lunes, 18 de noviembre de 2019

SAN AGUSTÍN DE GUADALIX (MADRID). LOS DÍAS 15, 16 Y 21 DE SEPTIEMBRE DE 2019. FIESTAS PATRONALES DE LA VIRGEN DE NAVALAZARZA. VI FERIA DE NOVILLADAS "MONCALVILLO"


ISAAC FONSECA SE HACE CON LA VI FERIA DE NOVILLADAS “MONCALVILLO”
DE SAN AGUSTÍN DE GUADALIX


La feria, que estuvo marcada por las inclemencias meteorológicas que obligaron a su reestructuración, contó también con las actuaciones destacadas de Tomás Rufo, Miguel Polope y Diego García. En el apartado ganadero, destacó un novillo de la ganadería de Baltasar Ibán y otro de la vacada de Zacarías Moreno que fueron premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre.

La localidad madrileña de San Agustín de Guadalix programó para los días 14, 15 y 16 de septiembre del presente año una nueva edición de su Feria de Novilladas “Moncalvillo”. Por segundo año consecutivo, este ciclo, que celebraba su sexta edición, constó de tres novilladas con picadores, aunque con la novedad de que los novilleros triunfadores de cada una de las dos primeras novilladas se medirían en mano a mano en la tercera y última por alzarse como triunfador del ciclo y hacerse con el capote de paseo con la imagen de la Virgen de Navalazarza, patrona de esta localidad madrileña.

Se confeccionaron dos carteles interesantes en los que se encontraban anunciados los novilleros Tomás Rufo, triunfador del certamen de novilladas nocturnas de Las Ventas; Diego San Román, uno de los novilleros destacados del escalafón al que, además, se le guardó el sitio de la anterior edición de este ciclo en el que no pudo actuar por estar herido con anterioridad; Alejandro Mora, triunfador del anterior ciclo sanagustinense; Abel Robles, novillero al que también se le reservó el sitio de la anterior edición del ciclo en el que pudo actuar debido a un delicado problema de salud; y las novedades de la temporada Diego García e Isaac Fonseca. Y en el apartado ganadero se contó con las vacadas madrileñas de Zacarías Moreno y Baltasar Ibán y la onubense de “El Parralejo”, hierro este escogido para lidiarse en la final del ciclo.

Un jurado compuesto por cinco aficionados de reconocido prestigio de la localidad y el público asistente a los festejos que haría las veces de jurado popular, además de los trofeos obtenidos por los actuantes que se tendrían en cuenta solo en caso de empate, serían los encargados de escoger a los triunfadores de cada festejo, así como al triunfador de la feria.

Pero el ciclo tuvo que ver reestructurada su confección inicial debido a las inclemencias meteorológicas que no permitieron la celebración de la novillada inicial. Este festejo se aplazó para el siguiente día 21 con lo que se convirtió en la final del ciclo. Y hubo que componer de urgencia un dúo de novilleros para intervenir en la novillada del día 16, designada inicialmente como la final de ciclo. De esta manera, entró en la feria el valenciano Miguel Polope en sustitución del azteca Diego San Román ante la imposibilidad de cuadrar fechas y Alejandro Mora pasó directamente a la final al respetarle su condición de triunfador de la feria sanagustinense de 2018.

Orejas para Isaac Fonseca y Diego García y un Baltasar Ibán de vuelta al ruedo.

Así las cosas, el ciclo sanagustinense comenzó el domingo 15 con un festejo en el que actuaron Abel Robles, Diego García e Isaac Fonseca ante utreros de la ganadería de Baltasar Ibán.

"Arbolario", de Baltasar Ibán, acudiendo a la muleta de Abel Robles.
Fue premiado con la vuelta al ruedo.
El encierro de la divisa madrileña tuvo una desigual presentación y ofreció un juego dispar. Del conjunto, destacó el corrido en cuarto lugar, ejemplar de bonitas hechuras, que mostró casta, nobleza, fijeza y transmisión en todos los tercios, aunque con el defecto de escarbar, que resultó premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Respondía este ejemplar al nombre de “Arbolario” y tocó en suerte a Abel Robles quien acusó la falta de rodaje y no pudo pasar de voluntarioso en una labor en la que fue desbordado por este excepcional “Arbolario”. Por si fuese poco, Robles no estuvo acertado con el uso de los aceros y a punto estuvo de que le echasen el novillo al corral. Ante el ejemplar que abrió plaza, astado bien presentado y manejable, Robles anduvo igual de dispuesto y voluntarioso, fundamentalmente, en el recibo capotero. Sin embargo, con la muleta, llevaría a cabo un trasteo de escaso contenido en el que solo destacaron una entonada serie con la mano diestra y el cierre por manoletinas.

