viernes, 24 de agosto de 2018

TORRELAGUNA Y SU PLAZA DE TOROS


El Libro de las Fiestas de Torrelaguna de 2018 en honor a Ntra. Sra. de la Soledad ya ha salido. Un año más, vuelvo a escribir en él. En esta ocasión, lo hago hablando sobre la plaza de toros de nuestra localidad. En esta entrada que hoy publico en el blog podéis encontrar el artículo escrito en el libro mucho más ampliado.

Distintas imágenes de la plaza de toros de Torrelaguna.
Fotos: Libro de las Fiestas de 2003; Carmen Morena; Esperanza de Marcos.
LA PLAZA MAYOR DE TORRELAGUNA
Y SU TRANSFORMACIÓN EN PINTORESCO COSO TAURINO

La tradición de convertir la plaza mayor de Torrelaguna en coso taurino viene de antaño. A través de los trabajos de investigación emprendidos junto a Jorge Benito y José Cid para intentar recabar la tradición taurina de nuestra localidad, no podríamos decir con seguridad desde cuándo esto es así, aunque sí podríamos afirmar que esta costumbre de alojar el coso taurino en nuestra plaza mayor existiría ya a mediados del siglo XIX, siempre, eso sí con motivo de las Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de la Soledad.

Esta tradición de convertir nuestra plaza mayor en coso taurino con motivo de la Función (hubo alguna ocasión, aunque de forma muy esporádica, en la que se dieron toros en fechas muy alejadas de las Fiestas en la que la plaza no se instaló en su emplazamiento habitual) se ha mantenido, salvo excepciones, hasta nuestros días a través distintas y pintorescas edificaciones.

A tenor de los trabajos citados anteriormente y de las fotografías de primeros del siglo XX, podemos observar cómo se llevaba a cabo la construcción de este entramado de madera: el ruedo sería similar a un actual vallado de encierro con palos redondos que quedaría apoyado en un andamiaje para que el público pudiese presenciar los festejos. Esta construcción se habría mantenido así hasta los años treinta del siglo pasado.

Imágenes de la plaza de toros de Torrelaguna correspondientes al primer tercio del siglo XX.
Fotos: Libro de las Fiestas de 1991; Jacinto Martín; Libro de las Fiestas de 1999.
Ya en la siguiente década, encontramos la estructura de la recordada plaza que durante muchos años montó la familia Ruano y que perduró hasta los años setenta. Su montaje comenzaría, aproximadamente, a mediados del mes de julio para que estuviese lista hacia el 15 de agosto. Y permanecía instalada hasta mediados del mes de octubre lo que permitía dar festejos taurinos antes y después de las Fiestas. Como ejemplo, en el año 1959, se llegaron a programar hasta ocho espectáculos taurinos: tres durante el mes de agosto, los días 15, 23 y 30; tres durante las Fiestas, los días 6, 7 y 8 de septiembre; y dos más una vez finalizadas éstas, concretamente, los días 13 y 27 de dicho mes. Fueron festejos modestos eso sí en los que jóvenes aspirantes a matadores de toros daban sus primeros pasos en la profesión. Algo que siempre caracterizó (y caracteriza) a nuestra localidad: ser cantera del toreo.

O también el festival taurino celebrado el 14 de octubre de 1960 que fue organizado por la Diputación Provincial de Madrid con motivo del Día de la Provincia en el que, entre otros, realizaron el paseíllo los matadores de toros Antonio Bienvenida y Antonio Chenel “Antoñete”.

Panorámica de la construcción de la recordada y añorada plaza de toros de Torrelaguna:
Foto: Libro "Pueblos de la Sierra Norte de Madrid. Imágenes para el recuerdo".
Esta plaza que era de forma rectangular y acababa en un pequeño abombamiento en la zona de la Cruz de Cisneros sufrió algunas transformaciones como se puede observar a través de las instantáneas. Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta, observamos que no existía sobrepuerta ni en la puerta de toriles ni en la puerta grande. Una sobrepuerta que ya sí vemos aparece en la década de los sesenta y que se mantendrá hasta la sustitución de la plaza en la década siguiente.

