lunes, 9 de diciembre de 2019

VILLASECA DE LA SAGRA (TOLEDO). SÁBADO, 19 DE OCTUBRE DE 2019. FESTIVAL TAURINO CON PICADORES. III MEMORIAL VÍCTOR BARRIO


DOS OREJAS PARA ÁLVARO LORENZO EN EL III MEMORIAL VÍCTOR BARRIO


El diestro toledano firmó los mejores pasajes del festival ante un utrero de Conde de Mayalde. Eugenio de Mora, sustituto de Ginés Marín, Manuel Escribano y el novillero Marcos cortaron una oreja cada uno. Diego Urdiales no tuvo oportunidades ante su deslucido e incierto oponente y saludó una ovación.

La taurina localidad de Villaseca de la Sagra acogió la tercera edición del festival taurino Memorial Víctor Barrio. Un festival organizado por la Fundación que lleva el nombre del malogrado diestro segoviano con el fin de recaudar fondos para la promoción y divulgación de la Fiesta entre los más jóvenes. Labor con la que siempre estuvo muy comprometido Barrio.

El cartel estaba conformado por los diestros Diego Urdiales, Manuel Escirbano, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín y el novillero Marcos. Y en el aparado ganadero, se anunciaron astados de las ganaderías de “Jandilla”, Conde de Mayalde, “Montealto”, Domingo Hernández y “Los Candiles”. Pero el cartel sufrió una pequeña variación puesto que Ginés Marín presentó parte facultativo y fue sustituido por el toledano Eugenio de Mora.

Los astados anunciados tuvieron una presentación dispar y, en general, ofrecieron buen juego. Solo el de “Los Candiles”, ejemplar que pareció estar reparado de vista, imposibilitó el triunfo de su matador.

Abrió plaza un cuajado y voluminoso toro de “Jandilla” que resultó bravo y noble. Cupo en suerte a Eugenio de Mora quien se gustó en el saludo capotero. Sin embargo, con la pañosa, llevó a cabo una desigual faena en la que no terminó de acoplarse y en la que destacaron aislados pasajes sobre la mano diestra. Un bajonazo que provocó derrame precedió a la concesión de un trofeo.

Eugenio de Mora con el de "Jandilla".
El segundo ejemplar fue un terciado cuatreño de “Los Candiles”, animal que, como ya quedó reseñado, pareció estar reparado de la vista y que hizo pasar un quinario, tanto a su matador, Diego Urdiales, como a la cuadrilla de este. Abrevió el riojano ante la imposibilidad de lucimiento. Aun así, tuvo que salir al tercio a saludar la cariñosa ovación que le tributó el respetable.

Lo pasó mal Urdiales con el de "Los Candiles".
El tercero fue un utrero de feas hechuras de Domingo Hernández que fue muy encastado. Correspondió su lidia a Manuel Escribano quien lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio. Ya enhiesto, se gustó manejando el capote, tanto en el saludo capotero por verónicas, como en el quite por chicuelinas. Llevó a cabo un buen tercio de banderillas. Y ya con la pañosa, inició el trasteo con dos pases cambiados por la espalda para, posteriormente, llevar a cabo una buena labor con ambas manos en la que destacaron los muletazos interpretados con la diestra. Aunque falló a espadas, fue premiado con una oreja tras recibir un recado del palco presidencial.

Manuel Escribano con el de Domingo Hernández.
En cuarto lugar saltó al ruedo un utrero de bonitas hechuras de Conde de Mayalde, astado que resultó muy noble, pero que no estuvo sobrado de fuerzas. El encargado de su lidia y muerte fue Álvaro Lorenzo. No pudo, el toledano, estirarse con el capote. Ya con la muleta, comenzó el trasteo de forma accidentada pues Lorenzo fue prendido por el “mayalde”, aunque, afortunadamente, sin consecuencias. Repuesto de este percance, el toledano dibujó buenos muletazos con ambas manos, sobre todo, al natural. Finiquitó su labor de una estocada tras un pinchazo y fue premiado con las dos orejas de su oponente tras recibir un aviso.

Álvaro Lorenzo con el de Conde de Mayalde.
Cerró el festejo un utrero de “Montealto”, ejemplar chico y con la edad recién cumplida que resultó muy noble. Fue sorteado por Marcos quien lo recibió con una larga cambiada de rodillas en el tercio. Ya con la planta erguida, anduvo aseado manejando el percal. Igual de aseado se mostraría en un trasteo muletero por ambos pitones que brindó a Raquel Sanz, viuda de Víctor Barrio. A pesar de fallar con la espada, fue premiado con una oreja.


Marcos con el de "Montealto" que se corrió en último lugar.
Marcos brindó su faena a Raquel Sanz, viuda de Víctor Barrio.


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