LA
VUELTA DE JUAN ORTEGA
El
diestro Juan Ortega firmó los mejores pasajes de la segunda corrida de toros de
la presente temporada venteña con motivo de la festividad del Domingo de
Resurrección, un festejo que suponía la vuelta del diestro sevillano al coso
madrileño tras su destacada actuación del pasado 15 de agosto. Completaron el
cartel el gaditano David Galván y el también sevillano Pablo Aguado que no
tuvieron la suerte de cara. Se corrió un encierro de juego desigual de Toros de
El Torero remendado con un ejemplar de Lagunajanda.
Segunda
corrida de toros de la temporada venteña, festejo organizado con motivo de la
festividad del Domingo de Resurrección. Para la ocasión, se escogió una
ganadería como la de Toros de El Torero que se volvía a anunciar en el coso
capitalino en tan señalada fecha después del éxito cosechado el año anterior. Y
una terna del gusto de la afición madrileña como son David Galván, Juan Ortega
quien volvía al coso capitalino tras la gran impresión ofrecida el pasado 15 de
agosto, y Pablo Aguado.
La
divisa gaditana no pudo reeditar en la presente edición el éxito de la campaña
pasada. El encierro estuvo muy bien presentado, incluso alguno de sus
componentes llegó a ser ovacionado de salida. Pero ofreció un juego desigual y,
además, no estuvo sobrado de fuerza. Destacó el ejemplar que hizo segundo,
también con las fuerzas justas, que fue ovacionado en el arrastre por su clase
y nobleza. Debido a la justeza de fuerza, el corrido en quinto lugar, tuvo que
ser devuelto a los corrales y fue sustituido por un sobrero de Lagunajanda,
también bien presentado y, aunque con matices, manejable. También debió ser
devuelto el cuarto, sin embargo, fue mantenido en el ruedo de manera
inexplicable por el palco presidencial.
Quien
sí reeditó su último éxito venteño, aunque ahora sin cortar trofeos, fue el
sevillano Juan Ortega que dio una clamorosa vuelta al ruedo por sus innumerables
destellos de torería ante el segundo de la tarde. El sevillano ya dejó
constancia de esa torería que atesora en el quinte por chicuelinas ante el
astado que abrió plaza. Ya ante el primero de su lote, intentó mecer el capote
a la verónica en los lances de recibo. Sí lo consiguió en el quite con un
ramillete de toreras verónicas que tuvieron enjundia y que levantaron los olés roncos y secos de los escaños
venteños. Ya con la pañosa, tras brindar al público, inició la faena con unos
toreros ayudados por bajo. Después, seguirían dos series con la mano diestra
con muletazos no menos toreros, muy templados y de gran hondura. Entre serie y
serie, Ortega dejaba respirar al noble y enclasado, aunque flojo burel
gaditano. Con el animal ya más parado, cambió de mano e instrumentó una
desigual serie al natural en la que, de uno en uno, también resultaron
muletazos de regusto. La faena estaba hecha y la plaza entregada. Unos
muletazos de adorno precedieron a una certera estocada que cayó algo desprendida.
Rodó el toro tras haber sonado un recado presidencial y la afición venteña
saltó de sus escaños solicitando el trofeo para el sevillano. Trofeo que no fue
concedido por el palco lo que redujo el trofeo de Ortega a una clamorosa vuelta
al ruedo.
En
segundo lugar, Ortega tuvo que lidiar el sobrero de Lagunajanda que sustituyó al
blando y flojo titular. Tampoco estuvo sobrado de fuerzas el sustituto, además
fue mal lidiado y picado, aun así llegó con cierta manejabilidad al tercio
final, sin embargo, ahora el torero no sevillano no acabó de acoplarse y se
perdió en un largo trasteo sin fundamento.
Abrió
plaza el gaditano David Galván quien, prácticamente, pasó desapercibido ante la
afición madrileña. Con el primero, noble, aunque flojo ejemplar, solo pudo
dejar algún detalle aislado. Y poco pudo hacer con el flojísimo cuarto que
debió ser devuelto a los corrales. Lo más destacado de su actuación fue el
quite por chicuelinas que realizó ante el astado que cerró plaza.
Completó
la terna el sevillano Pablo Aguado quien no pasó de voluntarioso ante el tercero,
abanto animal que iba y venía, pero sin celo ni clase que le llegó a prender
durante la faena de muleta, afortunadamente, sin consecuencias. Igual de
voluntarioso se mostró ante el sexto, manejable ejemplar, aunque nunca acabó de
entregarse. A este lo recibió de forma arrebatadora con el capote para,
posteriormente, perderse en un largo y anodino trasteo muletero.
No tuvo la suerte de cara David Galván.Lo más lucido de su actuación fue el quite que realizó al astado que cerró plaza. |
Juan Ortega meció el capote por verónicas en el turno de quites de su primer toro. |
Los muletazos con la diestra tuvieron enjundia. |
Solo voluntarioso pudo estar Pablo Aguado en una tarde poco afortunada. |
Florito también tuvo que intervenir con su parada de bueyes al devolverse el quinto del festejo. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario