El
Libro de las Fiestas de Torrelaguna de 2018 en honor a Ntra. Sra. de la Soledad
ya ha salido. Un año más, vuelvo a escribir en él. En esta ocasión, lo hago
hablando sobre la plaza de toros de nuestra localidad. En esta entrada que hoy
publico en el blog podéis encontrar el artículo escrito en el libro mucho más
ampliado.
Distintas imágenes de la plaza de toros de Torrelaguna. Fotos: Libro de las Fiestas de 2003; Carmen Morena; Esperanza de Marcos. |
LA
PLAZA MAYOR DE TORRELAGUNA
Y
SU TRANSFORMACIÓN EN PINTORESCO COSO TAURINO
La
tradición de convertir la plaza mayor de Torrelaguna en coso taurino viene de
antaño. A través de los trabajos de investigación emprendidos junto a Jorge
Benito y José Cid para intentar recabar la tradición taurina de nuestra
localidad, no podríamos decir con seguridad desde cuándo esto es así, aunque sí
podríamos afirmar que esta costumbre de alojar el coso taurino en nuestra plaza
mayor existiría ya a mediados del siglo XIX, siempre, eso sí con motivo de las
Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de la Soledad.
Esta
tradición de convertir nuestra plaza mayor en coso taurino con motivo de la
Función (hubo alguna ocasión, aunque de forma muy esporádica, en la que se dieron
toros en fechas muy alejadas de las Fiestas en la que la plaza no se instaló en
su emplazamiento habitual) se ha mantenido, salvo excepciones, hasta nuestros
días a través distintas y pintorescas edificaciones.
A
tenor de los trabajos citados anteriormente y de las fotografías de primeros
del siglo XX, podemos observar cómo se llevaba a cabo la construcción de este
entramado de madera: el ruedo sería similar a un actual vallado de encierro con
palos redondos que quedaría apoyado en un andamiaje para que el público pudiese
presenciar los festejos. Esta construcción se habría mantenido así hasta los
años treinta del siglo pasado.
Imágenes de la plaza de toros de Torrelaguna correspondientes al primer tercio del siglo XX. Fotos: Libro de las Fiestas de 1991; Jacinto Martín; Libro de las Fiestas de 1999. |
Ya
en la siguiente década, encontramos la estructura de la recordada plaza que
durante muchos años montó la familia Ruano y que perduró hasta los años
setenta. Su montaje comenzaría, aproximadamente, a mediados del mes de julio
para que estuviese lista hacia el 15 de agosto. Y permanecía instalada hasta
mediados del mes de octubre lo que permitía dar festejos taurinos antes y
después de las Fiestas. Como ejemplo, en el año 1959, se llegaron a programar
hasta ocho espectáculos taurinos: tres durante el mes de agosto, los días 15,
23 y 30; tres durante las Fiestas, los días 6, 7 y 8 de septiembre; y dos más una
vez finalizadas éstas, concretamente, los días 13 y 27 de dicho mes. Fueron
festejos modestos eso sí en los que jóvenes aspirantes a matadores de toros
daban sus primeros pasos en la profesión. Algo que siempre caracterizó (y
caracteriza) a nuestra localidad: ser cantera del toreo.
O
también el festival taurino celebrado el 14 de octubre de 1960 que fue
organizado por la Diputación Provincial de Madrid con motivo del Día de la
Provincia en el que, entre otros, realizaron el paseíllo los matadores de toros
Antonio Bienvenida y Antonio Chenel “Antoñete”.
Panorámica de la construcción de la recordada y añorada plaza de toros de Torrelaguna: Foto: Libro "Pueblos de la Sierra Norte de Madrid. Imágenes para el recuerdo". |
Esta
plaza que era de forma rectangular y acababa en un pequeño abombamiento en la
zona de la Cruz de Cisneros sufrió algunas transformaciones como se puede observar
a través de las instantáneas. Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta,
observamos que no existía sobrepuerta ni en la puerta de toriles ni en la
puerta grande. Una sobrepuerta que ya sí vemos aparece en la década de los
sesenta y que se mantendrá hasta la sustitución de la plaza en la década
siguiente.
