jueves, 3 de septiembre de 2020

TORRELAGUNA: RECORDANDO LA FERIA TAURINA DE 1990

 

LOS TOROS EN TORRELAGUNA HACE TREINTA AÑOS:

FERIA TAURINA DE 1990


El próximo domingo 6 de septiembre, debería dar comienzo la Feria Taurina programada con motivo de nuestras Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de la Soledad de este 2020. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 que nos acecha en la actualidad imposibilita que, tanto nuestras Fiestas, como nuestra Feria Taurina puedan llevarse a cabo. En “De celeste y plata” no queremos que Torrelaguna se quede sin sus antiquísimos festejos taurinos por lo que, de una manera simbólica, intentaremos que estos lleguen a los aficionados de nuestra localidad. Y lo vamos a hacer echando una mirada al pasado y recordando los festejos taurinos celebrados en nuestra localidad hace treinta años, es decir, recordando la Feria Taurina de 1990.

La Feria Taurina de nuestra localidad de 1990, año en que se conmemoraba el VI Centenario de nuestro Villazgo, se desarrolló entre los días 9 y 13 de septiembre y estuvo compuesta por cinco acontecimientos taurinos. Cuatro de ellos estuvieron organizados por el Ayuntamiento quien contó con la colaboración del taurino “Manolillo Valencia”. Y, uno, el que ponía el punto final a la misma, fue organizado, como era habitual en aquellos años, por la Peña Taurina “Manuel Vidrié” de nuestra localidad.

El festejo que dio el pistoletazo de salida a la feria fue una novillada picada celebrada el domingo 9. En ella se jugaron cuatro utreros de la ganadería de José González Jiménez (procedencia de “La Guadamilla”), de Cabanillas de la Sierra, que fueron lidiados por los novilleros Fernando José Plaza, quien repetía actuación en nuestro municipio pues, dos años antes, ya hizo el paseíllo ante nuestra afición en un festejos sin picadores; y “Gitanillo Vega” quien entraría en el festejo por la vía de la sustitución para cubrir la baja del novillero anunciado Luis Carlos Aranda. Según las reseñas publicadas en distintos medios, Plaza cortaría las dos orejas del primer novillo de la tarde, mientras que, en su segundo, recibiría división de opiniones. Por su parte, el pacense “Gitanillo”, también cortaría las dos orejas al primer novillo de su lote y daría una vuelta al ruedo tras su labor ante el ejemplar que cerró el festejo.

Momento de la actuación de Fernando José Plaza.
Foto: Francisco J. García Velasco.

Al día siguiente, tuvo lugar una novillada sin picadores mixta. Un festejo en el que, por primera vez, en la historia de la feria –exceptuando los festejos organizados por la Peña Taurina “Manuel Vidrié”–, se lidiarían seis ejemplares. Dos de ellos, los corridos en primer y cuarto lugar, lucieron el hierro de la ganadería de los Hnos. González Rodríguez, de Collado Villalba, que fueron lidiados por el rejoneador segoviano César de la Fuente. Y los cuatro restantes pertenecieron a la ganadería de María Antonia de la Serna, de Buitrago de Lozoya, que fueron lidiados por los novilleros madrileños Carlos Neila y Luis Sierra. Este festejo, además, contó con la intervención del grupo de “forçados” portugueses de Setubal que intervinieron durante la lidia de los dos novillos de rejones.

El rejoneador segoviano César de la Fuente dando la vuelta al ruedo con algunos componentes
del grupo de "forçados" portugueses en la novillada mixta celebrada el lunes 10 de septiembre.
Foto: Francisco J- García Velasco.

El martes 11 fue el turno para la corrida de rejones. Un acontecimiento que, un año más, volvía a tener un cartel de relumbrón. En él se anunciaron Curro Bedoya, una de las grandes figuras del rejoneo, y el alicantino Antonio Correas, uno de los rejoneadores más destacados de aquel momento. Ambos lidiarían novillos de la ganadería de Hnos. González Rodríguez. El festejo resultó entretenido, no obstante, los rejoneadores actuantes se llegaron a repartir cinco orejas y dos rabos. Una oreja cortaría Bedoya al ejemplar que abrió plaza, mientras que, en su segundo, sería premiado con los máximos trofeos. Máximos trofeos que también obtendría Correas por su labor ante el cornúpeta que cerró plaza, por contra, en el primero de su lote, tendría que conformarse con escuchar una ovación.

