LA
TERNA EN HOMBROS
CON
UNA BUENA NOVILLADA DE DOMINGO HERNÁNDEZ
Los
novilleros Rafael González, Carlos Ochoa y Marcos salieron en hombros en el
último festejo de la V Feria de Novilladas “Moncalvillo” celebrado en la plaza
de toros “Antonio Ronda Ortiz” de la localidad madrileña de San Agustín de
Guadalix. Un festejo en el que se lidió un buen encierro de la ganadería
salmantina de Domingo Hernández. Dos de los astados fueron ovacionados en el
arrastre y, uno, el corrido en sexto lugar, fue premiado con la vuelta al ruedo
póstuma.
Último
festejo de la V Feria “Moncalvillo” que la localidad madrileña de San Agustín
de Guadalix ha celebrado con motivo de sus Fiestas Patronales en honor a la
Virgen de Navalzarza. Una novillada en la que se acartelaban los novilleros
Rafael González, Carlos Ochoa y Marcos para lidiar un encierro de la ganadería
de Domingo Hernández. Un festejo que respondió a las expectativas iniciales
creadas en el público, tanto por el juego ofrecido por los ejemplares de la vacada
salmantina, como por el resultado final obtenido por la terna actuante.
Tuvo
kilos el encierro de la divisa salmantina, aunque lució unas caras
excesivamente pobres. Y, en general, dio buen juego. De hecho, los novillos
segundo y cuarto fueron ovacionados en el arrastre y el sexto fue premiado con
la vuelta al ruedo póstuma. Solo los novillos corridos en tercero y quinto
lugar no fueron aptos para el lucimiento de los espadas.
El
premiado sexto, respondía al nombre de “Peregrino”, estaba herrado con el
número 1 y nació en febrero de 2015. Fue este un bravo y encastado ejemplar que
se lesionó en los primeros compases de la lidia, algo que acusó durante la
misma. Sin embargo, este contratiempo no fue obstáculo para que el de Domingo
Hernández diese muestra de su brava y encastada nobleza. Repitió en el capote
de Marcos, su lidiador, apretó en su encuentro con el picador, aunque, como
dice mi amigo “Guerra”, con un solo pitón. Cumplió en banderillas y permitió el
lucimiento en la faena de muleta. De no haber sido por la ya mencionada lesión,
hubiese sido “de lío”, como reza el eslogan de la feria, pero ¡de lío gordo!
Como ya se adelantó anteriormente, correspondió su lidia a Marcos quien lo
recibió de forma vibrante por verónicas de rodillas. Ya en el turno de quites,
se lució el novillero madrileño por verónicas, ahora con la planta erguida y más
reposado y sosegado. Ya con la pañosa, también inició su trasteo de forma
vibrante de rodillas. Ya enhiesto, se mostró firme y templado en series con
ambas manos en las que resultaron buenos muletazos. Dos circulares invertidos
ligados acabaron de calentar unos tendidos que solicitaron con fuerza las dos
orejas para el novillero tras una certera estocada que cayó ligeramente
trasera. Dos orejas que Marcos pasearía junto a Jesús Bernal, mayoral de la
ganadería, tras el premiado arrastre de “Peregrino”. Con el tercero de la
tarde, un novillo manso y huidizo, se mostró muy firme y voluntarioso.
El
toledano Rafael González se llevó el lote de la tarde. En primer lugar, sorteó
un novillo muy noble, aunque con un punto de mansedumbre con el que el toledano
anduvo decidido manejando el percal, tanto en el variado recibo, como en el quite por chicuelinas. Tras brindar al público, instrumentó una faena
de más a menos en la que destacaron las dos primeras series con la mano
diestra. En esta ocasión, marró con los aceros el toledano. Con el cuarto, otro
ejemplar de similar condición al anterior, González se mostraría variado en el
recibo capotero por verónicas y caleserinas. Y airoso andaría en el quite por
zapopinas o lopecinas. Ya con la franela, brindó su trasteo al ganadero Agustín
Montes. Fue un largo trasteo, también de más a menos, en el que destacaron las
series iniciales con la diestra en las que sobresalieron dos muletazos
desmayados y con la planta erguida que tuvieron enjundia. Cambió de mano el
toledano y el novillo huyó a la querencia. De forma inteligente, cambió los
terrenos, González, y el novillo comenzó a embestir con una fijeza y codicia
desbordante que hizo que las series, por momentos, resultasen un tanto
aceleradas y atropelladas lo que motivó que decayese la intensidad de la faena.
Una intensidad que volvió a subir con los alardes populistas que precedieron a
una estocada baja de efecto fulminante que provocó derrame. El toledano que
recibió un recado presidencial antes de entrar a matar, fue premiado con las
dos orejas del de Domingo Hernández.
Por
su parte, Carlos Ochoa sortearía a otro de los destacados ejemplares de este
buen encierro salmantino: el jugado en segundo lugar. Fue este un novillo de
extraordinaria nobleza con el que Ochoa anduvo aseado en los lances de recibo
para gustarse, posteriormente, en el turno de quites por saltilleras y
gaoneras. Ya con la pañosa, brindó su labor a Gonzalo Caballero. Fue esta una
larga faena con series por ambas manos en las que hubo pases largos y
templados. Sin embargo, a veces, faltó ceñimiento, y, siempre, sobró ese
retorcimiento de cuerpo con el que Ochoa se empeña en descomponer la figura.
Fue avisado, el madrileño, por la presidencia antes de cobrar una certera estocada
tras la que se pediría el doble trofeo auricular, trofeo que tras la mucha
demora en el arrastre del novillo, fue concedido por el palco. Con el manso e
insulso quinto, solo pudo estar voluntarioso.
Rafael González en el quite por chicuelinas al primero de la tarde. |
Carlos Ochoa ante el segundo de la tarde. A veces, le faltó ceñimiento, y, siempre, le sobró retorcimiento de figura. |
Marcos solo pudo lucir con el capote ante el manso tercero. |
Dos derechazos con la planta erguida y desmayados de Rafael González ante el cuarto tuvieron enjundia. |
Voluntarioso anduvo Ochoa con el manso e insulso quinto. |
Natural de Marcos a "Peregrino", ejemplar de brava y encastada nobleza que fue lidiado en sexto lugar. |
El palco premió a Marcos con las dos orejas y a "Peregrino" con la vuelta al ruedo. |
La vuelta al ruedo de "Peregrino". |
Marcos paseando las dos orejas junto a Jesús Bernal, mayoral de la ganadería. |
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