En estas instantáneas apreciamos los cambios sufridos entre la década de los cuarenta y la de los setenta. Fotos: Esperanza de Marcos; José Cid; Libro de las Fiestas de 2000. |
Como
curiosidad, de esta época es el rodaje de la película de “Los clarines del miedo” (1958), película protagonizada por el gran
Paco Rabal y que narraba las vicisitudes por las que pasaban en las plazas de
los pueblos aquellos quienes aspiraban a alcanzar algún día la gloria del
toreo. Nuestra plaza mayor se convirtió
en plaza de toros fuera de las fechas de la Función. Para la ocasión, se
fabricó una plaza de palos y carros cuya construcción difería bastante de lo
que era la construcción de la entonces plaza de toros de Torrelaguna.
"Los clarines del miedo" rodada en Torrelaguna en 1958 y protagonizada por el gran Paco Rabal. La plaza que se construyó con tal motivo difería bastante de la que se instalaba en las Fiestas. |
También
en esta época, apareció un anteproyecto para la construcción de una plaza de
toros de obra, según podemos ver en una entrevista publicada en el número 1011
de 7 de noviembre de 1963 de la revista “El Ruedo” con el entonces alcalde de
la localidad Florencio Cid. Sin embargo, nunca más se llegó a oír de este
anteproyecto y la plaza de toros se siguió instalando en la plaza mayor,
incluso durante aquellas obras de remodelación del edificio del ayuntamiento que
se llevaron a cabo hacia 1967 y en las que desapareció del tejado del edificio
su emblemático reloj.
Jacinto Martín en la presidencia en el año 1967. Se aprecian las obras de remodelación del ayuntamiento. Ni siquiera, entonces, la plaza abandonó su ubicación tradicional. Foto: Jacinto Martín. |
Por
esta peculiar y añorada construcción, además de jóvenes aspirantes a matadores
de toros, pasaron grandes figuras del toreo de la época quienes participaron en
varios festivales. Baste señalar, por ejemplo, a Joaquín Rodíguez “Cagancho” y
Rafael Vega “Gitanillo de Triana” quienes hicieron el paseíllo el 17 de
septiembre de 1950 con motivo de la celebración de un festival a beneficio de
la Bolsa de Caridad de la Villa; los hermanos Pepe y Juan Bienvenida, quienes
junto a Juan Posada participarían en otro festival el 14 de octubre de 1954;
los ya citados anteriormente Antonio Bienvenida y Antonio Chenel “Antoñete”;
Gregorio Sánchez, Agapito García “Serranito” o Andrés Vázquez, entre otros. Sin
olvidar, por supuesto, a un joven rejoneador llamado a alcanzar las gloria del
toreo a caballo que, en aquel entonces, daba sus primeros pasos en la
profesión: nuestro paisano Manuel Vidrié.
Varios fueron los toreros destacados por nuestra plaza de toros: Gregorio Sánhez, Agapito García "Serranito", Andrés Vázquez, el ya citado "Antoñete" o nuestro paisano Manuel Vidrié son algunos de ellos. Fotos: Gregorio Lozano; José Cid (2). |
En
uno de estos festivales, se produjo una anécdota curiosa. En él, entre otros,
actuaban el matador de toros madrileño Antonio Chenel “Antonete” y nuestro
paisano Manuel Vidrié, entonces una joven promesa del arte del rejoneo. Según
contaba el propio Vidrié, “Antoñete” no tuvo suerte con el burel que le tocó
lidiar. Y cuando llegó el turno de Vidrié, que sorteó un buen ejemplar, éste
pidió muleta y estoque, solicitó permiso a la presidencia ante la perplejidad
de los presentes y se los cedió al diestro madrileño para que se sacase la
espina. Chenel formó un auténtico lío, tanto fue así que luego el público no
quería que Vidrié continuase con la lidia y solicitaban que fuese “Antoñete”
quien estoquease al novillo. Es curioso porque, aunque hay fotos de aquel día,
no hemos sido capaces de encontrar ni la fecha del mismo ni la composición del
cartel.
