miércoles, 19 de abril de 2017

"TORRELAGUNA Y LOS TOROS". VIERNES 21 DE ABRIL DE 2017, SEIS DE LA TARDE. FORO DE HISTORIA LOCAL DE LA BIBLIOTECA "JUAN DE MENA" DE TORRELAGUNA



El próximo viernes 21 de abril, la Biblioteca "Juan de Mena" de Torrelaguna se convertirá en figurado coso taurino para acoger la conferencia "Torrelaguna y los Toros". Una conferencia que se enmarca dentro del ciclo "Foro de Historia Local" que organiza la citada biblioteca y en la que participaré junto a Jorge Benito, con la inestimable colaboración de José Cid, para presentaros los trabajos que ya llevamos realizados con el fin de recabar toda la tradición taurina de nuestra localidad. Tradición que se remontaría hasta 1538.

Como avance a esta conferencia, aquí os dejo un texto que apareció en el Libro de las Fiestas de nuestra localidad de 2014 que firmamos Jorge y yo y que da unas pequeñas e interesantes pinceladas de los que será esta charla que no os debéis perder. La cita, como os digo, el próximo viernes 21 de abril a las seis de la tarde en la Biblioteca "Juan de Mena" de Torrelaguna. Seguro que será una gran tarde de Toros e Historia. Os esperamos.

Plaza de Toros en construcción. Foto extraída del libro
"Pueblos de la Sierra Norte de Madrid. Imágenes para el recuerdo".

TORRELAGUNA Y LOS TOROS

La Fiesta de los Toros en Torrelaguna goza de profundas raíces culturales e históricas. Ya en 1538, nuestra localidad solicita permiso para celebrar corridas de toros con motivo de la firma del Tratado de Niza entre Francisco I de Francia y el emperador Carlos V.

Este documento, recogido por el que fuese crítico taurino de la agencia EFE Isidoro Rodríguez “Doro” en su libro “Documentos históricos taurinos”, podría ser el primer documento escrito que acredite esta tradición, aunque es posible que nuestra costumbre de “correr toros” date del siglo XV.

Según los datos encontrados en el Archivo Municipal, a lo largo de los siglos XVI y XVII, observamos la celebración de estos festejos taurinos por motivos similares, como la llegada a la villa del Concejo de la Mesta en 1593, y, principalmente, con motivo de festividades religiosas como San Nicasio, el Corpus Christi, Ntra. Sra. del Rosario o Santa Águeda

Estos espectáculos distarían mucho de lo que conocemos en la actualidad pues eran lo más parecido a un torneo protagonizado por los caballeros de la nobleza local en el que las suertes practicadas serían, entre otras, el alancear y picar toros a caballo, lo que se podría calificar como los inicios del rejoneo

Será en el siglo XVIII cuando encontramos los albores del toreo actual pues el toreo a pie comienza ganar terreno al practicado a caballo. Caprichos de la Historia, es de este período del que menos información disponemos actualmente.

Es en el XIX cuando estas celebraciones empiezan a encontrar cabida dentro de las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Soledad. Lo que podemos fechar ya en el año 1830: el 1 de julio, Torrelaguna y sus alrededores sufren una tremenda tormenta de granizo que hizo que los campesinos y labradores temieran por sus cosechas, sin embargo, éstas no sufrieron daño alguno. Tal milagro fue atribuido a la Virgen de la Soledad, a quien  los torrelagunenses se habían encomendado. En señal de gratitud por esta intercesión de la Virgen, se solicita un permiso para “rifar un toro para correrlo” cuyos beneficios se destinarían para sufragar los gastos de las funciones religiosas y para “correr media docena de vacas” en su honor.

O también en 1848, a través de los acuerdos tomados en la sesión plenaria del 19 de junio donde se aprueba la compra de madera para la construcción de la plaza de toros en la plaza de la villa.