En estas instantáneas apreciamos los cambios sufridos entre la década de los cuarenta y la de los setenta.
Fotos: Esperanza de Marcos; José Cid; Libro de las Fiestas de 2000.
Como curiosidad, de esta época es el rodaje de la película de “Los clarines del miedo” (1958), película protagonizada por el gran Paco Rabal y que narraba las vicisitudes por las que pasaban en las plazas de los pueblos aquellos quienes aspiraban a alcanzar algún día la gloria del toreo. Nuestra plaza  mayor se convirtió en plaza de toros fuera de las fechas de la Función. Para la ocasión, se fabricó una plaza de palos y carros cuya construcción difería bastante de lo que era la construcción de la entonces plaza de toros de Torrelaguna.

"Los clarines del miedo" rodada en Torrelaguna en 1958 y protagonizada por el gran Paco Rabal.
La plaza que se construyó con tal motivo difería bastante de la que se instalaba en las Fiestas.
También en esta época, apareció un anteproyecto para la construcción de una plaza de toros de obra, según podemos ver en una entrevista publicada en el número 1011 de 7 de noviembre de 1963 de la revista “El Ruedo” con el entonces alcalde de la localidad Florencio Cid. Sin embargo, nunca más se llegó a oír de este anteproyecto y la plaza de toros se siguió instalando en la plaza mayor, incluso durante aquellas obras de remodelación del edificio del ayuntamiento que se llevaron a cabo hacia 1967 y en las que desapareció del tejado del edificio su emblemático reloj.

El anteproyecto de la construcción de una plaza de toros fue el motivo de la entrevista publicada
con el entonces Alcalde de Torrelaguna, Florencio Cid,
en el número 1011 de 7 de noviembre de 1963 de la revista taurina "El Ruedo".
Jacinto Martín en la presidencia en el año 1967. Se aprecian las obras de remodelación del ayuntamiento.
Ni siquiera, entonces, la plaza abandonó su ubicación tradicional.
Foto: Jacinto Martín.
Por esta peculiar y añorada construcción, además de jóvenes aspirantes a matadores de toros, pasaron grandes figuras del toreo de la época quienes participaron en varios festivales. Baste señalar, por ejemplo, a Joaquín Rodíguez “Cagancho” y Rafael Vega “Gitanillo de Triana” quienes hicieron el paseíllo el 17 de septiembre de 1950 con motivo de la celebración de un festival a beneficio de la Bolsa de Caridad de la Villa; los hermanos Pepe y Juan Bienvenida, quienes junto a Juan Posada participarían en otro festival el 14 de octubre de 1954; los ya citados anteriormente Antonio Bienvenida y Antonio Chenel “Antoñete”; Gregorio Sánchez, Agapito García “Serranito” o Andrés Vázquez, entre otros. Sin olvidar, por supuesto, a un joven rejoneador llamado a alcanzar las gloria del toreo a caballo que, en aquel entonces, daba sus primeros pasos en la profesión: nuestro paisano Manuel Vidrié.

Cartel y reseña del festival celebrado el 14 de octubre de 1960 con motivo del Día de la Provincia
que fue organizado por la Diputación Provincial de Madrid. Entre otros, vemos acartelados
a Antonio Bienvenida y a Antonio Chenel "Antoñete".
Cartel: Archivo Regional Comunidad de Madrid. Fondo Torrelaguna. Signatura 14852. Carpeta 6.
Reseña: revista "El Ruedo". número 852 de 20 de octubre de 1960.
Varios fueron los toreros destacados por nuestra plaza de toros:
Gregorio Sánhez, Agapito García "Serranito", Andrés Vázquez, el ya citado "Antoñete"
o nuestro paisano Manuel Vidrié son algunos de ellos.
Fotos: Gregorio Lozano; José Cid (2).
En uno de estos festivales, se produjo una anécdota curiosa. En él, entre otros, actuaban el matador de toros madrileño Antonio Chenel “Antonete” y nuestro paisano Manuel Vidrié, entonces una joven promesa del arte del rejoneo. Según contaba el propio Vidrié, “Antoñete” no tuvo suerte con el burel que le tocó lidiar. Y cuando llegó el turno de Vidrié, que sorteó un buen ejemplar, éste pidió muleta y estoque, solicitó permiso a la presidencia ante la perplejidad de los presentes y se los cedió al diestro madrileño para que se sacase la espina. Chenel formó un auténtico lío, tanto fue así que luego el público no quería que Vidrié continuase con la lidia y solicitaban que fuese “Antoñete” quien estoquease al novillo. Es curioso porque, aunque hay fotos de aquel día, no hemos sido capaces de encontrar ni la fecha del mismo ni la composición del cartel.

Volviendo nuevamente a la plaza, en los años setenta, llegaron las primeras portátiles. En un primer momento, éstas buscaron seguir la forma de aquella plaza de palos.
En la década de los setenta, llegaron las primeras portátiles.
Las primeras intentaron seguir la forma de la antigua plaza de palos.
Fotos: Gregorio Lozano.
Y, posteriormente, buscaron la redondez. Esto fue así, hasta el año 1987 antes de la remodelación de la plaza, cuando ésta todavía era de arena. Su construcción era un poco compleja puesto que suponía adaptar las plazas portátiles al espacio existente. Los tendidos, como antaño, se siguen montando por encima de las escaleras del ayuntamiento para lo cual, había previstas unas vigas especiales para que la altura de la construcción no sufriese variación. Y es ahora cuando el pico de la iglesia empieza a quedar dentro de los tendidos de la plaza. Hasta ahora, siempre había quedado fuera de la peculiar construcción.

Por esta “nueva” construcción hicieron el paseíllo en varios festivales algunos de los matadores de toros más importantes del último cuarto del siglo XX como fueron Ortega Cano, Paco Alcalde, “Morenito de Maracay”, Curro Vázquez, “Nimeño II” o Frascuelo, entre otros. Y, además, los festejos de rejones vivieron su mayor esplendor con la presencia en nuestro coso taurino de rejoneadores de la talla de Fermín Bohórquez Escribano, Álvaro Domecq o Curro Bedoya, sin olvidar, por supuesto a nuestro paisano Manuel Vidrié.

Posteriormente, ya buscaron la redondez.
Por esta plaza, pasaron algunos de los grandes toreros del último cuarto del siglo XX,
además de algunas de las máximas figuras del rejoneo.
Primera foto: Álvaro Domecq y Manuel Vidrié en 1983.
Segunda foto: Paco Alcalde, Ortega Cano, "Morenito de Maracay" y el novillero Carlos Mora en 1983.
Fotos: Francisco J. García; Jacinto Martín.
Fue una época en la que no todo fueron parabienes. Hubo un año, allá en los primeros años de los ochenta en los que Torrelaguna estuvo a punto de quedarse sin sus festejos taurinos puesto que, en las vísperas de las Fiestas, la plaza de toros portátil no llegaba a nuestra localidad. Según comentaba el entonces Alcalde de la localidad, Antonio Suárez, problemas económicos del contratista de la plaza hicieron que ésta estuviese embargada y que no se pudiese levantar de su ubicación para instalarse en Torrelaguna. De forma urgente, hubo que buscar una plaza de toros que, gracias a la colaboración de todo el pueblo, quedó instalada con el tiempo justo y justo a tiempo para la celebración de los espectáculos taurinos.

En 1988, se llevaron a cabo las obras de remodelación de la plaza. Se adoquinó la plaza a excepción de una pequeña circunferencia que quedó de arena (la zona de plaquetas blancas en las que hoy se encuentra el escudo de nuestra localidad) y el coso taurino se adaptó a esa pequeña circunferencia. Fue el de este año el ruedo más pequeño que se había instalado hasta el momento. Aun así, en aquel diminuto ruedo, la tarde del 7 de septiembre del citado año, se llegaron a juntar a la vez los rejoneadores Álvaro, Luis y Antonio Domecq acompañados por nuestro paisano Manuel Vidrié quienes protagonizaron uno de los mayores hitos de la historia taurina de nuestra localidad. Y también pasaron matadores de toros como Lucio Sandín, “El Fundi” o José Luis Bote.