Volviendo
nuevamente a la plaza, en los años setenta, llegaron las primeras portátiles. En
un primer momento, éstas buscaron seguir la forma de aquella plaza de palos.
En la década de los setenta, llegaron las primeras portátiles. Las primeras intentaron seguir la forma de la antigua plaza de palos. Fotos: Gregorio Lozano. |
Y,
posteriormente, buscaron la redondez. Esto fue así, hasta el año 1987 antes de
la remodelación de la plaza, cuando ésta todavía era de arena. Su construcción
era un poco compleja puesto que suponía adaptar las plazas portátiles al
espacio existente. Los tendidos, como antaño, se siguen montando por encima de
las escaleras del ayuntamiento para lo cual, había previstas unas vigas
especiales para que la altura de la construcción no sufriese variación. Y es
ahora cuando el pico de la iglesia empieza a quedar dentro de los tendidos de
la plaza. Hasta ahora, siempre había quedado fuera de la peculiar construcción.
Por
esta “nueva” construcción hicieron el paseíllo en varios festivales algunos de
los matadores de toros más importantes del último cuarto del siglo XX como
fueron Ortega Cano, Paco Alcalde, “Morenito de Maracay”, Curro Vázquez, “Nimeño
II” o Frascuelo, entre otros. Y, además, los festejos de rejones vivieron su
mayor esplendor con la presencia en nuestro coso taurino de rejoneadores de la
talla de Fermín Bohórquez Escribano, Álvaro Domecq o Curro Bedoya, sin olvidar,
por supuesto a nuestro paisano Manuel Vidrié.
Fue
una época en la que no todo fueron parabienes. Hubo un año, allá en los
primeros años de los ochenta en los que Torrelaguna estuvo a punto de quedarse
sin sus festejos taurinos puesto que, en las vísperas de las Fiestas, la plaza
de toros portátil no llegaba a nuestra localidad. Según comentaba el entonces
Alcalde de la localidad, Antonio Suárez, problemas económicos del contratista
de la plaza hicieron que ésta estuviese embargada y que no se pudiese levantar
de su ubicación para instalarse en Torrelaguna. De forma urgente, hubo que
buscar una plaza de toros que, gracias a la colaboración de todo el pueblo,
quedó instalada con el tiempo justo y justo a tiempo para la celebración de los
espectáculos taurinos.
En
1988, se llevaron a cabo las obras de remodelación de la plaza. Se adoquinó la
plaza a excepción de una pequeña circunferencia que quedó de arena (la zona de
plaquetas blancas en las que hoy se encuentra el escudo de nuestra localidad) y
el coso taurino se adaptó a esa pequeña circunferencia. Fue el de este año el
ruedo más pequeño que se había instalado hasta el momento. Aun así, en aquel diminuto
ruedo, la tarde del 7 de septiembre del citado año, se llegaron a juntar a la
vez los rejoneadores Álvaro, Luis y Antonio Domecq acompañados por nuestro
paisano Manuel Vidrié quienes protagonizaron uno de los mayores hitos de la
historia taurina de nuestra localidad. Y también pasaron matadores de toros
como Lucio Sandín, “El Fundi” o José Luis Bote.
Tras
esta primera experiencia, el ruedo volvió a su tamaño anterior con la
necesidad, claro está, de tener que cubrir el adoquinado con más arena. Las
corridas de rejones siguieron manteniendo su brillantez: Curro Bedoya, Ginés
Cartagena, Antonio Correas, Leonardo Hernández García y Fermín Bohórquez Domecq
fueron algunos de los toreros a caballo que pasaron por nuestro ruedo. También
pasaron destacados matadores de toros como Sánchez Puerto, José Luis Palomar o
Andrés Caballero. Y ahora, se empieza a programar un festejo, prácticamente,
inédito en nuestra localidad como eran las novilladas con picadores. Aunque el
primer espectáculo de esta especialidad se programase allá por 1979, fue en
1989 cuando se empezaron a generalizar. Torrelaguna, empieza aquí a erigirse en
escenario para promocionar a los novilleros con picadores. Por nuestro coso,
pasaron algunos de los más destacados del momento: Manolo Sánchez, Juan Carlos
García, Cristina Sánchez, Uceda Leal o Luis Miguel Encabo son algunos de ellos.