Larga cambiada de Abel Robles al segundo de su lote.
Diego García sorteó en primer lugar un novillo justo de presentación y manejable con el que firmó una labor desigual. El quinto fue animal de feas y bastas hechuras que resultó manejable, aunque llegó parado y agarrado al piso en la faena de muleta. Con él, García, anduvo firme, asentado y muy decidido. El pinchazo que precedió a una estocada caída no obstó para que su labor fuese premiada con una oreja.

Momento de la faena de muleta de Diego García al segundo de la tarde.
Por su parte, a Isaac Fonseca, a la postre, declarado triunfador del festejo, tanto por el jurado, como por el público, le correspondió en primer lugar un ejemplar feo de hechuras y de condición cambiante: se dejó, tanto en el capote, como en el tercio de varas; apretó en banderillas y  llegó incierto al tercio final. Con él, Fonseca, se gustó en el saludo capotero por verónicas que remató con una buena media. Ya con la muleta, se mostró firme y dispuesto en un trasteo en el que llegó a ser volteado, afortunadamente, sin consecuencias. Con el que cerró plaza, novillo de bonitas hechuras, aunque feo de cara, que se mostró incierto en los primeros tercios, pero que llegó con nobleza y transmisión a la faena de muleta, el joven novillero azteca no llegó a lucirse en el saludo capotero, aunque sí lo hizo en el quite por chicuelinas. Ya con la pañosa, llevó a cabo un trasteo de más a menos en el que destacaron dos buenas series iniciales con la mano diestra. Cambió de mano, Fonseca, y cayó en intensidad del trasteo. Una intensidad que no volvería a recuperar la faena en una nueva serie con la diestra. Solo las manoletinas finales devolvieron al trasteo la intensidad perdida. Tras una estocada caída, se le pidieron con fuerza las dos orejas, una petición que el palco presidencial solo atendió en su mitad.

Isaac Fonseca recibiendo de capote al tercero de la tarde.
Este festejo contó con la nota amarga de la cogida del banderillero Juan Tomás Felipe Cano “Niño de Santa Rita”, perteneciente a la cuadrilla de Diego García, quien resultó cogido por el segundo novillo de la tarde a la salida del segundo par de banderillas. Fue intervenido en la enfermería por el Dr. Crespo por una herida por asta de toro en el tercio inferior del muslo izquierdo.

Oreja para Rufo y buena impresión de Polope

En el segundo festejo del ciclo, el turno fue para el toledano Tomás Rufo y el valenciano Miguel Polope quienes estoquearían un encierro de la vacada onubense de “El Parralejo”, un conjunto que, sobrero incluido, resultó desigual, tanto por su presentación, como por su comportamiento.

El encargado de abrir plaza fue el toledano Tomás Rufo, a la postre, triunfador de la tarde. En primer lugar, Rufo, lidió un cuajado, aunque cómodo de cara, ejemplar que resultó bravo y noble, pero que, sin embargo, llegó parado al tercio de muleta pues el animal acusó el excesivo castigo recibo en los dos puyazos que tomó. El novillero toledano, que no pudo estirarse con el capote, llevó a cabo una templada faena de muleta en la que destacaron las series interpretadas con la mano diestra. Una destacada labor que, sin embargo, quedó emborranada por el mal uso de los aceros lo que motivó que fuese silenciada tras ser avisada por el palco presidencial. Con una oreja, también tras aviso, sería premiada su actuación ante el tercero, animal de similar presentación que el anterior que fue incierto en los primeros tercios, que derribó al picador –aunque más por demérito de este–, pero que llegó a la muleta con codicia, aunque un punto rebrincado. Ahora, tampoco pudo el toledano lucirse con el capote, pero con la pañosa se mostró firme, asentado y decidido en una labor en la que consiguió muletazos de mucho gusto con ambas manos. Una estocada defectuosa seguida de un golpe de verduguillo no fue óbice para que el toledano pasease el anillo sanagustinense con el anteriormente citado apéndice auricular.

Tomás Rufo con el tercero de "El Parralejo".
Por su parte, el valenciano Miguel Polope sorprendió por su toreo basado en la quietud y la verticalidad. En primer lugar, a Polope le cupo en suerte un novillo justo de presentación que resultó muy noble, pero con las fuerzas justas, defecto que se agudizó tras el fuerte puyazo recibido en su encuentro con el picador. Acusó este defecto en el tercio final donde, además, llegó a amagar con rajarse a tablas. El joven novillero valenciano no pudo estirarse manejando el percal, mientras que con la pañosa, dibujo una faena de templados muletazos por ambos pitones. Como su compañero de cartel, no anduvo acertado con los aceros y su actuación fue silenciada tras un recado presidencial. El astado designado para cerrar plaza estuvo bien presentado y, a pesar de salir abanto, apuntó buena condición hasta que, nada más iniciar el trasteo muletero, se partió una mano y Polope tuvo que abreviar. Hasta entonces, el valenciano no se pudo lucir con el capote, aunque sí dejó un airoso recorte como remate al recibo. Y, con la muleta, demostró decisión al irse a los medios para iniciar el trasteo por estatuarios a los que siguió una entonada serie con la mano diestra, momento en el que finalizó la faena debido al referido percance sufrido por el “parralejo”. Tuvo un buen detalle la organización y regaló el sobrero a Polope. Fue este, un novillo justo de presentación, abanto y sin fijeza que se dejó en la muleta, aunque siempre saliendo de los muletazos desentendiéndose de los engaños. Con este novillo, Polope anduvo airoso manejando el capote y, con la muleta, anduvo voluntarioso, porfión y tesonero llegando a conseguir buenos pasajes con ambas manos. Volvió a marrar con la espada y volvió a ver silenciada su actuación.

