SUPERVIVIENTES
Curro
Díaz y José Garrido se convirtieron en unos auténticos supervivientes al
conseguir salir por su propio pie –que no ilesos– del tercer festejo de abono
de la madrileña Feria de Otoño tras enfrentarse a un encierro de la divisa
salmantina del "Puerto de San Lorenzo", grande y con mucha romana, que resultó
manso y muy complicado.
Ovacionado
abandonó el ruedo el linarense Curro Díaz tras tres intensas lidias de las que,
en apariencia y de manera sorprendente, no resultó corneado. Ya fue ovacionado
Curro al romperse el paseíllo por lo que hubo de saludar montera en mano desde
el tercio. Un saludo que tendría que repetir tras la lidia de los astados
jugados en tercer y quinto lugar. Fue ante el tercero cuando Curro pudo dejar
un breve apunte de su toreo de capote con dos verónicas y una media. Ya con la
muleta, fue prendido en la primera serie con la mano diestra cuando se disponía
a realizar ese toreo desmayado tan característico del linarense. Todo hacía
pensar en la cornada, sin embargo, se levantó Curro sin evidencia aparente de
herida y, encorajinado ahora, volvió a coger la muleta con la mano diestra para
interpretar unas series con más vibración que hondura y con más gallardía que
profundidad que fueron muy jaleadas desde los tendidos. Fue volteado,
nuevamente, por el burel en un cambio de mano y continuó la lidia algo
maltrecho hasta conseguir finiquitar a su oponente. No anduvo fino con los
aceros y a punto estuvo de sufrir otro percance cuando, en uno de los intentos,
el animal le hizo hilo por lo que, Díaz, tuvo que atravesar el anillo corriendo
hasta que Sebastián Ritter, que estaba presenciando la corrida en un burladero
del callejón, saltó al ruedo a hacer el quite a cuerpo limpio a su compañero
ante la pasividad de los luces que fueron incapaces de solventar tal situación.
Ante el quinto, evidenció estar mermado de facultades y fue su peón, José
Manuel Montoliú, el encargado de parar y fijar la mansa
embestida del astado. Inició la faena de muleta sentado en el estribo y en las
tablas se desarrolló todo el trasteo por la mansedumbre del toro. Consiguió
Díaz pasajes de interés sobre la mano diestra, sobre todo, una serie en la que
consiguió ligar tres muletazos con el sello propio del linarense. En este,
tampoco anduvo fino con los aceros. Con el que abrió plaza, cornúpeta de
aviesas intenciones, bastante hizo Curro con estar delante, aun así dejó alguna pincelada de su inconfundible toreo.
José
Garrido también abandonó el ruedo entre ovaciones, aunque viese silenciadas sus
tres labores. Pero esta ovación venía a reconocer, el valor y la firmeza con la
que el extremeño afrontó esta durísima cita. Su labor ante el segundo de la
tarde fue de más a menos. Tras los toreros estatuarios rematados con un
trincherazo y uno del desdén con los que inició la faena de muleta, instrumentó
Garrido una buena serie con la mano diestra. A partir de aquí, bajó la
intensidad de la faena por la falta de acometividad del animal que se paró y
deslució el trasteo muletero de José quien puso todo de su parte para que la
faena cogiese vuelo. Con el cuarto, otro animal que acabó en las tablas,
intentó exprimir las escasas posibilidades ofrecidas por su oponente en una
larguísima faena de muleta por la que llegó a ser avisado antes de entrar a matar.
Fue prendido y herido Garrido en este trasteo, pero el extremeño se mantuvo en
el ruedo para dar muerte a su oponente. No anduvo acertado con el uso de los
aceros y, en uno de los intentos, el toro hizo hilo por él y, una vez, más ante
la pasividad y falta de previsión de los luces, a punto estuvo de sufrir un
nuevo percance. A la altura del burladero del cinco, se tiró al suelo Garrido y
consiguió hacerse el quite. Fue entonces, cuando el extremeño mermado de
facultades fue llevado a la enfermería, lugar de donde, con visibles muestras
de no estar en condiciones para continuar la lidia, salió para enfrentarse al
último astado de la tarde, quizá el menos malo del lote enviado por la divisa
salmantina. Otra vez, se pasó Garrido en el metraje de esta voluntariosa labor
en la que destacó algún natural suelto al inicio del trasteo muletero.
|
Curro Díaz con el primero |
|
Estatuario de Garrido al segundo |
|
Media verónica de Díaz al tercero |
|
Curro Díaz basó su faena ante el tercero sobre la mano diestra |
|
Abraham Neiro "El Algabeño" saludó tras banderillear al cuarto |
|
En las tablas transcurrió la faena de Garrido ante el cuarto de la tarde |
|
Momento en el que Garrido es trasladado a la enfermería |
|
Montoliú parando al quinto |
|
Momento de la faena de Díaz al quinto |
|
Mermado de facultades salió de la enfermería José Garrido para lidiar al sexto |
|
Natural de Garrido al sexto |
No hay comentarios:
Publicar un comentario