Año 1988, tras la remodelación de la plaza, el ruedo se redujo considerablemente. Aun así, en aquel diminuto ruedo, se llegaron a reunir los rejoneadores Álvaro, Luis y Antonio Domecq junto a nuestro paisano Manuel Vidrié quienes protagonizaron uno de los mayores hitos de la particular historia taurina de nuestra localidad.
Fotos: Francisco J. García (2).
Tras esta primera experiencia, el ruedo volvió a su tamaño anterior con la necesidad, claro está, de tener que cubrir el adoquinado con más arena. Las corridas de rejones siguieron manteniendo su brillantez: Curro Bedoya, Ginés Cartagena, Antonio Correas, Leonardo Hernández García y Fermín Bohórquez Domecq fueron algunos de los toreros a caballo que pasaron por nuestro ruedo. También pasaron destacados matadores de toros como Sánchez Puerto, José Luis Palomar o Andrés Caballero. Y ahora, se empieza a programar un festejo, prácticamente, inédito en nuestra localidad como eran las novilladas con picadores. Aunque el primer espectáculo de esta especialidad se programase allá por 1979, fue en 1989 cuando se empezaron a generalizar. Torrelaguna, empieza aquí a erigirse en escenario para promocionar a los novilleros con picadores. Por nuestro coso, pasaron algunos de los más destacados del momento: Manolo Sánchez, Juan Carlos García, Cristina Sánchez, Uceda Leal o Luis Miguel Encabo son algunos de ellos. Sin olvidar, por supuesto, al alcalaíno Jesús Romero quien el 6 de septiembre de 1992 protagonizó una de las mayores gestas vividas en aquel coso taurino al cortar cuatro orejas y un rabo tras dos memorables actuaciones ante utreros de la ganadería de las Hdras. de Juan Julián Sanz Colmenarejo, vacada que vio como uno de sus novillos era premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Esta es la que se dice ha sido la mejor novillada que se ha lidiado en nuestra localidad por presentación y juego. Paradojas de la vida. Si esta ganadería colmenareña pasará a la particular historia taurina de nuestra localidad por esta gran novillada también lo hará por el trágico suceso que protagonizó uno de sus novillos en el encierro matutino al cornear mortalmente al joven de nuestra localidad Óscar Martín.

Al año siguiente, el ruedo vuelve a recuperar su tamaño anterior. En él, se siguieron celebrando festejos de rejones y se comenzaron a dar novilladas con picadores, generalizadas a parir de 1989.
Fotos: Francisco J. García (2).
El trágico suceso relatado anteriormente, unido a los múltiples percances ocurridos en la suelta de vaquillas que se llevó a cabo en la madrugada anterior al citado encierro, motivó que, en 1993, la estructura de la plaza de toros sufriese otra pequeña modificación, pues se añade un estribo a la barrera con el fin de facilitar la huida de las embestidas de los astados. La citada modificación de la que hablamos anteriormente sólo duraría dos años, pues 1994 será el último año en el que nuestra plaza mayor aloje aquel pintoresco coso taurino. Curiosidades de la vida, el último festejo celebrado en aquel pintoresco recinto fue la última becerrada de promoción que organizó la Peña Taurina “Manuel Vidrié” de nuestra localidad. Un festejo que durante diez años puso el broche a nuestra Fiestas y que sirvió de escaparate a muchos jóvenes aprendices de toreros. Estos festejos también vivieron un hecho histórico como fue el debut en público de una jovencísima Cristina Sánchez. Fue el 8 de septiembre de 1988.

Hay que apuntar que en 1993, los festejos taurinos de Torrelaguna fueron unos de los protagonistas del libro “Fiestas Taurinas de la Comunidad de Madrid” cuyos autores son Juan Miguel Sánchez Vigil, Manuel Durán Blázquez y Ángel Sanz Martín quienes dedican un capítulo del libro a nuestras fiestas y a nuestra pintoresca plaza de toros.

Reportaje aparecido en el libro "Fiestas Taurinas de la Comunidad de Madrid" cuyos autores son
Juan Miguel Sánchez Vigil, Manuel Durán Blázquez y Ángel Sanz Martín.
Se aprecia la fisonomía de nuestra plaza de toros en 1993.
Y, además, también en 1993 y 1994 las cámaras de Telemadrid visitaron nuestra población para retransmitir dos festejos taurinos celebrados en aquel singular coso taurino alojado en el marco incomparable de nuestra plaza mayor.

Estos recintos no solo acogieron los festejos taurinos, sino que también fueron escenario durante muchos años de la tradicional pólvora y de las verbenas nocturnas. Las primeras, se celebraron hasta la segunda mitad de los ochenta y se decía que el día de la pólvora se probaba la plaza, pues era el día que más gente entraba en ella. Y las segundas, hasta los primeros años de la década de los noventa: primero, las orquestas se ubicaban en el corredor del ayuntamiento y, posteriormente, en un escenario que se ubicaba en el mismo ruedo. En este escenario, llegaría a actuar hasta el mismísimo Manolo Escobar en el año 1990. Ya en los primeros años de la década de los noventa, estos escenarios se trasladaron a la calle La Cava, en el mismo lugar donde hoy se ubican los escenarios de las orquestas del viernes y el sábado, solo que, antaño, se instalaban allí todos los días de la Fiesta.

