martes, 4 de octubre de 2016

LAS VENTAS. FERIA DE OTOÑO. CORRIDA DE TOROS DEL SÁBADO 1 DE OCTUBRE DE 2016


SUPERVIVIENTES


Curro Díaz y José Garrido se convirtieron en unos auténticos supervivientes al conseguir salir por su propio pie –que no ilesos– del tercer festejo de abono de la madrileña Feria de Otoño tras enfrentarse a un encierro de la divisa salmantina del "Puerto de San Lorenzo", grande y con mucha romana, que resultó manso y muy complicado.

Ovacionado abandonó el ruedo el linarense Curro Díaz tras tres intensas lidias de las que, en apariencia y de manera sorprendente, no resultó corneado. Ya fue ovacionado Curro al romperse el paseíllo por lo que hubo de saludar montera en mano desde el tercio. Un saludo que tendría que repetir tras la lidia de los astados jugados en tercer y quinto lugar. Fue ante el tercero cuando Curro pudo dejar un breve apunte de su toreo de capote con dos verónicas y una media. Ya con la muleta, fue prendido en la primera serie con la mano diestra cuando se disponía a realizar ese toreo desmayado tan característico del linarense. Todo hacía pensar en la cornada, sin embargo, se levantó Curro sin evidencia aparente de herida y, encorajinado ahora, volvió a coger la muleta con la mano diestra para interpretar unas series con más vibración que hondura y con más gallardía que profundidad que fueron muy jaleadas desde los tendidos. Fue volteado, nuevamente, por el burel en un cambio de mano y continuó la lidia algo maltrecho hasta conseguir finiquitar a su oponente. No anduvo fino con los aceros y a punto estuvo de sufrir otro percance cuando, en uno de los intentos, el animal le hizo hilo por lo que, Díaz, tuvo que atravesar el anillo corriendo hasta que Sebastián Ritter, que estaba presenciando la corrida en un burladero del callejón, saltó al ruedo a hacer el quite a cuerpo limpio a su compañero ante la pasividad de los luces que fueron incapaces de solventar tal situación. Ante el quinto, evidenció estar mermado de facultades y fue su peón, José Manuel Montoliú, el encargado de parar y fijar la mansa embestida del astado. Inició la faena de muleta sentado en el estribo y en las tablas se desarrolló todo el trasteo por la mansedumbre del toro. Consiguió Díaz pasajes de interés sobre la mano diestra, sobre todo, una serie en la que consiguió ligar tres muletazos con el sello propio del linarense. En este, tampoco anduvo fino con los aceros. Con el que abrió plaza, cornúpeta de aviesas intenciones, bastante hizo Curro con estar delante, aun así dejó alguna pincelada de su inconfundible toreo.

José Garrido también abandonó el ruedo entre ovaciones, aunque viese silenciadas sus tres labores. Pero esta ovación venía a reconocer, el valor y la firmeza con la que el extremeño afrontó esta durísima cita. Su labor ante el segundo de la tarde fue de más a menos. Tras los toreros estatuarios rematados con un trincherazo y uno del desdén con los que inició la faena de muleta, instrumentó Garrido una buena serie con la mano diestra. A partir de aquí, bajó la intensidad de la faena por la falta de acometividad del animal que se paró y deslució el trasteo muletero de José quien puso todo de su parte para que la faena cogiese vuelo. Con el cuarto, otro animal que acabó en las tablas, intentó exprimir las escasas posibilidades ofrecidas por su oponente en una larguísima faena de muleta por la que llegó a ser avisado antes de entrar a matar. Fue prendido y herido Garrido en este trasteo, pero el extremeño se mantuvo en el ruedo para dar muerte a su oponente. No anduvo acertado con el uso de los aceros y, en uno de los intentos, el toro hizo hilo por él y, una vez, más ante la pasividad y falta de previsión de los luces, a punto estuvo de sufrir un nuevo percance. A la altura del burladero del cinco, se tiró al suelo Garrido y consiguió hacerse el quite. Fue entonces, cuando el extremeño mermado de facultades fue llevado a la enfermería, lugar de donde, con visibles muestras de no estar en condiciones para continuar la lidia, salió para enfrentarse al último astado de la tarde, quizá el menos malo del lote enviado por la divisa salmantina. Otra vez, se pasó Garrido en el metraje de esta voluntariosa labor en la que destacó algún natural suelto al inicio del trasteo muletero.

Curro Díaz con el primero

Estatuario de Garrido al segundo

Media verónica de Díaz al tercero

Curro Díaz basó su faena ante el tercero sobre la mano diestra

Abraham Neiro "El Algabeño" saludó tras banderillear al cuarto

En las tablas transcurrió la faena de Garrido ante el cuarto de la tarde

Momento en el que Garrido es trasladado a la enfermería

Montoliú parando al quinto

Momento de la faena de Díaz al quinto

Mermado de facultades salió de la enfermería
José Garrido para lidiar al sexto

Natural de Garrido al sexto

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