Unos muletazos de adorno precedieron a una certera estocada que cayó algo desprendida. Rodó el toro tras haber sonado un recado presidencial y la afición venteña saltó de sus escaños solicitando el trofeo para el sevillano. Trofeo que no fue concedido por el palco lo que redujo el trofeo de Ortega a una clamorosa vuelta al ruedo.

En segundo lugar, Ortega tuvo que lidiar el sobrero de Lagunajanda que sustituyó al blando y flojo titular. Tampoco estuvo sobrado de fuerzas el sustituto, además fue mal lidiado y picado, aun así llegó con cierta manejabilidad al tercio final, sin embargo, ahora el torero no sevillano no acabó de acoplarse y se perdió en un largo trasteo sin fundamento.

Abrió plaza el gaditano David Galván quien, prácticamente, pasó desapercibido ante la afición madrileña. Con el primero, noble, aunque flojo ejemplar, solo pudo dejar algún detalle aislado. Y poco pudo hacer con el flojísimo cuarto que debió ser devuelto a los corrales. Lo más destacado de su actuación fue el quite por chicuelinas que realizó ante el astado que cerró plaza.

Completó la terna el sevillano Pablo Aguado quien no pasó de voluntarioso ante el tercero, abanto animal que iba y venía, pero sin celo ni clase que le llegó a prender durante la faena de muleta, afortunadamente, sin consecuencias. Igual de voluntarioso se mostró ante el sexto, manejable ejemplar, aunque nunca acabó de entregarse. A este lo recibió de forma arrebatadora con el capote para, posteriormente, perderse en un largo y anodino trasteo muletero.


No tuvo la suerte de cara David Galván.Lo más lucido de su actuación fue el quite que
realizó al astado que cerró plaza.
 
Juan Ortega meció el capote por verónicas en el turno de quites
de su primer toro.
Los muletazos con la diestra tuvieron enjundia.
Solo voluntarioso pudo estar Pablo Aguado en una tarde poco afortunada.
Florito también tuvo que intervenir con su parada de bueyes
al devolverse el quinto del festejo.

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