Natural de Talvante al quinto de la tarde. |
TALAVANTE
NOS SALVÓ DEL SOPOR Y LA IRRITACIÓN
El
extremeño Alejandro Talavante corta la única oreja en la Corrida Extraordinaria
de la Asociación de la Prensa. Fue tras una importante faena al quinto de la
tarde. De vacío se fue el francés Sebastián Castella. También de vacío se fue el
sevillano Javier Jiménez que resultó cogido por el que cerró plaza. Se jugó un
mal presentado, manso, desrazado e inválido encierro de la ganadería salmantina
de “Puerto de San Lorenzo” que fue remendado con dos sobreros de las ganaderías
de “Buenavista” y “Conde de Mayalde”, sustituto, a su vez, de otro sobrero de “Torrealta”.
La
Corrida Extraordinaria de la Prensa había despertado gran expectación hasta el
punto de colgar el cartel de “No hay billetes”. Sin embargo, la tarde
transcurrió entre el sopor y la irritación. El sopor fue motivado, fundamentalmente,
por el encierro enviado por la divisa salmantina de “Puerto de San Lorenzo”,
mal presentado, manso, descastado e inválido. Un encierro que tuvo que ser remendado
con dos sobreros de las ganaderías de “Buenavista”, jugado en primer lugar, y “Conde
de Mayalde”, sustituto de otro sobrero de “Torrealta” que, a su vez, reemplazó
al titular salmantino que hizo quinto. No mejoraron los sobreros la
presentación de los titulares, aunque sí el juego, de hecho, el buenavista y el mayalde resultaron ser los dos mejores toros de este más que
deslucido conjunto ganadero. Y la irritación estuvo provocada por la
permisividad de la Autoridad encabezada por D. Trinidad López-Pastor –¡ay
Trinidad, Trinidad…!– que permitió la lidia de este lote impropio de la primera
plaza del Mundo y que, a pesar de los tres toros devueltos –segundo sobrero
incluido–, mantuvo en el ruedo, de forma incomprensible, algún inválido más. No
tardaron en aflorar las protestas desde los tendidos hacia la nueva empresa
gestora del coso venteño y hacia el palco presidencial por estas cuestiones.
Protestas que llegaron desde el sector más crítico de la plaza y a los que, en
esta ocasión, al menos, no les faltaba razón.
Solo
la actuación de Alejandro Talavante ante el de “Conde de Mayalde”, lidiado como
tercer sobrero en quinto lugar, consiguió sacar a la plaza de esta tediosa
situación. El de “Mayalde” fue un toro regordío,
de feas hechuras y que manseó durante toda la lidia. Nadie lo había visto. Solo
el extremeño pareció confiar en sus posibilidades. Planteó Talavante la faena
en la misma puerta grande. Fueron series cortas en las que Alejandro aprovechó
las escasas embestidas que regaló el burel. Series en las que Alejandro dibujó
el toreo en muletazos con ambas manos. Muletazos llenos de torería, temple,
ligazón. Muletazos, sobre todo los naturales, que llegaron y emocionaron a los
tendidos de la monumental venteña. Un cambio de mano fue, simplemente,
sensacional. Un natural mirando al tendido desprendió torería. Valerosos
desplantes pusieron el punto final a esta obra de arte firmada por el
extremeño. Ya solo quedaba la rúbrica y Talvante no marró. Cayó el mayalde y la plaza solicitó el apéndice
de forma unánime. Oreja de mucha fuerza y peso la que consiguió el torero
extremeño.
Con
el segundo, animal de poca fuerza que iba y venía sin clase ni entrega, poco
pudo hacer Talavante.
El
otro toro que ofreció posibilidades para el lucimiento cayó en manos del
francés Sebastián Castella. El astado, designado como primer sobrero, lució el
hierro de la ganadería de “Buenavista”. Fue este un ejemplar de feas hechuras
que sustituyó al inválido primero. El buenavista
resultó manso, aunque encastado, lo que hizo que llegase con posibilidades a la
faena de muleta. Castella anduvo inteligente en el inicio de su trasteo
muletero comenzando éste por estatuarios a favor de la querencia del burel. Ya
con el astado en los medios, el francés instrumentó algún muletazo sobre la
mano diestra con regusto, pero que quedaron diluidos en un largo trasteo lleno
de pases por ambos pitones poco ceñidos y vaciando la embestida el animal hacia
afuera. No estuvo acertado con los aceros y llegó a recibir dos recados
presidenciales, el primero de ellos antes de entrar a matar. Poco pudo hacer
con el manso y escaso de fuerza astado que hizo cuarto. Solo el torero inicio
del trasteo muletero tuvo interés.
Cerró
la terna el sevillano Javier Jiménez. Quedó inédito el de Espartinas con el
inválido que hizo tercero, una animal que debió ser devuelto a los corrales,
pero que, de forma incompresible, fue mantenido en el ruedo por el presidente
del festejo –¡ay, Trinidad, Trinidad…!–. Se la jugó de forma valerosa Jiménez
con el que cerró plaza, un toro manso y descompuesto que acabó por cornear al
rubio torero sevillano.
El Rey Emérito D. Juan Carlos presidió el festejo desde la meseta de toriles. |
Momento de la faena de Sebastián Castella ante el primer sobrero de "Buenavista". |
Poco pudo hacer Alejandro Talavante ante el deslucido segundo. |
Javier Jiménez sorteó en primer lugar un inválido que debió ser devuelto a los corrales. |
Este torero inicio del trasteo de Sebastián Castella fue lo único estacable de la actuación del francés ante el cuarto. |
La faena de la tarde la firmó Talavante ante un toro de "Conde de Mayalde" que fue lidiado como tercer sobrero en quinto lugar. |
Cortó una oreja de mucho peso. |
Valeroso anduvo Javier Jiménez con el que cerró plaza. Resultó cogido. |
Una tarde presenciada desde el Bajo del 8 junto a Juan Muñoz "Guerra". Foto: "Guerra" |
Hasta tres veces -pudieron ser más- pisaron los bueyes de Florito el ruedo venteño |
D. Trinidad López-Pastor se erigió, una vez más, como negativo protagonista de la tarde. |
"Madrid es plaza de primera. Honradla", rezaba esta pancarta exhibida en una parte del sector más crítico de la plaza. |
"Queremos trapío y seriedad. No al triunfalismo", decía esta otra. |
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