Sin olvidar, por supuesto, al alcalaíno Jesús Romero quien el 6 de septiembre
de 1992 protagonizó una de las mayores gestas vividas en aquel coso taurino al
cortar cuatro orejas y un rabo tras dos memorables actuaciones ante utreros de
la ganadería de las Hdras. de Juan Julián Sanz Colmenarejo, vacada que vio como
uno de sus novillos era premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Esta es
la que se dice ha sido la mejor novillada que se ha lidiado en nuestra
localidad por presentación y juego. Paradojas de la vida. Si esta ganadería
colmenareña pasará a la particular historia taurina de nuestra localidad por
esta gran novillada también lo hará por el trágico suceso que protagonizó uno
de sus novillos en el encierro matutino al cornear mortalmente al joven de
nuestra localidad Óscar Martín.
El
trágico suceso relatado anteriormente, unido a los múltiples percances
ocurridos en la suelta de vaquillas que se llevó a cabo en la madrugada
anterior al citado encierro, motivó que, en 1993, la estructura de la plaza de
toros sufriese otra pequeña modificación, pues se añade un estribo a la barrera
con el fin de facilitar la huida de las embestidas de los astados. La citada
modificación de la que hablamos anteriormente sólo duraría dos años, pues 1994
será el último año en el que nuestra plaza mayor aloje aquel pintoresco coso
taurino. Curiosidades de la vida, el último festejo celebrado en aquel
pintoresco recinto fue la última becerrada de promoción que organizó la Peña
Taurina “Manuel Vidrié” de nuestra localidad. Un festejo que durante diez años
puso el broche a nuestra Fiestas y que sirvió de escaparate a muchos jóvenes
aprendices de toreros. Estos festejos también vivieron un hecho histórico como
fue el debut en público de una jovencísima Cristina Sánchez. Fue el 8 de
septiembre de 1988.
Hay
que apuntar que en 1993, los festejos taurinos de Torrelaguna fueron unos de
los protagonistas del libro “Fiestas
Taurinas de la Comunidad de Madrid” cuyos autores son Juan Miguel Sánchez
Vigil, Manuel Durán Blázquez y Ángel Sanz Martín quienes dedican un capítulo
del libro a nuestras fiestas y a nuestra pintoresca plaza de toros.
Y,
además, también en 1993 y 1994 las cámaras de Telemadrid visitaron nuestra
población para retransmitir dos festejos taurinos celebrados en aquel singular
coso taurino alojado en el marco incomparable de nuestra plaza mayor.
Estos
recintos no solo acogieron los festejos taurinos, sino que también fueron
escenario durante muchos años de la tradicional pólvora y de las verbenas
nocturnas. Las primeras, se celebraron hasta la segunda mitad de los ochenta y
se decía que el día de la pólvora se probaba la plaza, pues era el día que más
gente entraba en ella. Y las segundas, hasta los primeros años de la década de
los noventa: primero, las orquestas se ubicaban en el corredor del ayuntamiento
y, posteriormente, en un escenario que se ubicaba en el mismo ruedo. En este
escenario, llegaría a actuar hasta el mismísimo Manolo Escobar en el año 1990.
Ya en los primeros años de la década de los noventa, estos escenarios se trasladaron
a la calle La Cava, en el mismo lugar donde hoy se ubican los escenarios de las
orquestas del viernes y el sábado, solo que, antaño, se instalaban allí todos
los días de la Fiesta.