En 1995, por las nuevas obras de remodelación del edificio del ayuntamiento, el coso taurino sale de su tradicional emplazamiento. Comenzaba así un periplo por las afueras del municipio que llegó a durar diecinueve años en los que llegó a conocer hasta tres ubicaciones distintas: en la calle Malacuera, donde hoy se encuentra el Juzgado número 2 (1995-1996); al final de la calle San Francisco casi en la confluencia con la N-320 (1997-2005) y al final de la calle Lilas (2006-2012). Cierto es que, durante estos años, también pasaron por nuestra localidad figuras del toreo a caballo; punteros novilleros con picadores, además de aquellos aprendices de torero que desde antaño protagonizaron los seriales taurinos de nuestra localidad. Y, además se comienzan a programar corridas de toros, un festejo que se celebró durante los años 1999 y 2004 y por el que llegaron a pasar algunos afamados matadores de toros. Sin embargo, aquellos festejos no eran lo mismo. Con la plaza instalada allá en una era, los festejos taurinos de nuestra localidad perdieron su solera, su sabor añejo, su personalidad, además de su mayor seña de identidad.

Entre 1995 y 2012, la plaza vivió un periplo por las afueras de nuestra municipio.
Llegó a conocer hasta tres ubicaciones distintas.
Fotos: Ramón García; José Cid (3).
Desde entonces, el retorno de la plaza de toros a su ubicación tradicional fue una asignatura pendiente. Ya en 1995 hubo un proyecto para la construcción de una plaza portátil a medida de la plaza mayor. Incluso en 2002, la empresa Tauromilenio, empresa encargada de la organización de los festejos taurinos de aquel año, manifestó su intención de construir un recinto portátil adecuado a la plaza mayor para devolver así el coso taurino a su ubicación tradicional.

Durante este tiempo, la vuelta de la plaza de toros a su ubicación tradicional fue una asignatura pendiente. Así, en 2002, la empresa Tauromilenio expresó su intención de construir un coso desmontable para conseguir tal fin.
No fue el único intento.
Sin embargo, ninguno de estos proyectos se llevó a cabo y no será hasta 2013 cuando se consumó el traslado. Volvía a recuperarse de esta manera una tradición secular. Algo que tampoco ha estado exento de dificultades, pues solo un año después de la recuperación de esta tradición, nuestra localidad estuvo a punto a quedarse sin festejos taurinos. En esta ocasión, no es que faltase la plaza. No. Esta estaba instalada unos días antes de las Fiestas. Sin embargo, no reunía las medidas de seguridad necesarias y, como antaño, hubo que buscar otro recinto deprisa y corriendo que cumpliese tales requisitos. El miércoles anterior a las Fiestas, es decir, dos días antes de su comienzo, se empezaba a desinstalar este coso portátil. Y fue en la madrugada del mismo viernes, cuando se comenzó a instalar el nuevo recinto que quedó totalmente listo para la hora del pregón.

No será hasta 2013 cuando la plaza recupere su tradicional ubicación.
Fotos: Moisés Celestén (3); José Cid (2).
Con la recuperación de esta antigua costumbre, Torrelaguna se suma a una larga lista de localidades que a lo largo y ancho de nuestra piel de toro siguen manteniendo esta tradición secular. Así, dentro de la Comunidad de Madrid, encontramos localidades como Chinchón, localidad que celebra el festival taurino más antiguo de España. Así se ve este pintoresco coso a través de esta instantánea cedida por Pablo García.

Plaza de toros de Chinchón cedida por Pablo García
(www.pablotoros.com).
Colmenar de Oreja. Otro coso singular que, además tiene la peculiaridad de no tener graderío en uno de sus fondos, fondo que se habilita como escenario donde se ubican las orquestas para la celebración de las tradicionales verbenas. También observamos su peculiaridad a través de otra fotografía de Pablo García.

Plaza de toros de Colmenar de Oreja cedida por Pablo García
(www.pablotoros.com).
Arganda del Rey, localidad que celebra uno de los ciclos más importantes de novilladas con picadores de nuestro país. Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Arganda del Rey.