Natural de Miguel Polope al segundo del festejo.

Puerta grande para Tomás Rufo e Isaac Fonseca y un novillo de Zacarías Moreno de vuelta al ruedo.

El broche de oro a la sexta edición de la Feria “Moncalvillo” se puso el sábado 21 de septiembre en la novillada final en la que actuaron Isaac Fonseca y Tomás Rufo, como triunfadores de las dos novilladas anteriores, y Alejandro Mora quien estuvo anunciado en el festejo que no se pudo celebrar por la citadas inclemencias meteorológicas y que, como quedó anteriormente apuntado, pasó directamente a la final al tenerse en cuenta el hecho de que fue el triunfador del pasado ciclo.

Salida en hombros de Tomás Rufo e Isaac Fonseca.
Esta terna de novilleros se vio las caras ante un encierro de la divisa madrileña de Zacarías Moreno. Fue un conjunto desigual, en lo que a su presentación se refiere, y manejable, en general, aunque a menos, en lo que atañe a su comportamiento. Destacó el ejemplar que abrió plaza, novillo bien presentado y de extraordinaria nobleza, que fue premiado con la vuelta al ruedo. Respondía al nombre de “Nauseabundo” y correspondió en suerte al toledano Tomás Rufo quien anduvo aseado lanceando a la verónica, tanto en el recibo, como en el quite. Ya con la pañosa, inició su trasteo de rodillas. Ya enhiesto, dibujó muletazos de mucho gusto con ambas manos. Faena importante la de este novillero toledano que, sin embargo, no fue rubricada de forma acertada con la espada por lo que el premio quedó reducido a una oreja. Una oreja más, cortaría del cuarto del festejo. Fue este un novillo que lució una buena presentación y que fue noble, aunque con un punto de sosería que se terminó apagando. Rufo, estuvo aseado manejando el percal en el recibo y se gustó en el quite por chicuelinas. Ya en la muleta, estuvo porfión y muy templado, sobre todo, con la diestra en una labor en la que, quizá, pecó de acortar las distancias con el novillo y ahogar su embestida. Tras una estocada ligeramente desprendida, Rufo fue premiado con el referido apéndice auricular que le abría la puerta grande del coso sanagustinense.

Derechazo de Tomás Rufo a "Nauseabundo", gran ejemplar de Zacarías Moreno
que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
También salió por la puerta grande el azteca Isaac Fonseca tras cortar las dos orejas al novillo que cerró el festejo y la feria. El ejemplar tuvo una justa presentación y resultó muy encastado. Fonseca salió muy voluntarioso y decidido y recibió al novillo con una larga afarolada de rodillas en el tercio. Pasaje que fue lo más destacado de su labor capotera en este turno. Con la muleta, instrumentó una faena por ambos pitones de menos a más que tuvo un templado final. Rubricó la actuación con una certera estocada lo que motivó la petición del doble trofeo auricular por parte del público, petición que fue atendida por el palco. Una ovación con saludos sería el premio a su actuación ante el soso y justo de fuerzas tercero. El azteca se mostró muy voluntarioso manejando el percal, tanto en el recibo por verónicas en el que destacaron las medias de remate, como en el quite por chicuelinas y tafalleras. Ya con la muleta, anduvo muy voluntarioso en una faena ante un novillo venido a menos que inició desde los medios con un pase cambiado por la espalda.

Momento de la faena de muleta de Isaac Fonseca ante el tercero.
Por su parte, Alejandro Mora solo pudo dejar detalles de su torería ante dos novillos de pocas opciones. El segundo se apagó de manera fulminante en la faena de muleta. Y el quinto fue un ejemplar que iba y venía, pero sin ninguna clase.

Natural de Alejandro Mora al segundo.
Terminada la novillada, se dio a conocer el nombre del ganador de esta VI Feria de Novilladas “Moncalvillo” de San Agustín de Guadalix. Tanto el jurado de aficionados, como el jurado popular, coincidieron en premiar la voluntariedad y la decisión de Isaac Fonseca antes que el buen toreo de Tomás Rufo.



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