Curro Bedoya y Antonio Correas hicieron las delicias de la afición torrelagunense
en la corrida de rejones programada para el martes 11 de septiembre.
Foto: Francisco J. García Velasco.

El miércoles 12, tuvo lugar la popularísima becerrada local en la que los aficionados más avezados (algunos, otros no tanto…) de nuestro municipio alardeaban de sus conocimientos en el Arte de Cúchares haciendo las delicias del público asistente.

El ciclo se clausuró el jueves día 13 con la becerrada de promoción que organizaba la Peña Taurina “Manuel Vidrié”. Un festejo en el que, para lidiar añojos de la ganadería de Isabel Reyna (propiedad del rejoneador torrelagunense Manuel Vidrié), de la localidad guadalajareña de Driebes, intervinieron los jóvenes aprendices de torero Javier Fernández, Martín Alonso, José Ortega Montoya, Juan José Cercadilla, Paco Ortega Cano, José Luis Arriba y Cristina Sánchez quien volvía a repetir actuación en nuestro coso taurino tras el éxito obtenido en su anterior actuación ante nuestra afición, hecho que se produjo dos años antes y que supuso la presentación en público de la torero madrileña. Este festejo contó con un hecho anecdótico y es que, para acceder al festejo, la peña organizadora, previo aviso, puso a la venta las entradas del festejo programado para 1989, pues este tuvo que ser suspendido debido a la lluvia caída en nuestra localidad desde primeras horas de la mañana y que también obligó a la suspensión del tradicional encierro. Por cierto que este último festejo del ciclo torrelagunense de 1990 contó con la presencia en los tendidos del matador de toros José Ortega Cano quien se desplazó hasta nuestra localidad para ver las evoluciones de los participantes en el mismo entre los que se encontraba su sobrino Paco Ortega Cano.

Cartel de la becerrada de promoción organizada por la Peña Taurina "Manuel Vidrié".

Entrada para la becerrada de promoción de la Peña Taurina "Manuel Vidrié" de 1989 que, por la suspensión de esta, fue valedera para la de 1990. Está firmada por el diestro José Ortega Cano que presenció el festejo desde el tendido.

Ponemos el punto final al repaso de esta Feria Taurina de 1990 haciendo mención a los festejos taurinos populares tan arraigados en nuestra localidad y que complementaron a los festejos descritos anteriormente.

Empezamos con los tradicionales encierros con las reses que iban a lidiar por la tarde y que se celebraron todos los días de festejo. Hay que apuntar que, en el primero de estos encierros, se produjo un herido de gravedad al cornear varias veces un novillo a un mozo en la hoy calle Malacuera.

Momento del encierro del domingo 9 de septiembre protagonizado por los utreros de la ganadería de José González Jiménez (procedencia "La Guadamilla"). El joven que aparece a la izquierda con pantalón blanco y camisa en tonos morados es el mozo que resultaría corneado instantes después de esta imagen.
Foto: Francisco J. García Velasco extraída de un vídeo de Youtube de Joaquín Sierra.

Continuamos con las añoradas sueltas de vacas que se llevaban a cabo después de los encierros, festejos vespertinos y por la noche una vez finalizaban las verbenas populares. Por cierto que estas sueltas de vacas suponían el inicio de los festejos taurinos con aquel encierrillo que se celebraba en la madrugada del domingo de las Fiestas y que se iniciaba en la Puerta del Sol y que, tras recorrer la calle Cardenal Cisneros, llegaba a la plaza de toros ubicada en nuestra plaza Mayor.

No podemos olvidarnos de la “Suelta del Toro por el campo”, uno de los festejos más esperados y que tuvo lugar el martes día 11 una vez finalizado el encierro.

Dos instantáneas del añorado "Toro del campo.
Fotos: Francisco J. García Velasco.

Y terminamos este repaso recordando un festejo que solo se celebró en dos ocasiones en nuestra localidad como fue el “Toro embolado”. Este espectáculo se celebró por primera vez en 1989 y esta de 1990 supuso la segunda y última edición. Tuvo lugar en la noche del miércoles 12 de septiembre y el ejemplar utilizado para la ocasión fue el sobrero de la novillada picada del domingo que se encontraba en aquellos corrales existentes en la parte trasera del ayuntamiento.

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