Paseíllo en 1908. Foto: Carmen Morena Muñoz.
Hoy, perdura esta tradición de programar festejos taurinos en nuestras Fiestas Patronales, aunque hay que señalar que, durante el siglo pasado, también se dieron toros fuera de estas fechas. Por ejemplo, en 1959, además de los tres festejos que se organizaron con motivo de las honras a Nuestra Patrona, se programaron tres más durante el mes de agosto y otros dos en los dos fines de semana posteriores a las Fiestas; y el 14 de octubre de 1960, se celebró un festival taurino con motivo del Día de la Provincia.

Las novilladas de promoción, incluidas las organizadas por la Peña Taurina “Manuel Vidrié” entre los años 1985 y 1994, coparán durante años estas funciones taurinas.

Las novilladas con picadores también tuvieron su protagonismo a partir de finales de la década de los ochenta del siglo pasado, aunque la primera de ellas tuviese lugar en 1979.

También en los ochenta, suscitaron gran interés las corridas de rejones, donde actuaron las máximas figuras de la época, y los festivales taurinos, protagonizados por algunos de los toreros más destacados del momento.

En 1999, se celebra la primera corrida de toros, espectáculo que se  dio hasta 2005 y que llegó a contar con dos funciones entre 2001 y 2003.

Y no podemos olvidar los festejos taurinos populares: las becerradas locales en las que los aficionados de nuestro municipio mostraban (y muestran) sus conocimientos de Tauromaquia; o los añorados “Toro del Aguardiente”, “Toro del Campo” y los “encierrillos” desde la Puerta del Sol.

Pero, sin duda, el espectáculo más afamado y con más solera es el encierro, hoy reminiscencia del aquel traslado a pie de las reses desde su dehesa hasta la plaza en que se iban a lidiar.

Encierro en 1908. Foto: Carmen Morena Muñoz.
Existe documentación del siglo pasado que muestra como, en los días previos a la Función, las reses a lidiar, pertenecientes a ganaderías situadas en localidades cercanas, llegaban acompañadas de cabestros y vaqueros a las afueras de nuestro municipio donde permanecían hasta el día en que iban a ser lidiadas, momento en el que la manada accedía a la plaza de toros tras pasar por las hoy calles Malacuera y Cardenal Cisneros.

Así ocurrió hasta que este traslado comenzó a realizarse en camiones. Desde entonces, el encierro mantuvo su recorrido por las calles citadas anteriormente, fijando su inicio donde hoy se encuentra el Centro de Salud.

En los últimos veinte años, este recorrido varió hasta en cuatro ocasiones con motivo de los cambios de ubicación del coso taurino: calle Malacuera –por debajo de la antigua Quesería– (1995-1996); final de la calle San Francisco (1997-2005), y final de la calle Lilas (2006-2012). En estos casos, el encierro siempre transitó por las calles de costumbre, aunque en sentido contrario al habitual.

En 2013, la plaza de toros volvió a su ubicación tradicional, sin embargo, el encierro no recuperó su añorado transitar pues se fijó su salida en la calle San Francisco a la altura de la parada del autobús.

Encierro en 1920. Foto: Juan Sanz Montero.
Con todo lo visto, no es de extrañar que esta enraizada tradición motivase que algún torrelagunense se decidiese a probar fortuna en el mundo taurino. De hecho, han sido varios los que emprendieron este camino, destacando a Valentín Martín (1854-1936), único matador de toros de alternativa nacido en nuestra localidad, quien, ya apartado de los ruedos, se convirtió en el primer asesor de la plaza de toros de Madrid; y, por supuesto, Manuel Vidrié (1942), una de las máximas figuras del toreo a caballo de todos los tiempos.

Y hasta aquí este relato  que no es más que una pequeña muestra de las primeras investigaciones realizadas con el fin de llegar a conocer los orígenes de esta enraizada tradición de nuestro municipio.


Moisés Celestén Lozano
Jorge Benito Martínez
Texto aparecido en el Libro de las Fiestas de Torrelaguna de 2014

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