Plaza de toros de Arganda del Rey
cedida por el Ayuntamiento de Arganda del Rey.
Tielmes, uno de los varios escenarios del prestigioso certamen para novilleros sin picadores “Ribera del Tajuña”. Pintoresco recinto taurino visto a través del objetivo de Javier Salamanca.

Plaza de toros de Tielmes
cedida por Javier Salamanca.
O Carabaña con su peculiar plaza con la fuente en medio. Auténtico sabor añejo como muestra esta fotografía de Raúl Barbero.

Plaza de toros de Carabaña cedida por Raúl Barbero
(http://elarrabaldelaimagen.com/).
Fuera de los límites de nuestra comunidad, también son muchos los municipios que siguen con esta tradición. Así, en Valencia encontramos Algemesí, localidad que celebra otro de los certámenes de novilladas con picadores más importantes del panorama nacional. Vemos lo característico de este coso taurino a través de esta fotografía de Ximo Bueno cedida por el periódico “La Veu d’Algemesí”.

Plaza de toros de Algemesí cedida por Ximo Bueno y "La Veu d'Almesí"
(www.laveudalgemesi.es).
De similar construcción a la de Algemesí es la plaza de toros de la salmantina localidad de Ciudad Rodrigo. Fotografía de Gregorio Lozano tomada durante su tradicional “Carnaval del Toro”.

Plaza de toros de Ciudad Rodrigo.
Foto: Gregorio Lozano.
Verdadero sabor añejo tiene la plaza de toros del también salmantino municipio de San Felices de los Gallegos. Así lo podemos comprobar a través de esta fotografía cedida por el periódico digital “Salamanca rtv al día”.

Plaza de toros de San Felices de los Gallegos cedida por "Salamanca rtv al día"
(www.salamancartvaldia.es).
Más moderna es la construcción de la plaza de toros de la segoviana localidad de Riaza como vemos a través de la instantánea de Fermín Martín.

Plaza de toros de Riaza.
Foto: Fermín Martín.
O la cacereña de Moraleja, con su también moderna plaza desmontable, donde se celebra el que quizá sea el ciclo de novilladas picadas más importante de Extremadura. Así lo vemos en esta imagen cedida por el Ayuntamiento de Moraleja.

Plaza de toros de Moraleja
cedida por el Ayuntamiento de Moraleja.
Estas localidades son solo una pequeña muestra de una extensa lista de municipios que conservan esta antigua tradición de celebrar los festejos taurinos en peculiares y pintorescos recintos instalados en sus plazas mayores. Una lista que no deberá abandonar Torrelaguna tras volver a incorporarse a ella hace unos años.

Es cierto que el recinto que se instala hoy es diferente al que se instalaba hace ya más de veinte años: las gradas no suben por encima de las escaleras del ayuntamiento como antaño; el pico de la iglesia queda fuera (también quedaba fuera cuando se hacía de palos), el ruedo es más pequeño y, además, ahora se incluye callejón lo que hace que el ruedo se achique más aun. Y también es cierto que hay cosas a mejorar y que sin duda habrá que subsanar para que este pintoresco coso taurino en el que se convierte ese singular marco que es nuestra plaza mayor siga conservando su sabor añejo, su solera, su personalidad y su identidad.

Solo en este marco incomparable pueden surgir espectaculares y bellas imágenes como estas.
Fotos: Juan Muñoz (3).
Agradecimientos: Jorge Benito, José Cid, Carlos Suárez, Juan Muñoz, Fermín Martín, Gregorio Lozano, Carmen Morena, Jacinto Martín, Esperanza de Marcos, Pablo García (www.pablotoros.com), Javier Salamanca, Raúl Barbero (blog: http://elarrabaldelaimagen.blogspot.com/), Ximo Bueno, “La Veu d’Algemesí” (www.laveudalgemesi.es), “Salamanca rtv al día” (www.salamancartvaldia.es),  Ayuntamiento de Arganda del Rey (Madrid) y Ayuntamiento de Moraleja (Cáceres).

1 comentario:

  1. En 2019, debido a las obras de la remodelación de la plaza Mayor de Torrelaguna, la plaza de toros portátil volvió a abandonar su ubicación tradicional. En el citado 2019, el coso taurino se volvió a ubicar en el mismo lugar en el que lo hizo durante los años 1997 y 2005.

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