En
1995, por las nuevas obras de remodelación del edificio del ayuntamiento, el
coso taurino sale de su tradicional emplazamiento. Comenzaba así un periplo por
las afueras del municipio que llegó a durar diecinueve años en los que llegó a
conocer hasta tres ubicaciones distintas: en la calle Malacuera, donde hoy se
encuentra el Juzgado número 2 (1995-1996); al final de la calle San Francisco
casi en la confluencia con la N-320 (1997-2005) y al final de la calle Lilas
(2006-2012). Cierto es que, durante estos años, también pasaron por nuestra
localidad figuras del toreo a caballo; punteros novilleros con picadores,
además de aquellos aprendices de torero que desde antaño protagonizaron los
seriales taurinos de nuestra localidad. Y, además se comienzan a programar
corridas de toros, un festejo que se celebró durante los años 1999 y 2004 y por
el que llegaron a pasar algunos afamados matadores de toros. Sin embargo,
aquellos festejos no eran lo mismo. Con la plaza instalada allá en una era, los
festejos taurinos de nuestra localidad perdieron su solera, su sabor añejo, su
personalidad, además de su mayor seña de identidad.
Entre 1995 y 2012, la plaza vivió un periplo por las afueras de nuestra municipio. Llegó a conocer hasta tres ubicaciones distintas. Fotos: Ramón García; José Cid (3). |
Desde
entonces, el retorno de la plaza de toros a su ubicación tradicional fue una
asignatura pendiente. Ya en 1995 hubo un proyecto para la construcción de una
plaza portátil a medida de la plaza mayor. Incluso en 2002, la empresa
Tauromilenio, empresa encargada de la organización de los festejos taurinos de
aquel año, manifestó su intención de construir un recinto portátil adecuado a
la plaza mayor para devolver así el coso taurino a su ubicación tradicional.
Sin
embargo, ninguno de estos proyectos se llevó a cabo y no será hasta 2013 cuando
se consumó el traslado. Volvía a recuperarse de esta manera una tradición
secular. Algo que tampoco ha estado exento de dificultades, pues solo un año
después de la recuperación de esta tradición, nuestra localidad estuvo a punto
a quedarse sin festejos taurinos. En esta ocasión, no es que faltase la plaza.
No. Esta estaba instalada unos días antes de las Fiestas. Sin embargo, no
reunía las medidas de seguridad necesarias y, como antaño, hubo que buscar otro
recinto deprisa y corriendo que cumpliese tales requisitos. El miércoles
anterior a las Fiestas, es decir, dos días antes de su comienzo, se empezaba a
desinstalar este coso portátil. Y fue en la madrugada del mismo viernes, cuando
se comenzó a instalar el nuevo recinto que quedó totalmente listo para la hora
del pregón.
No será hasta 2013 cuando la plaza recupere su tradicional ubicación. Fotos: Moisés Celestén (3); José Cid (2). |
Con
la recuperación de esta antigua costumbre, Torrelaguna se suma a una larga
lista de localidades que a lo largo y ancho de nuestra piel de toro siguen
manteniendo esta tradición secular. Así, dentro de la Comunidad de Madrid,
encontramos localidades como Chinchón, localidad que celebra el festival
taurino más antiguo de España. Así se ve este pintoresco coso a través de esta
instantánea cedida por Pablo García.
Plaza de toros de Chinchón cedida por Pablo García (www.pablotoros.com). |
Colmenar
de Oreja. Otro coso singular que, además tiene la peculiaridad de no tener
graderío en uno de sus fondos, fondo que se habilita como escenario donde se
ubican las orquestas para la celebración de las tradicionales verbenas. También
observamos su peculiaridad a través de otra fotografía de Pablo García.
Plaza de toros de Colmenar de Oreja cedida por Pablo García (www.pablotoros.com). |
Arganda
del Rey, localidad que celebra uno de los ciclos más importantes de novilladas
con picadores de nuestro país. Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Arganda
del Rey.
Plaza de toros de Arganda del Rey cedida por el Ayuntamiento de Arganda del Rey. |
Tielmes,
uno de los varios escenarios del prestigioso certamen para novilleros sin
picadores “Ribera del Tajuña”. Pintoresco recinto taurino visto a través del
objetivo de Javier Salamanca.
Plaza de toros de Tielmes cedida por Javier Salamanca. |
O
Carabaña con su peculiar plaza con la fuente en medio. Auténtico sabor añejo
como muestra esta fotografía de Raúl Barbero.
Plaza de toros de Carabaña cedida por Raúl Barbero (http://elarrabaldelaimagen.com/). |
Fuera
de los límites de nuestra comunidad, también son muchos los municipios que
siguen con esta tradición. Así, en Valencia encontramos Algemesí, localidad que
celebra otro de los certámenes de novilladas con picadores más importantes del
panorama nacional. Vemos lo característico de este coso taurino a través de
esta fotografía de Ximo Bueno cedida por el periódico “La Veu d’Algemesí”.
Plaza de toros de Algemesí cedida por Ximo Bueno y "La Veu d'Almesí" (www.laveudalgemesi.es). |
De
similar construcción a la de Algemesí es la plaza de toros de la salmantina
localidad de Ciudad Rodrigo. Fotografía de Gregorio Lozano tomada durante su
tradicional “Carnaval del Toro”.
Plaza de toros de Ciudad Rodrigo. Foto: Gregorio Lozano. |
Verdadero
sabor añejo tiene la plaza de toros del también salmantino municipio de San
Felices de los Gallegos. Así lo podemos comprobar a través de esta fotografía
cedida por el periódico digital “Salamanca
rtv al día”.
Plaza de toros de San Felices de los Gallegos cedida por "Salamanca rtv al día" (www.salamancartvaldia.es). |
Más
moderna es la construcción de la plaza de toros de la segoviana localidad de
Riaza como vemos a través de la instantánea de Fermín Martín.
Plaza de toros de Riaza. Foto: Fermín Martín. |
O
la cacereña de Moraleja, con su también moderna plaza desmontable, donde se
celebra el que quizá sea el ciclo de novilladas picadas más importante de
Extremadura. Así lo vemos en esta imagen cedida por el Ayuntamiento de
Moraleja.
Plaza de toros de Moraleja cedida por el Ayuntamiento de Moraleja. |
Estas
localidades son solo una pequeña muestra de una extensa lista de municipios que
conservan esta antigua tradición de celebrar los festejos taurinos en
peculiares y pintorescos recintos instalados en sus plazas mayores. Una lista
que no deberá abandonar Torrelaguna tras volver a incorporarse a ella hace unos
años.
Es
cierto que el recinto que se instala hoy es diferente al que se instalaba hace
ya más de veinte años: las gradas no suben por encima de las escaleras del
ayuntamiento como antaño; el pico de la iglesia queda fuera (también quedaba
fuera cuando se hacía de palos), el ruedo es más pequeño y, además, ahora se
incluye callejón lo que hace que el ruedo se achique más aun. Y también es
cierto que hay cosas a mejorar y que sin duda habrá que subsanar para que este
pintoresco coso taurino en el que se convierte ese singular marco que es
nuestra plaza mayor siga conservando su sabor añejo, su solera, su personalidad
y su identidad.
Solo en este marco incomparable pueden surgir espectaculares y bellas imágenes como estas. Fotos: Juan Muñoz (3). |
Agradecimientos:
Jorge Benito, José Cid, Carlos Suárez, Juan Muñoz, Fermín Martín, Gregorio
Lozano, Carmen Morena, Jacinto Martín, Esperanza de Marcos, Pablo García (www.pablotoros.com), Javier Salamanca,
Raúl Barbero (blog: http://elarrabaldelaimagen.blogspot.com/), Ximo Bueno, “La Veu d’Algemesí” (www.laveudalgemesi.es), “Salamanca rtv al día” (www.salamancartvaldia.es), Ayuntamiento de Arganda del Rey (Madrid) y
Ayuntamiento de Moraleja (Cáceres).
En 2019, debido a las obras de la remodelación de la plaza Mayor de Torrelaguna, la plaza de toros portátil volvió a abandonar su ubicación tradicional. En el citado 2019, el coso taurino se volvió a ubicar en el mismo lugar en el que lo hizo durante los años 1997 y 2005.
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